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Dimenciones Del Ser Humano


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  1.568 Palabras (7 Páginas)  •  241 Visitas

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DIMENSIONES DEL SER HUMANO

DIMENCION ESTETICA, INTELECTUAL Y ETICA

Podemos entender por dimensión el conjunto de potencialidades fundamentales con las cuales se articula el desarrollo integral de una persona; o también si se quiere, unidades fundamentales, de carácter abstracto, sobre las que se articula el desarrollo integral del ser humano.

Toda Persona está dotada de razón, la cual le permite reflexionar acerca de sus acciones y de su relación con el mundo, generando un sentido de responsabilidad sobre su conducta; esto se entiende mejor con la división de las dimensiones las cuales se consideran formativas en las personas.

DIMENCION ESTETICA

El ser humano es un animal sediento de belleza, desde la época primitiva que buscaba embellecer sus cuevas y en la actualidad, incluso la persona el lugar más humilde busca que su morada luzca mejor que la de los demás.

Para Kant, la dimensión estética es el medio dentro del que se encuentran los sentidos y el intelecto. La mediación lograda por la imaginación, que es la “tercera” facultad mental. Más aún, la dimensión estética es también el medio en el que se encuentran la naturaleza y la libertad. Esta doble mediación es necesaria al agudo conflicto, generado por el progreso de la civilización, entre las facultades bajas y altas del hombre -el progreso logrado mediante la subyugación de las facultades sensuales a la razón, y mediante su utilización represiva para las necesidades sociales. El esfuerzo filosófico por mediar, en la dimensión estética, entre la sensualidad y la razón, aparece así como un intento de reconciliar las dos esferas de la existencia humana que fueron separadas por el represivo principio de la realidad. La función mediadora es llevada a cabo por la facultad estética, lo que equivale a decir por la sensualidad, perteneciente a los sentidos. Consecuentemente, la reconciliación estética implica un fortalecimiento de la sensualidad contra la tiranía de la razón y, finalmente, inclusive tiende a liberar a la sensualidad de la dominación represiva de la razón.

En la filosofía de Kant, el antagonismo básico entre el sujeto y el objeto se refleja en la dicotomía entre las facultades mentales: la sensualidad y el intelecto (la comprensión); el deseo y el conocimiento, la razón práctica y la teórica. La razón práctica constituye la libertad bajo reglas morales dadas por el hombre mismo para alcanzar fines (morales); la razón teórica la constituye la naturaleza bajo las leyes de la causalidad. El campo de la naturaleza es totalmente diferente del campo de la libertad: ninguna autonomía subjetiva puede irrumpir dentro de las leyes de la casualidad y ningún dato de los sentidos puede determinar la autonomía del sujeto (porque de otra manera el sujeto no sería libre). Sin embargo, la autonomía del sujeto existe para tener un «efecto» en la realidad objetiva y los fines que el sujeto establece para sí mismo deben ser reales. Así, el campo de la naturaleza debe ser susceptible» a la legislación de la libertad; debe existir una dimensión intermedia en la que los dos se encuentran, Una tercera «facultad» debe mediar entre la razón teórica y la práctica una facultad que trae consigo una «transición» del campo de la naturaleza al de la libertad y liga las facultades altas y bajas. aquella que corresponden al deseo y aquellas que corresponden al conocimiento.2 Esta tercera facultad es la del juicio. Una división tripartita de la mente yace bajo la dicotomía inicial. Mientras la razón teórica (la comprensión) provee los principios de conocimiento a priori, y la razón práctica los del deseo (la voluntad), la facultad de juicio media entre los dos gracias a las sensaciones de dolor y placer. Combinado con la sensación de placer. el juicio es estético, y su campo de aplicación es el arte.

Abreviada crudamente, ésta es la derivación clásica de la función estética de Kant en su introducción de la Crítica del juicio. La oscuridad de su exposición se debe en gran parte al hecho de que mezcla el significado original de estético (perteneciente a los sentidos) con la nueva connotación (perteneciente a la belleza, especialmente en el arte), que había triunfado definitivamente durante le propio período de Kant. Aunque este esfuerzo por recapturar el contenido reprimido se agota en sí mismo dentro de los rígidos límites establecidos por su método trascendental, su concepción provee todavía la mejor guía para comprender el panorama total de la dimensión estética.

En la Crítica del juicio, la dimensión estética y el correspondiente sentimiento de placer aparecen no sólo como una tercera dimensión y facultad de la mente, sino como su centro, como el medio a través del cual la naturaleza llega a ser susceptible a la libertad, la necesidad a la autonomía. En esta mediación, la dimensión estética es «simbólica». El famoso párrafo 59 de la Crítica es titulado «De la belleza como símbolo de la

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