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Desarrollo Psicosocial Del Niño Y Niña

tza319 de Septiembre de 2014

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MARCO TEÓRICO

DESARROLLO PSICOSOCIAL AFECTIVO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

DESARROLLO PSICOSOCIAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

En el desarrollo psicosocial afectivo de los niños/as parte fundamental es la amistad que se crea en todo el desarrollo, Jaume Cela en su publicación “Reflexiones de un maestro” comenta sobre las diferentes fases de la amistad.

Fase 1, 3 a 7 años

• En esta etapa, los niños/as llaman amigos a todas las personas con quienes pasan algún tiempo.

• Si alguien tiene algo que le gusta dice: “Ella es mi amiga porque tiene muchas muñecas” o “Ella tiene una bicicleta nueva y es mi amiga”. Es evidente que en estas primeras relaciones el egocentrismo prevalece, pues los niños solamente son capaces de ver la amistad desde su conveniencia.

• Piensan solamente en lo que el otro/a puede hacer por él/ella y no se enfocan en su contribución a la amistad. Son cambiantes en su concepto de amigo o amiga.

• Son capaces de iniciar una interacción: invitan a otros a jugar, ofrecen ideas para el tema del juego.

• Con frecuencia interpretan de forma equivocada la apertura o invitación de otros niños/as para jugar.

• La falta de comprensión del punto de vista de otros puede herir sus sentimientos.

Fase 2, entre los 4 y 9 años:

• La percepción de algunos parecidos son la base para decidir sobre las amistades: si tienen zapatos iguales, juguetes iguales o alguna característica física en común.

• Dan mucha importancia a quién es amigo/a de quién y lo verbalizanconstantemente.

• Tienen muchos deseos de tener un amigo/a y buscan razones para ser amigos aun cuando solamente son capaces de reconocer un amigo o amiga a la vez.

• Esta etapa de la amistad se basa en la necesidad momentánea del niño/a y por ello la razón para ser amigos/as puede cambiar así como cambia su necesidad.

Según Héctor Solórzano Cotua considera que el lenguaje se convierte para el niño en un instrumento que le va a permitir a través de su pensamiento, comunicarse por medio de la conversación, expresando sus ideas y logrando la adquisición adecuada y las destrezas básicas para el desarrollo el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Para el diseño del programa de extensión del preescolar a primer grado se debe considerar las características generales que conforman el desarrollo integral del individuo y específicamente en edades comprendidas entre los seis (6) y siete (7) años, destacando que se enfatiza en dicho periodo ya que son las edades estipuladas para ingresar a primer grado de educación básica.

Además en la edad preescolar se puede observar un crecimiento, lo cual no sucedía en etapas anteriores (desde el nacimiento hasta los cinco (5) años, donde los cambios físicos, emocionales, psicológicos y lenguaje eran más definidos y notorios ya que el cambio es más continuo y progresivo.

En consecuencia, se está frente a una etapa esencial en la que los niños y las niñas, a grandes rasgos, presentan las siguientes características respecto a su desarrollo personal y a sus comportamientos.

En la edición de UNICEF en el 2009 comenta lo importante sobre el juego en los niños puesto que este favorece el desarrollo de habilidades psicosociales y físicas, estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse, correr, saltar, caminar, también favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor.

El juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a compartir y a convivir.

El juego permite al niño o niña:

• Moverse y así desarrollar los músculos del cuerpo.

• Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los animales, los objetos hechos por el hombre.

• Aprender de los niños y personas mayores.

• Desarrollar la imaginación y la creatividad.

• Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.

Hay distintas variedades de juegos:

• Juegos solitarios.

• Juegos en grupo.

• Juegos libres.

• Juegos con reglas.

• Juegos con adultos.

• Juegos con niños.

• Juegos verbales.

• Juegos de imaginación.

• Juegos con materiales.

Los adultos pueden ayudar a los niños a aprender a través de sus juegos, nombrándoles las cosas con las que están jugando, explicándoles las características y funciones de las cosas que van descubriendo, contestándoles sus preguntas, animándoles a que inventen nuevos juegos y permitiéndoles explorar, imaginar e inventar.

Todo puede convertirse en juguete para un niño o niña: su cuerpo, el de los demás, los objetos de la casa, los productos para comer y cocinar, los elementos de la naturaleza: agua, arena, hojas, piedras, etcétera. Un juguete no es mejor porque sea costoso. Los padres o hermanos mayores pueden construirlos con mucho amor, imaginación, poco costo y con materiales del medio.

El niño o niña, cuando juega, desarrolla su pensamiento y creatividad; él busca los elementos necesarios para su juego, los organiza e invita a sus amigos. Así, al jugar, el niño o niña tiene que resolver problemas y buscar las soluciones adecuadas por sí mismo. Esto desarrolla en él una actitud de confianza en sí mismo y el deseo de afrontar situaciones nuevas.

El juego contribuye a desarrollar la curiosidad del niño o niña y le permite aprender a inventar. Sienta las bases para el trabajo escolar y para la adquisición de capacidades necesarias en etapas posteriores de la vida (como la imitación, la creatividad, la imaginación, la representación simbólica).

Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y convive con otros niños aprende aponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás. Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro, comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.

Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales. Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. Los padres, las madres y los abuelos pueden enseñarles a los niños juegos que ellos a su vez aprendieron de sus padres.

La construcción de la personalidad: según Wallon esta dimensión a la que le llama PERSONALISMO es la más significativa en la formación de la personalidad y pasa por diferentes momentos:

• Necesidad de diferenciarse de los demás a través de la oposición

• Autonomía

• Identificación diferenciada de los demás

• Identidad sexual

• Surgen las rivalidades, los celos, la envidia y los secretos.

En la interacción con el mundo que lo rodea, el niño o niña aprende a compartir y a ser solidario.

El aprender a convivir es tal vez la tarea más difícil, pero al mismo tiempo la más humana. Si este aprendizaje empieza temprano, perdurará toda la vida. El apoyo y ejemplo que se le dé al niño o niña lo marcará para siempre.

Para lograr una buena relación con los demás, es necesario tanto conocerse y estimarse a sí mismo, como respetar y estimar a los demás. El niño o niña necesita sentir que se confía en él, tener posibilidades de actuar por sí solo y mostrar que es capaz de ciertos logros. Esto le permitirá ser más independiente y confiar en sí mismo.

Poco a poco va a poder hacer muchas cosas por sí solo, al igual que sus hermanos y los adultos querrá comer, vestirse, lavarse, etcétera, con lo que logra cada vez un mayor grado de autonomía. Es conveniente alentar al niño o niña a resolver solo problemas sencillos que se le plantean en la vida cotidiana. Si se le soluciona todo y se lo protege en exceso, se hará pasivo y dependiente. Si se confía en él, se podrá apreciar cómo responde a la confianza dada.

De la aceptación que le muestren los adultos y de la actitud razonablemente permisiva que tengan respecto de su deseo de autonomía dependerá, de forma importante, el desarrollo de la independencia y también de la confianza en sí mismo.

El niño o niña necesita interactuar con otros niños. A medida que va creciendo, esta necesidad aumenta. Es conveniente que la madre le permita jugar y relacionarse con niños de su edad. En este intercambio social activo, él aprende a desarrollar su lenguaje, a compartir, a convivir, a aceptar reglas.

El niño o niña no sólo necesita aprender a «estar» y a jugar con otros, sino también a cooperar. Es decir, necesita, comprender que sumando pequeños esfuerzos individuales se puede cumplir una meta común más grande, en la cual su participación es fundamental.

Es importante fomentar la cooperación del niño o niña en las tareas de la casa: ordenar, barrer, limpiar, poner la mesa, etcétera. Para que el niño o niña aprenda a compartir, debería permitírsele de vez en cuando regalar libremente alguna de sus cosas.

Se aprende a estimar a los

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