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ENSAYO DE LA INFANCIA


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2012  •  2.961 Palabras (12 Páginas)  •  497 Visitas

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El amor y el cinismo en nuestros tiempos.

Hablar de valores es difícil, hablar del amor es algo aun más complicado, pero ensayar sobre el enamoramiento es hasta cínico. Si encontráramos una escala, este valor es el mas “alto” de todos, ya que es el valor que engloba todos y cada uno de los valores que pudiésemos hallar y que pudiésemos expresar, pero también es el valor de donde se desprenden, de donde derivan, de donde provienen o de donde parten todos los demás valores y también por supuesto los antivalores.

En el amor, el enamoramiento tiene que ser recíproco para que surjan y emerjan nuevos valores dé felicidad, aunque seamos honestos, más de una vez, y más de uno de nosotros, se ha enamorado cínicamente solo, sin para nada ser correspondido, y en muchos casos, el centro de nuestro enamoramiento, no darse por aludido del sentimiento que ha despertado.

Si damos por sentado que existe un lazo afectivo entre ambas partes, y que este lazo se percibe fuerte y sólido, lo que automáticamente acrecienta la confianza y el vínculo se hace más fuerte y sólido, es así, que la vivencia nacida de ese despertar al "Enamoramiento" marcará e influirá en el comportamiento de esos protagonistas de una historia de amor. Empezara una búsqueda valiosa por encontrar lo valioso del ser ajeno, veremos con ojos infinitos para encontrar a los otros y al final y por ende a uno mismo, así buscando y encontrando valores también aparecen los antivalores. ¿No debe ser el amor miel y dulzura? ¿Es el amor un producto cultural? ¿O es el amor un producto del cinismo?, recordemos que un cínico – dice Oscar Wilde- conoce el precio de todo pero no le da valor a nada.

Como algo cotidiano, normal, de uso mecánico, asumimos el término "enamoramiento", “cinismo” y “valores” o su acción: Estar enamorados, sin preguntarnos nunca, qué es en verdad estarlo, valor perdido en la cínica ignorancia... Para escribir sobre este tema, partí, primero de preguntarme a mi misma, lo que entendía por "Enamoramiento", después lo hice con amigos, y por último, mantuve una larga conversación con los sueños, a fin de buscar sustento “racional” que me permita desmitificar y enseriar un poco el tema.

Algunos me respondieron que el enamoramiento "Es el despertar en uno, de la pasión, del amor, decir piropos, cortejar, prenderse de una persona, o desearla, u obsesionarse con ella". Respuestas que se me hicieron mas que falsas y cursis, cínicas, ya que mas de una vez he visto lagrimas de “amor” en ellas, rabietas y enojos, pensamientos suicidas y falta de esperanza en el futuro, ¿ese es el enamoramiento? Tratando de darle verdad a mí ensayo pregunto: ¿Qué es estar enamorados?

Más de una persona -hombres y mujeres- pasan la vida soñando con el amor. Lo esperan, lo buscan lo idealizan. Para algunos llega, para otros pareciera que no es fácil que ese amor llegue a su puerta. Proverbios, frases hechas, refranes, un sinnúmero de definiciones nos grafican o nos distorsionan lo que es el enamoramiento. Esa filosofía popular nos dice que el amor es ciego, lo que lleva a muchos a entender porqué frente al amor no razonan, no piensan, no analizan... simplemente lo viven, lo sienten y muchos lo padecen.

Sigo indagando y preguntándome sobre el tema, y es así que llego hasta los psicoanalistas, y hasta los conductistas. Busco en la ciencia respuestas y definiciones más de peso, ¿por qué el amor es cínicamente hermoso? ¿por qué el amor es deliciosamente extraño? Ellos explican que la elección de pareja, es una resultante de la búsqueda de satisfacer impulsos y deseos, y muchas veces, en este acto inconsciente inciden un conjunto de motivaciones que emergen de vivencias infantiles, las cuales, permanecen en niveles inconscientes, ya que posiblemente fueron muy dolorosas.

Por eso no es sencillo ni frívolo hablar de "Enamoramiento" Son muchos los factores que influyen para que el individuo elija a su pareja. Y en el transcurso del desarrollo del individuo, a partir de la infancia, para elegir o buscar pareja, tomará como referencias: satisfacciones, frustraciones, privaciones vivenciales; a esto sumará y marcará su desarrollo psicosexual, el ámbito social y económico en el que se desenvuelve, así como su nivel de frivolidad y cinismo frente al amor y a la vida.

El amor y el cinismo de tenerlo, buscarlo o sentirlo es eterno, hombres y mujeres lo intentan sin dudar, viejos, niños, todos. Vidas pasan y ni toda la ciencia e información histórica seria capaz de explicar la dualidad amor/cinismo de la vida. "Un cínico- dice Oscar Wilde- es un hombre que, en cuanto huele flores, busca un ataúd alrededor". Por que no buscar el amor, hombre perse cínico.

En nuestra lengua, cínico se entiende como sinónimo de impúdico o desvergonzado incluso; también descarado; mas descarado en el sentido de defender con desfachatez y atrevimiento (y hasta con deshonestidad) doctrinas o acciones deshonrosas o vituperables, lo que supone, al tiempo, ignorar, de modo deliberado, tanto las normas morales como las convenciones sociales, que no serían para el cínico más que objeto de burla, conclusión, el amor es cínico.

Ciertamente, no es difícil imaginar que muchos de esos rasgos amorosos (si no todos) fuesen atribuidos a los cínicos antiguos por sus contemporáneos, ya que resulta perfectamente factible conjeturar que es así como eran vistos por sus conciudadanos, especialmente a partir del momento en que dentro del propio movimiento cínico parece ser que se dio el paso del ideal de vida ascético, establecido sobre el autodominio, al hedonismo más notorio y desenfrenado. Después en franca y profunda locura viene la petición de matrimonio, el amor ya no puede más y cede. Y aunque, sin duda, usar del matrimonio (aunque sea sin matrimonio) no tiene, en principio, por qué suponer desenfreno de ningún tipo, mucho menos en cuestiones amorosas, el que ello tuviera lugar en público (lo que no es más que una forma infantil de escandalizar y de llamar la atención) pudo dar pie a que quienes presenciaban tales menesteres concluyesen que los cínicos predicaban una cosa (el dominio de las pasiones y las necesidades) y practicaban otra muy distinta. Para que de ahí se pasase a afirmar de alguien que dice una cosa y hace otra que actúa como los cínicos o, sin más, que es un cínico, no haría falta mucho, creo yo. Tal puede ser, perfectamente, el origen del término, tal como ha sido heredado por nosotros, porque, en efecto, en él subyace esa identificación del cinismo con

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