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Cuadro Comparativo terapias posmodernas


Enviado por   •  26 de Mayo de 2020  •  Resúmenes  •  2.731 Palabras (11 Páginas)  •  796 Visitas

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TERAPIAS POSMODERNAS

Terapia Centrada en Soluciones

Terapia Narrativa

Terapia Colaborativa

Entiende las dificultades de los clientes como construidas en el lenguaje.

A Michael White no le parece el término posmoderno, prefiere hablar de su modelo terapéutico como Postestructuralista.

La TN se basa en la idea de que le damos sentido a nuestras experiencias organizándolas como historias o narraciones.

Una parte importante de la terapia colaborativa es abrir espacio para que se puedan expresar todas estas perspectivas y las ideas de todos los participantes en la conversación.

De Jong y Kim Berg (2002) plantean pasos:

  • Explicar al cliente como trabaja el terapeuta.
  • Describir el problema
  • Averiguar y amplificar lo que el cliente quiere (utilización de la pregunta del milagro)
  • Explorar las excepciones (uso de escalas)
  • Formular y ofrecer retroalimentación al cliente, y
  • Ver, amplificar y medir el progreso del cliente.

Esta terapia ha desarrollado un estilo de trabajo claro que consta de diferentes prácticas o tipos de conversación entre clientes y terapeutas. Estas incluyen:

  • Las conversaciones externalizantes
  • La identificación de “acontecimientos excepcionales”
  • El uso de preguntas del “panorama de la acción” y el “panorama de la identidad”
  • El trabajo con equipos de “textos externos”
  • El uso de documentos terapéuticos

La TC no tiene una serie de técnicas específicas o ciertos pasos a seguir.

Harlene Anderson (1997, 2003) enfatiza que se trata más bien de una filosofía o postura respecto a la gente, a las personas que nos consultan y cómo nos relacionamos con ellos.

Postula que esta postura filosófica se manifiesta en una actitud que le comunica al otro que vale la pena escuchar lo que tiene que decir, que lo vemos como un ser humano único y no lo categorizamos como miembro de cierto grupo o tipo de personas.

Si un terapeuta cree esto, se conectará de forma autentica con el otro y podrá colaborar y construir con él en un proceso terapéutico participativo, colaborativo y poco jerárquico.

Otro aspecto importante de este enfoque es que supone que la mayoría de las personas valoran y quieren tener relaciones exitosas y una buena calidad de vida (Anderson, 2003). La postura colaborativa es descrita por Anderson en términos de un conjunto de conceptos interconectados: las sociedades conversacionales, la investigación compartida/mutua, el cliente como experto, el “no saber”, el ser público, la incertidumbre y la terapia como parte de la vida cotidiana.

Énfasis en las soluciones y las excepciones

El objetivo más importante de es construir e implementar soluciones. Faceta característica: Le dedica mucha más atención a explorar las soluciones que a investigar los problemas .La TCS se trata de construir soluciones.

Cuando los clientes y el terapeuta si hablan del problema y una vez que éste queda claro, se procede a hablar sobre las excepciones (son aquellas ocasiones en las que el problema no está presente o es menos frecuente o menos intenso).

Las conversaciones exteriorizadas: 

Una de las características que distinguen a la TN es la manera en que se habla de los problemas. Se piensa en los problemas como algo separado del cliente, algo externo a él o ella pero que está afectando su vida.

Freedman y Combs (1996) enfatizan que la exteriorización es más importante como una actitud que como una técnica.

Cuando la gente empieza a hablar de sus problemas como entidades separadas, como algo que está afuera, siente una diferencia casi inmediata.

Con frecuencia reportan que externalizar los problemas les ayuda a ponerlos en perspectiva, a sentirse menos culpables y a sentir que pueden hacer algo para solucionarlos.

Sociedades conversacionales

El terapeuta colaborativo y sus clientes se convierten en “socios” o compañeros conversacionales al establecer relaciones de colaboración y participar en conversaciones dialógicas. Para lograr esto es necesario que el foco de atención sea lo que el cliente tiene que decir y que el terapeuta constantemente escuche, aprenda y trate de entender al cliente desde la perspectiva y el lenguaje de éste

Establecimiento de metas

Es indispensable explorar con el paciente a dónde quiere llegar, qué quiere ver en su vida y en su lugar del problema que lo trae a consulta.

Establecer metas claras es fundamental para este tipo de terapia. Tener un objetivo bien definido es de gran utilidad en la terapia porque nos permite “medir” el progreso del paciente al acercarse a éste.

Las metas deben ser establecidas por el paciente.

El terapeuta le puede ayudar a plantearlas con claridad. Es importante que el paciente formule no sólo lo que quiere que deje de suceder, sino lo que quiere en lugar del problema. Una forma de ayudar al paciente a establecer sus metas es con la pregunta del milagro.

Pasos1 : Nombrar al problema

En la TN, el terapeuta le pide al cliente que describa y nombre al problema. Es muy importante trabajar con las palabras exactas que usa el cliente y se puede invitar también a compartir imágenes o metáforas que describan al problema.

 La terapia como investigación

Hay un interés por el “conocimiento local” es decir, por lo que el cliente sabe sobre su experiencia y su situación, más que por una teoría general que la explique. Juntos, el terapeuta y el cliente van generando conocimientos a través de una investigación compartida en la que exploran juntos lo familiar y co-crean lo novedoso. Una parte muy importante de este proceso es que el cliente cuenta su historia y al hacerlo en este contexto de

co-investigación, la clarifica, amplia y transforma

La pregunta del milagro

Esta pregunta básicamente invita al cliente a que imagine qué sería distinto si el problema que le preocupa se solucionara.

Kim y De Jong (2002) enfatizan la importancia de hacer la pregunta del milagro correctamente, con calma y con cierta dosis de dramatismo. No se debe de utilizar a la ligera ni frecuentemente y hay que preparar al cliente.

Esta pregunta es sumamente útil por varias razones. Muchas veces cuando tenemos un problema no vemos alternativas. Como la pregunta del milagro es hipotética y no es «real», permite que los clientes se den la libertad de imaginar un escenario libre del problema sin censurar sus ideas. La respuesta a la pregunta del milagro contiene las claves para las soluciones al problema y las metas de la terapia.

Es importante mencionar que la respuesta a la pregunta del milagro es sólo el punto de partida para conversaciones subsecuentes. Hay que trabajar cuidadosamente, haciendo muchas preguntas más. Entre ellas, preguntas sobre el sistema relacional.

 

Exploración de los efectos del problema

Después de obtener la descripción del problema que al cliente le parezca más acertada y apegada su experiencia, la terapeuta indaga sobre la historia del problema. Esto no se hace para encontrar su causa, sino para entenderlo mejor y para explorar historias alternativas más adelante.

Es importante “hilar fino” y obtener descripciones detalladas de los efectos del problema para posteriormente indagar sobre los efectos de la persona sobre el problema, las formas en las que el cliente ha modificado o modifica la “vida” del problema.

El cliente es el experto

El terapeuta colaborativo considera que el cliente es el experto sobre su propia vida. Anderson (2003) dice que el cliente es el maestro del terapeuta. El terapeuta respeta la historia del cliente y toma en serio lo que éste tiene que decir y la manera en la que quiere expresarlo.

El uso de escalas  

Se trata de una escala subjetiva con la que el cliente puede evaluar, entre otras cosas: la intensidad del problema, su grado de esperanza en que las cosas cambien, cuánta confianza siente en que cambiarán, el progreso que ha hecho desde la última sesión, en qué punto sentirá satisfecho y muchas más. El terapeuta generalmente dibuja una línea vertical en un papel y pone un número 1 en un extremo y un 10 en el otro. El 1 puede representar el problema en su grado máximo y el 10 la ausencia del problema.

Se le puede pedir al cliente que indique en qué punto está el problema en la actualidad, dónde ha llegado a estar en su peor momento, en qué número tendría que estar para que él sintiera que las cosas van mejor o a qué nivel quisiera que llegara para darse cuenta de que la terapia ha funcionado.

El uso de escalas es sumamente útil. Establece una «línea base» y puede ser un punto de referencia constante en las sesiones.

Desconstuir o poner el problema en contexto

En la TN se exploran también los efectos que tienen los discursos y prácticas sociales dominantes en la vida de los clientes.

El terapeuta le pide al cliente que evalúe los efectos de estas ideas y prácticas sobre su vida y que tome una postura al respecto

 La postura de “no saber”

La idea del cliente como experto/maestro se relaciona con una de las propuestas que han generado más controversia respecto a la terapia colaborativa: que el terapeuta debe trabajar desde una postura de “no saber”. Esto no quiere decir que el terapeuta no sepa nada o no haga nada, que sea una pantalla en blanco o que no ofrezca opiniones. El “no saber” se refiere a: “La actitud y la creencia de que el terapeuta no tiene acceso a información privilegiada, nunca puede entender totalmente a otra persona y siempre tiene que aprender más sobre lo que se ha dicho o no se ha dicho. No saber quiere decir que el terapeuta es humilde respecto a lo que sabe. No saber implica escuchar respetuosamente de manera activa y responsiva. El terapeuta escucha de forma que le demuestra al cliente que tiene algo que merece ser oído… estar abierto a la historia de la otra persona es central para el dialogo.

Esto se traduce que el terapeuta deje que el cliente esté al centro del escenario, que sea él quien lleve la batuta sobre la historia que quiere contar y cómo quiere contarla. El terapeuta trata se seguir el paso y el ritmo de la narración del cliente y de mantener sus preguntas dentro de los parámetros de los problemas y soluciones descritos por el cliente.

Pensar en el cliente como experto no quiere decir que el terapeuta no sea experto en nada. Anderson dice que el terapeuta es experto en procesos conversacionales. Esto quiere decir que el terapeuta asume la responsabilidad de crear un espacio conversacional que invite al dialogo, a la exploración conjunta y a la colaboración al definir y “disolver” los problemas (Anderson, 2003).

Retroalimentación:

En cada sesión de Terapia Centrada en Soluciones el terapeuta le da al cliente una retroalimentación cuidadosamente formulada.

Ésta tiene tres componentes: un «halago» con el que se reconoce algo positivo de la clienta, un «puente» que tiene que ver con sus metas y una tarea que generalmente tiene que ver con que observe qué es distinto cuando las cosas están mejor o que haga más de lo que le ha funcionado. Cuando se trabaja con este modelo, es común empezar las sesiones preguntando « ¿Qué ha mejorado desde que nos vimos la última vez?» Desde ahí se contribuye a crear una expectativa de cambio y a establecer el tono de las sesiones, en las que hay un gran interés por conocer y aprovechar lo que el cliente ya está haciendo para mejorar su situación.

Halago

Puente

Tarea

Descubrir acontecimientos excepcionales

El problema y sus efectos constituyen lo que White y Epson (1989) denominan la “historia dominante”. Una vez que ésta se ha explorado en detalle, se empieza a averiguar sobre épocas o eventos en la vida del cliente que contradigan esa historia dominante. Se trata de encontrar, dentro de la propia narración del cliente sobre su vida, evidencia de otras posibles historias o narrativas sobre su identidad. Esto es similar a la búsqueda de excepciones, White y Epson les llaman “acontecimientos excepcionales”. Una vez que se mencionan acontecimientos excepcionales, es muy importante que el terapeuta los investigue con cuidado, aprendiendo sobre su historia y sobretodo sobre el significado que estos eventos tuvieron para el cliente en su momento, lo que significaron para otras personas importantes en su vida y lo que el recordarlos significa para él en la actualidad.

La incertidumbre

Una parte del no-saber tiene que ver con la incertidumbre. Desde la perspectiva colaborativa, nunca podemos saber a priori a dónde nos va a llevar una conversación, dónde acabará una sesión. Esto se debe a que el lenguaje es generador. Al hablar juntos cliente y terapeuta, surgen ideas que probablemente ninguno de los dos tenía antes de su conversación. Anderson (2006) dice que a la luz de la visión posmoderna sobre el lenguaje, no podemos pensar en causalidad en las interacciones humanas. No podemos predecir que si el terapeuta dice o hace esto, el cliente dirá o hará aquello. Una implicación de esto para Anderson (2003) es que el terapeuta aborda cada consulta como una situación única, esto incluye lo que el cliente presenta y el posible resultado de la terapia.

Desde esta postura, el terapeuta no provoca un cambio en el cliente, sino que ambos se van transformando a través de su interacción. Anderson (2006) prefiere el término “transformación” al de “cambio”, ya que este nos remite a lo fluido y continúo del movimiento de nuestras vidas, mientras conserva al mismo tiempo un sentido de continuidad.

Cuando se trabaja con este modelo, es común empezar las sesiones preguntando “Qué ha mejorado desde que nos vimos la última vez? Desde ahí se contribuye a crear una expectativa de cambio y a establecer el tono de las sesiones, en las que hay un gran interés por conocer y aprovechar lo que el cliente ya está haciendo para mejorar su situación.

Engrosar la trama

Hay ciertas historias que se vuelven dominantes en nuestras vidas y si son muy limitadas, pueden excluir aspectos importantes de nuestra identidad. Encontrar acontecimientos excepcionales que contradigan la historia dominante constituye 1º paso para la construcción de historias o “tramas” alternativas. Inicialmente es probable que la historia dominante sea muy fuerte o tenga mucho peso. Es necesario fortalecer esta historia alternativa para “engrosarla” y que adquiera mayor significancia y “peso” para el paciente.

Ser “público” como terapeuta

La apertura del terapeuta tiene también que ver con la idea de ser “público”. Anderson ha descrito como todos tenemos constantemente conversaciones externas (con otras personas) e internas (con nosotros mismos).

Ser público como terapeuta quiere decir estar dispuesto a compartir la conversación interna en vez de mantenerla oculta o velada. El terapeuta comparte sus ideas para participar en la conversación, no para guiarla o dirigirla. Poner estas ideas sobre la mesa también puede prevenir que éstas sesguen la conversación, ya que lo que no se dice puede influir en la forma en la que el terapeuta hace preguntas o contribuye a la conversación.

La TN es descrita como un proceso de re-escribir las historias que constituyen nuestra identidad. White (2003) llama a las conversaciones terapeutas “conversaciones de re-autoria”. Estas giran alrededor de 2 tipos de preguntas:

  1. Preguntas sobre la acción
  2. Preguntas sobre el significado de la acción (preguntas de identidad)

Una vez que se ha identificado un acontecimiento excepcional, podemos hacer muchas preguntas sobre qué hizo el cliente para hacer eso o dar ese paso, o cómo se preparó para actuar de esa manera. Todas estas son preguntas del “panorama de la acción”

Es importante también indagar sobre el significado de los acontecimientos excepcionales, a lo que White y Epson (1989) llaman “panoramas de la identidad”

La terapia como vida cotidiana 

Lo que sucede en la terapia es muy similar a lo que pasa en nuestra vida cotidiana, en el sentido de que se utiliza un lenguaje coloquial, no “profesional” o técnico.

Al hablar de TC es muy difícil dar una pregunta suelta o un tipo de interrogatorio, Anderson (1997, 2003) se trata de “preguntas conversacionales”. Es decir son preguntas muy parecidas a las que se dan en otras conversaciones cotidianas, cuyas respuestas requerirán de nuevas preguntas y que invitan a hablar sobre lo familiar o lo desconocido de maneras diferentes y que pueden abrir posibilidades. Lo importante es el proceso del dialogo y cómo a través de éste se van aclarando ideas, considerando alternativas y creando significados diferentes para todas las personas involucradas en la conversación.

La multiplicidad de perspectivas

Los TC frecuentemente trabajan con equipos de reflexión, “equipo como sí”. Los integrantes de este tipo de equipos escuchan la sesión “como si” fueran distintas personas involucradas en la situación que describen los clientes. Al finalizar la entrevista, los miembros del equipo comparten sus reacciones, hablando “como si” fueran esas personas.

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