DEPRESIÓN POSTPARTO Y AJUSTES EN LA FAMILIA

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UNIDAD II

AJUSTES EN LA FAMILIA

Análisis de videos y temática de ajustes a la familia

CAMPUS DE CIENCIAS SOCIALES, ECONÓMICO – ADMINISTRATIVA Y HUMANIDADES

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Alumno(a): Mayra Canela Parejas

Fecha de entrega: 31/10/2018

Grupo: E

Sala: 5

Bibliografía:

• https://youtu.be/AvyKC9HXKW4
• https://photos.app.goo.gl/zhsVSDEVzM4zn69T8
• Papalia, D., Feldman, R., y Martorrel, G. (2012) Desarrollo Humano. 12ª Ed. México: Mc Graw Hill
• Papalia D., Wendoks E., Duskin S. (2009) Psicología del Desarrollo. 11ª Ed. México: Mc Graw Hill.
• Craig, G. (2009). Desarrollo Psicológico. 9ª Ed. México: Prentice Hall.
• Santrock, J. (2006). Psicología del desarrollo. El ciclo vital. 10ª Ed. España: Mc Graw Hill.

Mérida, Yucatán, México a 31 de Octubre del 2018.

DEPRESIÓN POSTPARTO Y AJUSTES EN LA FAMILIA

La depresión posparto es un tipo de depresión, que puede ser intensa o moderada, y que se presenta después de que la mujer haya dado a luz, ya que durante este periodo, la mujer realiza una adaptación y un esfuerzo de gran magnitud, que, además de no ser ni reconocido ni divulgado fuera del ámbito privado, no es suficientemente compartido por el hombre, ni apoyado en la práctica por la sociedad. En general, existe un desconocimiento acerca de los profundos cambios que supone para una mujer el nacimiento de un bebé, especialmente si es la primera vez que esto ocurre.

Por un lado, se producen numerosas modificaciones en el organismo, que con frecuencia conllevan muchas molestias, a la vez que cambia la forma de su cuerpo, lo que hace que muchas mujeres se sientan descontentas con su aspecto externo. Por otro lado, se produce un cambio muy brusco en el modo de vida de las mujeres. Con el nacimiento del primer bebé, la relación de pareja sufre una importante transformación. Sobre la mujer recae la máxima responsabilidad en las tareas de la crianza y del cuidado de la casa, mientras que el hombre continua realizando el trabajo normal sin producirse una ruptura brusca en su vida cotidiana, aunque esto no quiere decir que no se ve afectado, pero ocurre en una magnitud distinta. Así, pues, el nacimiento de una hija o un hijo supone para las mujeres enormes modificaciones en su modo de vida cotidiana, afectando incluso a las relaciones sociales y familiares, comunicación, toma de decisiones y relaciones sexuales, etc.

Esta etapa exige, por tanto, una brusca adaptación para las mujeres en varios aspectos a la vez (en su organismo, su vida personal y social), por lo que resulta ser una condición propicia para generar un estado de agotamiento y tensión elevado, que no suele ser suficientemente entendido por la pareja, ni en su entorno familiar. Sin embargo, no nos debería resultar extraño que un gran número de mujeres de los países desarrollados, experimente una Depresión Posparto, si fuéramos conscientes de los numerosos factores estresantes que convergen y afectan negativamente a las mujeres cuando experimentan la maternidad, la aparición de este fenómeno no es inherente a la condición de “ser madre” ni se debe a ningún condicionamiento biológico, sino que se explica por las condiciones que se producen en el postparto, determinadas tanto por nuestra estructura social como por el sistema de crianza y el tipo de socialización que reciben las mujeres y los hombres en nuestra sociedad.

Como se ha mencionado, aunque la depresión postparto no es un tema que todos conozcan o del que todo mundo hable, este es un fenómeno por el que la mayoría de las madres pasa, entre 14% y 23% de las mujeres sufren depresión en el embarazo, y hasta 70% de las embarazadas tienen algún síntoma de depresión en algún momento y muchas veces en silencio o sin darse cuenta, pues no siempre se presenta en la forma típica de “Depresión” y con los síntomas habituales que todos conocemos, pero de igual manera estos pueden ser lo suficientemente severos para comprometer su habilidad de proveer una crianza óptima a su hijo.

Muchas mujeres pueden experimentar la depresión postparto inmediatamente después de este, debido a los cambios hormonales y a otros cambios físicos que acompañan el embarazo, el parto y el periodo inmediato al posparto; al principio, puede parecer una tristeza post parto (baby blues), pero los signos y síntomas son más intensos, más duraderos y eventualmente interfieren con su habilidad para cuidar al bebé y manejar otras tareas diarias. Aunque también se da el caso de que, en algunas madres primerizas, la depresión continúa más allá del período del posparto o emerge al mismo tiempo que ella está empezando a conocer a su bebé; se sienten disgustadas, solas, con miedos, o sin ganas de acercarse a él y al mismo tiempo culpable por tener estos sentimientos.

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