Depresión y Suicidio según enfermería

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [pic 1][pic 2]

ESCUELA Y PREPARATORIA TÉCNICA MÉDICA

Bachillerato Técnico en Enfermería B.P. Inglés.

Enfermería Avanzada

ETAPA 1: Asistencia de Enfermería en problemas psicosociales del Adolescente y en Pacientes con alteraciones neurológicas.

Actividad No. 1:  Resumen acerca del tema Depresión y Suicidio en formato electrónico.

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Docente: Lic. Enf. Jonnathan Oswaldo Tovar Herrera.

Estudiante: Martínez Hernández Ángel Francisco.

Matrícula: 1959715.  Grupo: 602.

Semestre Febrero-Junio 2021.

Monterrey, Nuevo León; a 11 de febrero del 2021.

ACTIVIDAD: Resumen.  

Instrucciones: Elabora un resumen electrónico en formato Word acerca del tema Depresión y Suicidio para complementar lo aprendido en clase.

INTRODUCCIÓN

La OMS define la adolescencia como el período de crecimiento y desarrollo humano que se produce posterior a la niñez y antes de la edad adulta, aproximadamente entre los 10 y los 19 años. A nivel general, se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios, debido a que es un periodo de preparación para la edad adulta durante el cual se producen varias experiencias de desarrollo de suma importancia. [pic 5]

Más allá de la maduración física y sexual, ocurre la transición hacia la independencia social y económica, el desarrollo de la identidad, la adquisición de las aptitudes necesarias para establecer relaciones de adulto y asumir funciones adultas y la capacidad de razonamiento abstracto. Sin embargo, además del desarrollo del potencial, la adolescencia constituye también una etapa de riesgos considerables, durante la cual el contexto social puede tener una influencia determinante.

Aunque no todos los jóvenes atraviesan la adolescencia con dificultades, el hecho de que se trata de una etapa en la que se afrontan muchos cambios ocasiona que algunos de ellos desarrollen problemas emocionales o de comportamiento, en los que están implicados muchos factores de riesgo, tanto individuales como familiares y sociales.

En este punto entran los trastornos depresivos y las conductas suicidas, que en conjunto suponen un importante problema de salud pública por su alta prevalencia y por el incremento en la morbilidad y mortalidad psicosocial.

La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado; es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más, y que en caso de agravarse pueden desencadenar conductas suicidas, es decir, el suicidio o intento de este. De ahí que sea tan importante abordar estos problemas psicosociales de una manera oportuna y adecuada.

En su etiología, la mayoría de los investigadores considera que la depresión es el resultado de la interacción entre las características biológicas y las vulnerabilidades fisiológicas de una persona y la frecuencia de sucesos estresantes o situaciones difíciles de superar en su vida.

DESARROLLO

El estado de ánimo puede encontrarse en un nivel normal, elevado o deprimido. Habitualmente, las personas experimentan un amplio abanico de estados de ánimo y de expresiones afectivas. La gente siente que tiene cierto control sobre su estado de ánimo, sin embargo, cuando se sufre de los trastornos del estado de ánimo se pierde esta sensación de control y se experimenta un malestar general. El rasgo esencial de los trastornos del estado de ánimo, es que todos ellos reflejan un desequilibrio en la reacción emocional o del estado de ánimo que no se debe a ningún otro trastorno físico o mental.

La depresión es uno de los principales trastornos de ánimo, sino es que el principal, y puede definirse como un sentimiento persistente de inutilidad, pérdida de interés por el mundo y falta de esperanza en el futuro, que modifica negativamente la funcionalidad del sujeto. A nivel global, implica un problema importante de salud pública, y aunque su tratamiento no es un misterio médico, requiere de una labor multidisciplinaria y colaborativa de los equipos de salud, capaces de integrar la participación de la comunidad y, en particular, de un gran esfuerzo por parte de las personas afectadas por dichos trastornos.  [pic 6]

En la actualidad, cuando hablamos de depresión, la sociedad engloba diferentes situaciones: desde la tristeza y los cambios de humor, hasta los síntomas intensos e irritabilidad que llegan a interferir con actividades cotidianas, y que suelen indicar un problema psicopatológico serio. Por ello, diversos autores han optado por clasificar el trastorno depresivo según su gravedad, estableciendo así 3 niveles jerárquicos, a mencionar:

• 1) Humor depresivo: supone un bajo estado anímico acompañado de sentimientos de tristeza, cambios bruscos de humor, baja autoestima y ansiedad, y es relativamente frecuente durante la adolescencia.
• 2) Síndromes depresivos: requieren la ocurrencia simultánea de varios síntomas y conductas, pero no son lo suficientemente graves para ser catalogados clínicamente como un trastorno depresivo mayor.
• 3) Trastorno depresivo mayor (TDC): Acorde a lo que menciona el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), fuente de información global para el abordaje de los trastornos mentales, el trastorno depresivo mayor requiere la presencia de al menos un episodio depresivo intenso caracterizado por sentimientos de tristeza o apatía, de al menos 2 semanas de duración, aunado a la presencia de 4 o más síntomas de los siguientes:

• Pérdida importante de peso o apetito.
• Alteración del sueño.
• Agitación o retardo psicomotor.
• Fatiga o disminución de energía.
• Sentimientos de inutilidad o culpa.
• Dificultades de concentración.
• Ideas recurrentes de muerte o pensamientos suicidas.

Ahora bien, y aunque pudiera parecer que no es así, debe saberse que los trastornos depresivos constituyen un grave problema de salud pública, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial, debido a que en décadas recientes su prevalencia y evolución han ido en aumento, derivado de la falta de información por parte de la población y la dificultad en la detección de los casos.

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