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Conductismo


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  2.513 Palabras (11 Páginas)  •  286 Visitas

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CONDUCTISMO

El conductismo es la corriente más influyente en la psicología social hasta la década del 60. Sus máximos exponentes son Watson (1878-1858) y Skinner (1904-1990).

Los principios comunes en este enfoque son los siguientes: Se caracteriza por analizar la manera como el ambiente afecta al individuo pero no la manera como el individuo afecta a su ambiente.

El conductismo Watsoniano estudia la relación entre un estímulo y una respuesta; este primer conductismo es considerado insuficiente por Skinner quien hace notar que no todas las respuestas del organismo se producen en presencia de un estímulo identificable por lo que buena parte de la conducta queda sin explicar en este enfoque que él denomina condicionamiento respondiente. Para complementarlo, Skinner propone la existencia de respuestas operantes, cuyo mantenimiento o extinción van a depender, no de un estímulo que las antecede, sino de un estímulo que las sucede y al cual denomina refuerzo.

El término conducta o comportamiento ha sido incorporado a la psicología desde otros campos del conocimiento; fue ya anteriormente empleado en la química —y lo sigue siendo aún— para referir o dar cuenta de la actividad de una sustancia, un cuerpo, un átomo, etc. Pos-teriormente, Huxley lo introduce en biología para referirse también a las manifestaciones de la sustancia viva: célula, núcleo, etc.; y Jennings, en psicología animal. En todos estos campos, el término se refiere al conjunto de fenómenos que son observables o que son factibles de ser detectados, implicando todo ello la consigna metodológica de atenerse a los hechos tal cual ellos se dan, con exclusión de toda inferencia ani¬mista, vitalista, tratándose, por lo tanto, que su descripción y estudio sean una investigación libre —o lo más libre posible— de adiciones antro¬pomórficas. Esta posición antimetafísica y antivitalista tiende en todas las ciencias a un mayor rigor científico, describiendo y explicando todos los fenómenos en función de los fenómenos mismos, sin tener necesidad de recurrir a potencias o fuerzas ajenas y distintas a los sucesos naturales. En el estudio del ser humano también se aplicó el término a todas las reacciones o manifestaciones exteriores, tratando así de que la investi¬gación psicológica se convirtiera también sistemáticamente en una tarea objetiva, y —por lo tanto— la psicología en una ciencia de la naturaleza.

El término conducta, aplicado a las manifestaciones del individuo, tiene siempre la connotación de estar dejando de lado lo más central o principal del ser humano: los fenómenos propiamente psíquicos o mentales. Estos últimos serían realmente los fenómenos más importantes, dado que originan la conducta; y si estudiamos únicamente esta última, nos estamos ocupando solo de productos y derivados, pero no del fenómeno central. Etimológicamente la palabra conducta es latina y significa con¬ducida o guiada; es decir, que todas las manifestaciones comprendidas en el término de conducta son acciones conducidas o guiadas por algo que está fuera de las mismas: por la mente. De esta manera, el estudio de la conducta, considerada así, asienta sobre un dualismo o una dico¬tomía cuerpo-mente, sobre la tradición del más puro idealismo, en el que la mente tiene una existencia de por sí y es el punto de origen de todas las manifestaciones corporales; según esta perspectiva, el cuerpo es solamente un instrumento o un vehículo del que se vale la mente (alma) para manifestarse. La raíz religiosa de este esquema es fácil de deducir.

Siguiendo a Pichon Rivière, representamos los tres tipos de conducta como tres círculos concéntricos y los enumeramos como uno, dos y tres, que corresponden respectivamente a los fenómenos mentales, corporales y los de actuación en el mundo externo. El mismo autor, estudiando muy detalladamente este esquema y su dinámica en psicología y psico¬patología, ha llamado a estos círculos las áreas de la conducta.

Esta permanente coexistencia de las tres áreas no excluye el pre¬dominio de alguna de ellas, en un momento dado, y es este predominio el que permite calificar a la conducta como perteneciente a cada una de las tres áreas.

Conviene desde ya adelantar que constituye un error suponer que a cada área de conducta corresponda una ciencia particular, a saber: la psicología para el área de la mente, la biología para la conducta en el área del cuerpo y la sociología para las manifestaciones en el área del mundo externo. Este criterio tan erróneo ya no puede ser en la actua¬lidad seriamente sustentado por nadie. Estas tres ciencias se pueden y deben aplicar a todas las manifestaciones del ser humano, sea cual fuere el área de predominio o de manifestación, de la misma manera que un mismo objeto puede ser estudiado tanto por la física como por la química; no hay, por lo tanto, en el ser humano sucesos que deban ser estudiados exclusivamente por una ciencia o que sean del dominio exclu¬sivo de un solo campo científico.

Toda manifestación del ser humano se da siempre en el nivel psico¬lógico, y es por lo tanto factible de ser estudiada por la psicología, tanto si se trata de una manifestación mental como corporal (movimiento, gesto, tic, etc.) o en el mundo externo. De la misma manera, en cualquier área la conducta implica siempre la participación indefectible del cuerpo y del mundo externo. Una conducta en el área de la mente, por ejemplo el pensar, debe ser estudiada tanto por la psicología como por la biología y la sociología: hay una psicología del pensamiento, una biología y una sociología del pensamiento. Una conducta en el área del cuerpo debe también ser estudiada por las tres ciencias; así, hay una psicología del gesto, una biología del gesto y una sociología del gesto. Una conducta en el mundo externo sigue las mismas exigencias; hay —por ejemplo— una sociología de la movilidad social, tanto como una psicología y una biología.

Para el estudio de la psicología, queda con esto anotado un dato fundamental que queremos ahora subrayar: la psicología no es solamente la ciencia de los fenómenos mentales, la psicología abarca el estudio de todas las manifestaciones del ser humano y éstas se dan siempre, en reali¬dad, en el nivel psicológico de integración. La psicología no excluye ninguna otra ciencia, sino que las implica necesariamente. Sin psicología no hay un conocimiento total del ser humano. Tampoco lo hay con la psicología sola.

Por lo tanto, reiteramos que cada área de la conducta no se corres¬ponde con una distinta entidad sustancial y que tampoco cada área es privativa de una ciencia en particular. Todas las conductas son objeto de todas las ciencias. Al respecto, el equívoco fundamental proviene en gran parte de la biología

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