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Desarrollo cognitivo en las 4 etapas de Piaget


Enviado por   •  28 de Marzo de 2019  •  Apuntes  •  3.126 Palabras (13 Páginas)  •  438 Visitas

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Universidad Mayor de San Andrés

Facultad de medicina, enfermería, nutrición tecnología médica y programas TOFA

Desarrollo cognitivo en las 4 etapas de Piaget

psicología  del desarrollo

Viviana Luz Acarapi Castro | Doc. Lic. Ximena Claros | 18 jul. 18

Terapia ocupacional 2do año


Desarrollo cognitivo

Jean Piaget, psicólogo suizo especialista en el desarrollo, dividió 4 etapas o estadios del desarrollo cognoscitivo: la etapa sensorio-motora (del nacimiento a los 2 años); la pre-operacional (2-7 años); operaciones concretas (7-11 años) y operaciones formales (11 años en adelante).

1. Etapa sensorio - motora o sensorio-motriz (0 – 2 años)

Primera fase en el desarrollo cognitivo, y para Piaget tiene lugar entre el momento del nacimiento y la aparición del lenguaje articulado en oraciones simples (hacia los dos años de edad).

Los bebés dejan de ser criaturas que responden principalmente por reflejos y conducta azarosa y se convierten en niños con objetivos.

Sub-etapas de la etapa sensorio-motriz. Consta se seis sub etapas, que se suceden una a otra en la medida en que los esquemas del bebé incrementan su nivel de elaboración.

  • Uso de reflejos (0 a 1 mes)

“Ejercitación de reflejos: succión, prensión observación, escucha”

Los infantes ejercitan sus reflejos innatos y adquieren algún control sobre ellos. No coordinan la información de los sentidos. No toman el objeto que están mirando. Ejemplo cuando una niña comienza a succionar el pecho de su madre.

  • Reacciones circulares primarias (1 a 4 meses)

“Adaptaciones de los patrones sensoriales y motores básicos (por ejemplo, succionar diversos objetos).”

Los infantes repiten las conductas agradables que ocurren por casualidad como chuparse el dedo. El niño enfoca las actividades en el cuerpo, más que en los efectos de su comportamiento en el ambiente. Además, llevan a cabo las primeras adaptaciones; es decir, succionan distintos objetos de manera diferente. Comienzan a coordinar la información de los sentidos y a tomar objetos. Ejemplo cuando le dan la mamila, el niño que por lo general toma pecho puede adaptarse para succionar el chupón de hule.

  • Reacciones circulares secundarias (4 a 8 meses)

“Aprender estrategias para hacer durar los estímulos visuales interesantes.”

Los infantes se interesan más por el medio ambiente; repiten las acciones que producen resultados interesantes como agitar una sonaja y ponen en práctica las conductas que ya aprendieron. Las acciones son intencionadas pero no enfocadas directamente en una meta. Ejemplo, cuando un niño empuja trozos de cereal seco por el borde de su silla alta, uno por uno, y mira como caen al suelo.

  • Coordinación de esquemas secundarios (8 a 12 meses)

“Las acciones se vuelven más propositivas; búsqueda breve de los objetos escondidos.”

La conducta es más deliberada e intencional; los infantes coordinan previamente el esquema aprendido como mirar y tomar la sonaja y usan las conductas previamente aprendidas para alcanzar sus metas (como gatear por la sala para tomar su juguete favorito). Pueden anticipar los sucesos. Ejemplo, como cuando la niña presiona el botón de su libro de rimas infantiles con música y suena “estrellita”. Oprime el botón una y otra vez, y lo prefiere antes que los botones de otras canciones.

  • Reacciones circulares terciarias (12 a 18 meses)

“Exploración activa mediante ensayo y error.”

Los niños muestran curiosidad y experimentan; de manera deliberada varían sus acciones para ver los resultados (por ejemplo, agitan sonajas para oír como suena). Exploran activamente su mundo para determinar que tiene de nuevo un objeto, suceso o situación. Ensayan actividades nuevas y resuelven problemas por ensayo y error. Ejemplo cuando la hermana mayor levanta sobre la cuna su libro de cartón favorito, el niño se estira para tomarlo. Sus primeros esfuerzos por meter el libro en la cuna fracasan, porque el libro es demasiado ancho. Pronto, el niño pone el libro de lado lo jala y lo abraza, encantado por su éxito.

  • Combinaciones mentales (18 a 24  meses)

“Pensar antes de hacer, valiéndose de combinaciones mentales.”

En este punto, los niños pueden formar representaciones mentales de los objetos, y ya no están restringidos al método de ensayo y error para resolver los problemas. El pensamiento simbólico les permite comenzar a pensar  en los sucesos y anticipar sus consecuencias sin pasar siempre a la acción. Comienzan a mostrar alguna introspección. Usan símbolos, como gestos y palabras, y pueden fingir. Ejemplo cuando la niña juega con su caja de figuras. Busca con esmero el orificio correcto para cada figura antes de insertarla, y atina.

 Lo que define esta etapa es la obtención de conocimiento a partir de la interacción física con el entorno inmediato. Así pues, el desarrollo cognitivo se articula mediante juegos de experimentación, muchas veces involuntarios en un inicio, en los que se asocian ciertas experiencias con interacciones con objetos, personas y animales cercanos.

A pesar de que en la fase sensorio-motriz no se sabe distinguir demasiado entre los matices y sutilezas que presenta la categoría de "entorno", sí que se conquista la comprensión de la permanencia del objeto, es decir, la capacidad para entender que las cosas que no percibimos en un momento determinado pueden seguir existiendo a pesar de ello.

  • Juego con objetos.

Pasa por etapas. A los nueve meses el niño explora los objetos: los mueven de un lugar a otro, invierte su posición y los prueban golpeándolos con otros, todavía no conocen su uso ni su función. A los 12 meses los examina con detenimiento antes de llevárselos a la boca. De los 15 a los 18 meses tratan de utilizarlos correctamente. A los 21 meses usan en forma correcta muchos objetos. El  juego se vuelve realista a los 24 meses de edad.

  • Imitación.

El recién nacido puede imitar las expresiones faciales. Pero esto desaparece entre los dos y tres meses y reaparecen en varios meses. Entre los tres y cuatro meses, el niño comienza a jugar con su madre a “hablarse”. Entre los seis y siete meses el niño sabe imitar gestos y acciones con gran precisión. A los nueve meses el niño puede imitar gestos como golpear un objeto contra otro. En su segundo año comienza a imitar series de acciones o de gestos. Al principio son acciones que el mismo elige, posteriormente empieza a imitar el cepillado de dientes. Algunos logran el control de esfínteres imitando a un niño mayor que ya lo hace.

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