“EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO”

“EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO” – J.P. SARTRE

El existencialismo es una doctrina que hace alusión a la vida humana y a su vez declara a la verdad y la acción como una implicación del medio y la subjetividad propia del ser. Pero que en la actualidad esto ha perdido significado debido a su extensión y amplitud.

Según el texto se evidencian dos tipos de existencialismo: El existencialismo cristiano y el existencialismo ateo, del cual se fundamenta Sartre en su narración.

Ahora bien, Sartre asume que el cristiano contempla a un Dios creador, el cual, por una parte, sabe exactamente para que crea las cosas y por lo tanto todo lo existente ya está “destinado a…”; por otra parte, asegura que dicho Dios concibe una naturaleza humana.

Teniendo en cuenta lo anterior, los ateos tienen su propia concepción, es decir; declaran que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser que existe antes de ser definido por algún concepto, y que este ser es el hombre. Dicho de otro modo, asumen que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define; por lo tanto, si no es definible, empieza por no ser nada. después será tal como se haya hecho. Sin embargo, esta apreciación se opone a cierto tipo de moral laica que busca suprimir a Dios con el menor gasto posible.

El primer principio del existencialismo se basa en que el hombre no es otra cosa que lo que él se hace, lo cual concierne a su subjetividad, por lo tanto, es responsable de lo que es y por consiguiente de lo que son los demás. Este subjetivismo por un lado aborda la elección del sujeto individual por sí mismo, y por otro lado asume que el hombre mismo es quien se elige, entendiendo esto como si al elegirse a sí mismo, elige a todos los hombres. Dicho de otra forma, si se elige ser esto o aquello, se reafirmar al mismo tiempo el valor de lo que se elegimos.

Para Sartre, el hombre está condenado a ser libre, puesto que no se ha creado a sí mismo, y que, a su vez, al ser libre es arrojado al mundo siendo responsable de todo lo que hace. Por lo tanto, el existencialista no cree en el poder de la pasión, puesto que considera que el hombre también es responsable de su propia pasión; descifrando por sí mismo el signo o valor que prefiera. Teniendo en cuenta que el hombre mismo sin ningún apoyo ni socorro puede reinventarse a cada momento.

Cuando Sartre aborda la expresión de: “Eligiéndome elijo al hombre”, se entiende como rechazo, angustia, desamparo y desesperación. En donde el desamparo y la angustia implican la elección de nuestro propio ser. La desesperación, hace referencia a los limites, los cuales hacen dependencia a nuestra voluntad y forma de actuar, limitando nuestro ser. A partir de este momento es donde el reflexiona y cuestiona que las posibilidades de ser, no están rigurosamente comprometidas por una acción, siendo estas desinteresadas, debido a que ningún Dios puede adaptar al mundo y las posibilidades están regidas por la voluntad propia. Por lo tanto, ninguna moral general puede indicar lo que hay que hacer, ya que no hay signos en el mundo que lo represente. Lo que conlleva a que el hombre se comprometa en la vida, dibuje su figura, y logre demostrarse que fuera de esta figura no hay nada. De tal modo que todos los objetos son solamente probables, siendo esto, una doctrina que no está suspendida de la verdad, que se hunde en la nada; y que hace de lo probable, el poseer lo verdadero.

Cuando en el texto se habla de “quietismo”, este término se asocia a la actitud de la gente que dice: “los demás podrán hacer lo que yo no puedo”, lo que conlleva a que el existencialismo sea totalmente lo opuesto a dicha expresión.

Por su parte, los sueños, las esperanzas, las esperas, permiten definir al hombre solo como un sueño desilusionado, como esperanzas abortadas, como esperas inútiles. Es decir, lo definen de un modo negativo, mas no positivo.

Ahora bien, cuando se aborda la cobardía, esta se asume como el acto de renunciar o ceder; por lo tanto, el temperamento no es un acto; en donde el cobarde se define a partir del acto que realiza, conduciendo a determinar que no existe un temperamento asumido como cobarde. Teniendo en cuenta que los existencialistas dicen que el cobarde se hace cobarde; que el héroe se hace héroe.

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