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Desarrollo Del Niño

leonel1234525 de Julio de 2013

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO

SUBDIRECCIÓN DE EXTENSIÓN

TUTOR: Rosa Flores

. INTEGRANTE

LEONEL ARVELO C.I: 14.303.314

SCARLET ESMERALDA C.I:14.304.414

FRANCISCO GALENO C.I:14.011.890

MIGUEL CARRASQUEL C.I:13.949.483

STEFANI FERNANDES C.I:20.384.677

Valencia, 08 de Diciembre de 2012

INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de crecimiento y desarrollo casi nunca pensamos en todo lo que abarca estos vocablos, pues bien todos saben que el hombre cumple diferentes cambios a través de su larga vida; algunas veces cuestionamos al adulto, pero en ningún momento nos detenemos a analizar que el comportamiento de ese adulto ha sido muy seguramente el reflejo de su niñez. Este trabajo está enfocado directamente a los cambios físico, y motor , que el niño experimenta en el transcurso de la primera parte de su vida e incluso algunos cuidados relacionados con la salud; esta fase o etapa primordial e indispensables para el buen desarrollo de la personalidad del individuo.

Desarrollo físico y motor del niño de 0 a 12, y relacionarlo con las demás áreas del desarrollo 0 a 12.

Crecimiento y desarrollo físico: al observar un niño acabado de nacer, vemos que es una criatura enrojecida, arrugada, cubierta de una capa cerosa protectora. La cabeza es relativamente grande, la cara redonda y la mandíbula pequeña; el pecho más redondo que plano, el abdomen prominente, los brazo largos y las piernas cortas y curvas. Los ojos, de color azul grisáceo, vagan independientemente el uno de la otra, alguna vez extraviados, la posición predominante del infante es la de flexión parcial.

La primera y más crítica necesidad del recién nacido es el establecimiento de una adecuada actividad respiratoria; ésta se inicia con el primer llanto, que se produce inmediatamente después de que el bebé ha respirado por primera vez. Entre las actividades del neonato que ayudan a la respiración, está llorar, toser y estornudar.

Características motrices: la movilidad del neonato es incontrolada, dispersa, difusa y, en gran parte, de naturaleza refleja. Sus repuestas motoras son generalizadas; por ejemplo, si se frota una aguja la palma de la mano, reacciona, no solamente retirando las manos, sino con un movimiento general que afecta a todo el cuerpo. Muchas de estas respuestas tienen un valor de supervivencia, ya que le ayudan a adaptarse al medio; entre ellas se encuentran la reacción de la succión, la centración de las pupilas ante un estímulo luminoso, los movimientos de búsqueda del pezón, succión, deglución, tos, estornudo y vómito y las reacciones específicas localizadas, como el reflejo de presión que consiste en cerrar la mano cuando la palma es estimulada o apretar el puño si se le introduce algún objeto.

También se observa en el recién nacido el reflejo de Moro, que se manifiesta con la extensión y posterior flexión de los brazos sobre la cuna; a los pocos días es el que se obtiene colocándolo boca abajo sobre la cuna; a los pocos días de nacido levanta la cabeza hasta separar la barbilla del plano de apoyo. Además es tipo de la edad el reflejo de marcha: si se toma al niño por las axilas y se lo pone en posición vertical con los pies sobre un plano horizontal, se mostrará capaz de hacer movimientos de paso.

Finalmente, entre las respuestas motoras generalizadas propias del infante está el temblar de frío, retorcerse y poner la espalda en arco por cualquier estímulo fuerte ejercicio sobre la piel. Al ponerlo boca abajo descansa en posición de flexión parcial, algo rígida y, en lo referente a la vista, puede fijar una cara o una luz en línea de visión.

Al final de la cuarta semana las piernas del niño se encuentran un poco más extendidas, puede alzar el mentón y levantar la cabeza por un momento estando boca abajo; en esa edad se observa una mayor tonicidad en los músculos de la nuca pero, al tratar de sentarlo, descuelga la cabeza hacia atrás. El bebé de un mes observa la cara de las personas, puede seguir con los ojos los objetos que se mueven unos pocos grados, emiten pequeños sonidos guturales, reacciona ante el sonido de una campanilla y hace el movimiento de succión antes de mamar.

Comportamiento: El comportamiento del recién nacido es muy limitado. Pasa la mayor parte del tiempo durmiendo, su actividad está dirigida a satisfacer la necesidad de nutrición y consiste en llorar cuando tiene hambre; tiende a voltear la cabeza y buscar con la boca el pezón de la madre o cualquier otro estímulo colocado cerca de sus mejillas; este es uno de sus reflejos, al igual que succionar, tragar y vomitar. Las tensiones que se producen a causa del hambre, frió, el calor, el dolor o cualquier otra molestia hace que el niño llore; la pronta satisfacción de sus necesidades y el alivio de sus incomodidades le devuelve la calma y la placidez. Algunos bebés tienen mayor necesidad que otros de ser cargados, mencionados y acariciados con ternura.

Desarrollo Cognoscitivo.

Según Piaget, después del nacimiento se inicia la fase de la inteligencia senso – motriz, la que él divide en seis períodos, el primero de los cuales abarca el primer mes de vida. Durante este tiempo, el niño practica los esquemas a los sentidos, nervios y músculos que intervienen en un comportamiento dado. Por ejemplo, hay un esquema que opera en la succión, lo constituye los músculos y los nervios que conforman los órganos gustativos e intervienen en los reflejos de succión y deglución.

Por lo tanto, esta primera fase del desarrollo cognoscitivo consiste en usar las habilidades con que nace el niño, como succionar, llorar, mover los brazos y las piernas, y en perfeccionarlas, por medio del ejercicio y la repetición. En el proceso de realización de estos actos simples, la gente y las cosas proveen al bebé nuevos estímulos y le va aprendiendo y madurando, ya que el ejercicio reflejo asegura la asimilación reproductora o funcional y se prolonga en una asimilación generalizadora, como chupar en el vacío o chupar otros objetos, y en una asimilación recognoscitiva, es decir, diferenciar el pezón de otros objetos. En el corto lapso de cuatro semanas, el recién nacido ha aprendido a hacer cosas que no sabía hacer.

Desarrollo Social: Para el neonato, el medio circundante consiste, por decirlo así, en un solo individuo, la madre o quien la sustituye. Pero incluso este individuo único no es percibido por el recién nacido como una entidad distinta a él, sino que es, simplemente, parte de la totalidad de sus necesidades y de su satisfacción.

La díada o grupo que forma la madre y el hijo y las relaciones que se establecen entre ellos son de vital importancia y trascendencia. La madre, con su sensibilidad casi telepática, percibe las señales emitidas por el bebé, y al ir respondiendo a sus necesidades de alimento, contacto físico y bienestar corporal, alivia sus tensiones, se comunica con él, le transmite su afecto y lo estimula con la palabra, la caricia, el contacto directo con su piel. La sola presencia de la madre y la expresión de su rostro constituyen el primer contacto del niño con el mundo, a partir del cual se va formando una idea de sí mismo y de los demás y se va adaptando al medio; con la madre inicia el niño sus interacciones sociales, de ahí la importancia de que las relaciones entre ellos sean lo más afectuosas posibles, al igual que consientes en su contenido, para evitar la confusión y el desconcierto del bebé ante reacciones erráticas. El clima afectivo que logre establecer la madre con su hijo, repercutirá en las futuras relaciones sociales del niño.

Desarrollo Lingüístico: Esta es la etapa del lenguaje emotivo, que consiste en llorar y emitir unos pocos sonidos guturales.

DE LOS OCHO A LOS DOCE MESES

Mediante estas dos conquistas ensanchará su mundo y su autonomía y aprenderá a distinguirse mejor a sí mismo de cuanto lo rodea, así como a expresar adecuadamente sus sentimientos y necesidades.

Crecimiento y Desarrollo Motriz: A los diez meses el niño se sienta solo, se impulsa y, apoyándose en los muebles, se pone de pie; también gatea fácilmente, proceso que culmina con la capacidad de caminar. La posición boca-arriba, tan aceptada a los cuatro mese, ahora escasamente la tolera durante el sueño; despierto se escapa de ella volteándose o sentándose.

La tendencia en el desarrollo neuro-motor de partir de lo próximo a lo distal, se manifiesta en el gradual refinamiento de los movimientos de los dedos, la lengua y los pies: en esta etapa, la posibilidad de extender el dedo índice o poniéndolo al pulgar para manipular cosas pequeñas, refleja un importante avance en la maduración, que se demuestra en la capacidad que adquiere el niño de realizar, con sus manos, movimientos muchos más finos y discriminatorios, que las relaciones burdas y masivas de edades anteriores. Este refinamiento en la presión

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