¿Cómo Influye La Mercadotecnia Y La Publicidad En Los Niños?

¿Cómo influye la mercadotecnia y la publicidad en los niños?

Romero, L.

Abstract

La mercadotecnia se encarga de promover la venta de bienes y servicios a personas de todas las edades. Recientemente ha surgido la preocupación de cómo afecta la publicidad a los niños. Con las nuevas tecnologías, los anunciantes han encontrado formas más ingeniosas y sutiles de llegar a ellos, utilizando técnicas psicológicas para persuadir la compra. Los niños no perciben las verdaderas intenciones de los comerciantes y con ello logran implantar hábitos e ideas que a ellos les convengan. Este trabajo consiste en un análisis de la forma en que funciona la publicidad con los niños y los efectos negativos que ésta tiene.

Palabras clave: mercadotecnia, niños, efectos.

Mercadotecnia: Conjunto de principios y prácticas con las que se pretende aumentar la demanda de un producto.

Niños: Personas que se encuentran en el periodo de la vida humana que se extiende desde el nacimiento a la pubertad.

Efectos: Aquello que sigue por virtud de una causa.

Introducción

La mercadotecnia y la publicidad se encargan de promover la venta de bienes y servicios en consumidores tanto adultos como niños. Recientemente, ha crecido la preocupación por cómo influencia el comercialismo en los niños, ya que las nuevas tecnologías han abierto nuevas rutas que permiten llegar a los menores de maneras cada vez más sutiles, pero más efectivas. Según Calvert (2009), los niños son especialmente vulnerables a la publicidad ya que sus habilidades cognitivas no les permiten identificar la intención persuasiva de los anunciantes, es por eso que ha surgido la discusión sobre los límites que deberían ponerse en la mercadotecnia dirigida hacia los menores.

El objetivo de este trabajo es examinar el impacto que tiene la mercadotecnia en el desarrollo de los niños, describir las técnicas que están utilizando los anunciantes para llegar a los infantes y analizar si éstas tienen un efecto negativo sobre ellos

Desarrollo

La televisión ha sido por mucho tiempo el básico de la publicidad para los niños. De acuerdo a Calvert (2011), ellos ven aproximadamente 40,000 anuncios cada año dirigidos especialmente a ellos (cereales, restaurantes de comida rápida, dulces, juguetes, etc.). Pero con la era del Internet, y el creciente acceso de los menores a las tecnologías, las técnicas se han vuelto más ingeniosas.

Una de las herramientas más novedosas de los últimos tiempos es Twitter, una red social de microblogging mediante la cual los usuarios comunican en tiempo real lo que les gusta, sus opiniones, lo que están haciendo o cualquier otra cosa en menos de 140 caracteres, a los que se les denomina ‘tweets’. Esto ha sido capitalizado por las industrias, pues no sólo tienen la posibilidad de pagar para añadir sus productos a la lista de Tendencias y promover la aparición de ciertos tweets en las búsquedas para que se hable de ellos, sino que también pueden lograr que las celebridades que los niños más siguen, digan cuánto aman sus productos (Knorr, 2010), y si Kim Kardashian toma cierto jugo, los niños también lo querrán.

Cada vez niños más y más pequeños tienen acceso a un teléfono móvil. Tan solo en Méico, el 36% de los niños entre 6 y 10 años, y el 65% de los adolescentes entre 10 y 18 cuentan con uno (Esquivel, 2011). Los anunciantes han sabido posicionarse en esos aparatos sin los que no pueden vivir mediante la creación de aplicaciones y el envío de alertas sobre temas que les interesan que mantienen en constante bombardeo anuncios de los productos que ellos quieren vender.

Otro sitio que no podía faltar entre las estrategias de los anunciantes, es Youtube, una página que permite a los usuarios subir y compartir videos con todo el mundo, y las compañías también lo hacen. Desde pequeñas series subidas directamente en sus canales que invitan a los niños a regresar periodicamente, hasta videos virales que esconden sus intenciones de maneras más sutiles, e incluso anuncios en los videos más populares, las empresas buscan que los consumidores los estén viendo todo el tiempo.

Siendo niños el mercado objetivo, no podían faltar los juegos. Las compañías insertan en sus páginas aplicaciones para que los pequeños jueguen con sus personajes y sus productos (Knorr, 2011) . Entretenidos pueden pasar horas lo que significa más exposición al producto y se traduce en ventas para los comerciantes.

Y por supuesto, también utilizan la red social que revolucionó al mundo, Facebook. La naturaleza viral de Facebook juega con el deseo de los menores por ser aceptados. Facebook anuncia cuando un amigo pone “Me gusta” a un producto, y toma nota de eso, sugiriendo contenido relacionado y cosas que podrían gustar de acuerdo a las preferencias que ha mostrado el consumidor (Knorr, 2011).

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