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Como se da el Ensayo el hombre en busca del sentido

FANITAYLALITOEnsayo17 de Abril de 2018

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INSITUTO PAKAL[pic 1]

LICENCIATURA EN PEDAGOGIA

PROFESORA:   MARIA DELINA FLORES CASTILLEJOS

ALUMNA:    STEPHANY SANVICENTE VALENCIA

ASIGNATURA:    SOCIEDAD Y FAMILIA

ENSAYO DEL LIBRO:   “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”

GRUPO: 26

INTRODUCCIÓN

Esta obra literaria a la cual considero una joya de la literatura se basa poder dar una respuesta la a pregunta ¿porqué no se suicida usted?, a lo largo de su experiencia el neurólogo y psiquiatra austriaco Víctor E. Frankl suele preguntar esto a sus pacientes y de las respuestas que ha obtenido puede abstraer una orientación para aplicar en la psicoterapia. Ha encontrado que generalmente lo que  nos ata a la vida son los hijos, un talento, una habilidad sin explotar, un tercero, o unos cuantos recuerdos que merecen rescatarse de el olvido,  esto es a lo que se enfrenta la logoterapia (la logoterapia es el original modelo de análisis existencial y la experiencia que lo ha llevado al descubrimiento d este).

El fue prisionero durante un largo tiempo en un campo de concentración de Theresienstadt, donde descubrió lo que significa en carne propia la “existencia desnuda”. En estos campos el perdió a sus familiares ms cercanos, sus padres, su hermano, y su esposa, solo se sobrevivió su hermana. A pesar de perderlo todo y de haber estado en condiciones extremas de hambre, frio, brutalidad, estar a punto de exterminio tomo la decisión de que valía la pena continuar la vida.

Existe una obre de su predesor, Sigmund Freud, que se enfoca en la cura y la naturaleza de la neurosis. Para Freud la raíz de esta enfermedad en la ansiedad y para Frankl  es enfocada como la noogena que es la incapacidad para encontrar significación y sentido de responsabilidad a la propia existencia. Freud pone de relieve la frustración de la vida sexual y Frankl dice que el detalle está en la frustración de la voluntad intencional.

En esta lectura aprendí que un ser humano puede perder todo menos su ridícula vida desnuda. El tema central es el existencialismo.  Cuando estamos en crisis existencial lo que nos ayuda es nuestra curiosidad por nuestro destino. En el existencialismo encontramos como deducción que: “vivir es sufrir, sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento”. La vida solo tiene un objeto: Sufrir o morir, “Quien tiene un porque para, vivir, siempre le encuentra el cómo”.

Cuando uno pierde su asidero y todas las metas y la vida familiar se nos arrancan, lo único que resta es la última de las libertades humanas “la capacidad de elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias”. Podemos ser dignos de nuestro sufrimiento y con nuestra capacidad humana elevarnos por encima de nuestro propio sentido. Y es precisamente lo que se busca alcanzar o lograr, que se alcance la responsabilidad ante las adversidades.

Según el autor las reacciones mentales de los internados en un campo de concentración se distinguían en tres fases: la fase que sigue a su internamiento, la fase de la auténtica vida en el campo y la fase siguiente a su liberación. Primera Fase Uno de los síntomas que caracteriza la primera fase es el shock; mucha gente viajaba en tren varios días apretados y sin nada que comer, la mayoría pensaba que serían enviados como fuerza salarial a fábricas de municiones, después se percataban que no era así y miraban con horror los inmensos campos que contenían todo lo que hay de horrible en el mundo: cámaras de gas, hornos crematorios, matanzas indiscriminadas; los prisioneros se estremecían del horror, pero después paso a paso los prisioneros se irían acostumbrando a un horror inmenso y terrible. Los prisioneros eran seleccionados al momento de llegada, los más débiles que no servían para trabajar eran enviados a las cámaras de gas. Después de la selección venia la desinfección donde el prisionero era despojado de absolutamente todas sus pertenencias. El prisionero llegaba al momento en que su única posesión era su existencia desnuda, ya nada les quedaba que pudiera ser un nexo material con su existencia.

La obra se estructura en tres partes y una introducción en la que el autor nos lleva a tomar un primer contacto con el ámbito de un campo de concentración, exponiéndonos en un primer lugar la clara diferenciación entre dos tipos de prisioneros distintos: los prisioneros ordinarios y los “capos” quienes, a pesar de ser prisioneros judíos, gozaban de mayor privilegio al haberles sido asignado cierto poder sobre el resto, por las SS. En un segundo lugar también se trata en la introducción cómo los guardias anulan y alienan la personalidad de los prisioneros al despojarlos de todos sus bienes (ropa, joyas, etc.) y al convertir su nombre en un número de prisionero por el cual han de ser identificados posteriormente.

DESARROLLO

Fase uno, “El internamiento en el campo”.

El síntoma que caracteriza esta fase, según el autor es el shock. Unos 1500 prisioneros viajaban en un tren que estaba abarrotado. Eran unos 80 en cada vagón y creían que los iban a destinar a una fábrica de munición. Pero al llegar a la estación se dieron cuenta que los habían trasladado hacia Auschwitz, un campo de concentración, al bajar, los recibieron un grupo de prisioneros que hablaban en todas las lenguas europeas imaginables y que parecían de buen humor. Los prisioneros al verlos pensaron que no les iría tan mal. En psicología, existe un estado de ánimo llamado “La ilusión del indulto” en la que el condenado a muerte a punto de morir, concibe la ilusión de que sería indultado. Lo mismo les pasaba a esos prisioneros, guardaban un último momento de esperanza.

Luego venía momento de la desinfección, donde les quitaron todos sus objetos personales, Frankl perdió un manuscrito de alto valor para él, les afeitaron todo el cuerpo y les dieron una pastilla de jabón. A partir de ese momento lo único que tendrían aquellos prisioneros seria su existencia desnuda y nada más.

Después de la desinfección Sabían que nada tenían que perder así que se pusieron a bromear sobre ellos mismos. También les entró un sentimiento de curiosidad, que suele aparecer ante ciertas circunstancias extrañas, todos deseaban saber que pasaría a continuación.

La amenaza de muerte continuamente y el hecho de pensar que ellos podían ser los próximos en entrar en las cámaras de gas les causaba una gran desesperación y el sentimiento de suicidarse o lanzarse contra la alambrada electrificada, que era el caso más común de los suicidios. Otro prisionero más antiguo les dio palabras de aliento y algunos consejos para evitar que fueran llevados a las cámaras de gas en la siguiente selección y los consejos eran los de mantenerse siempre rapados y hacer como que si gozaban de gran salud y resistencia para que no fueran desechados. Lo que les podía hacer perder la razón, pero se daban cuenta que no tenían entonces ninguna razón que perder.

Segunda Fase “La vida en el campo”

Se trata el día a día de los prisioneros durante su internamiento y sus relaciones con los guardias, capos y oficiales de las SS. En esta fase, sobre cualquiera de las sensaciones que según el autor se experimentaban una vez los prisioneros se habían establecido en el campo de concentración, primaba la apatía sobre todas las demás. Otras de las sensaciones que hacían su aparición en esta fase era la profunda añoranza de su entorno familiar, así como un sentimiento de “repugnancia que les producía toda la fealdad que les rodeaba…”

Tal como se relata los prisioneros primerizos que mostraban cierta delicadeza con sus quehaceres y obligaciones eran castigados brutalmente ante la pasividad que manifestaban los prisioneros ya afectados por la apatía. Tan ingente era el grado de apatía que llegaban a alcanzar los que se encontraban en dicha situación que el autor llega a narrar: “El cadáver que acababan de llevarse me estaba mirando” sólo dos horas antes había estado hablando con aquel hombre. Yo seguía sorbiendo mi sopa; aunque también nos explica que ese “escudo emocional” se hacía necesario en dicha situación.

Los deseos más primitivos de los prisioneros, como comida, un baño caliente, cigarrillos, etc. se hacían ver en sus sueños. En una ocasión, Frankl pretendía despertar a un compañero que estaba teniendo una pesadilla. Pero al final lo dejo porque por muy horrible que fuera la pesadilla siempre sería mejor que la realidad en el campo.

El hecho de la desnutrición que sufrían y que la ausencia total de sentimentalismo provocaba también que el deseo sexual fuera nulo. Pero a pesar del primitivismo físico y mental. Los prisioneros llevaban una profunda vida espiritual. Las personas de constitución débil y que habían llevado una vida espiritual profunda parecían llevar mejor la vida en el campo que las personas fornidas. Esto se debe a que se retrotraían a una vida de riqueza interior y de libertad espiritual. Eso sí, no cabe duda de que estas personas de complexión endeble sufrieron muchísimo.

Para aliviar el sufrimiento de los prisioneros se crearon una especie de terapias de grupo basadas en el humor. Se parodiaba todo aquello que había en el campo y por muy horrible que fuera siempre se reían de ello. La suerte de Frankl se fue incrementando poco a poco. Fue trasladado desde trabajos en el exterior a las cocinas y posteriormente se presentó voluntario para trabajar en un campo destinado a enfermos de tifus desempeñando tareas sanitarias. Una cosa anhelada por el prisionero era la soledad. Dado que vivían en una sociedad comunitaria impuesta, no tenían ocasión de estar a solas consigo mismos. Frankl encontró un lugar destinado a ello cuando lo trasladaron a un campo de reposo.

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