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ENSEÑAR A APRENDER: INTRODUCCIÓN A LA METACOGNICIÓN


Enviado por   •  10 de Febrero de 2015  •  4.358 Palabras (18 Páginas)  •  115 Visitas

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ENSEÑAR A APRENDER:

INTRODUCCIÓN A LA METACOGNICIÓN

Para adaptarse al mundo físico que le rodea, el niño tiene que distinguir los objetos de su entorno y conocer el uso de los mismos. Ha de diferenciar una mesa de una silla, una casa de un árbol, un perro de un libro ...y saber cómo, cuándo y para qué debe usar cada una de estas cosas. Para adaptarse so ialmente ha de distinguir al adulto del niño, al niño de la niña, al familiar del extraño... y saber cómo debe tratar a cada uno, cuándo puede comportarse de una forma u otra, cuándo puede jugar y reír, y cuándo debe estar serio y trabajar. Para responder adecuadamente a las exigencias de la escuela, debe igualmente conocer su mente, distinguir las funciones de sus facultades intelectuales (percepción, memoria, atención, imaginación, etc.) y saber dónde, cuándo y cómo tiene que usar cada una de ellas.

Debe saber, por ejemplo, que no tiene que trabajar de la misma forma con su mente si se le pide entender una historia que si se le pide memorizarla, que Inventas" un cuento no es igual que recordarlo, que pensar no es lo mismo que sentir... El conocimiento de las distintas operaciones mentales y saber cómo, cuándo y para qué debemos usarlas es el objeto de estudio de la metacognición.

I. - ¿Qué es la metacognición?

La palabra "metacognición" no es, por cierto, un término muy afortunado. Está compuesto de "meta" y "cognición", y ninguno de estos dos componentes tiene un significado claro. Si al prefijo meta lo traducimos por "más allá" y la palabra cognición es considerada como sinónimo de "conocimiento", metacognición significaría "más allá del conocimiento" y nos referiría a un ámbito de estudio que no tiene ninguna relación con el campo que de hecho se analiza al estudiar la metacognición. Por otra parte, la palabra "cognición" es ampliamente usada en la literatura psicológica actual, pero se emplea con sentidos tan diversos que, con frecuencia, hay que deducir lo que significa del contexto en que la usa cada autor (cfr. BURON, 1988).

Aunque abunden las definiciones de "metacognición", esencialmente todas vienen a decir que es el conocimiento y regulación de nuestras propias cogniciones y de nuestros procesos mentales. Quizá sería mejor llamarla "conocimiento auto-reflexivo", puesto que se refiere al conocimiento de la propia mente adquirido por auto-observación (BURON, 1988), o "intracognición", para diferenciarla del conocimiento del mundo exterior; pero estas denominaciones, que son tal vez las más cercanas a la realidad que se investiga en la metacognición, tampoco serían afortunadas, porque el mundo interior del hombre también está integrado por sentimientos y emociones, y ningún autor incluye estos aspectos en el ámbito de estudio de la metacognición. Por otra parte, el hecho de que el conocimiento de nuestro mundo interior y el del mundo exterior se consiga por procesos distintos tampoco es razón suficiente para introducir un término nuevo, ya que tampoco se conoce de la misma forma a un ser inanimado que a un ser viviente, ni se llega a conocer a un animal igual que se conoce al hombre, y no se usan términos distintos para cada uno de estos conocimientos...

Aunque la palabra "metacognición" sea discutible y se admita que la metacognición no deja de ser, en última instancia, una cognición o conocimiento, me parece conveniente seguir usándola en estas páginas porque es una palabra ya generalizada en la literatura y porque hace referencia a un nuevo campo de estudio.

Además, "metacognición" es un término con una función expresiva oportuna, puesto que hace referencia al conocimiento de los mecanismos responsables del conocimiento.

BROWN (1978) definió la metacognición como "el conocimiento de nuestras cogniciones". Esta es una de las primeras definiciones de la metacognición y quizá la más repetida. Últimamente, sin embargo, se está haciendo mayor énfasis en la función autorreguladora (y no sólo cognitiva) de la metacognición, por lo que ahora se suele decir que es "conocimiento" y "autorregulación". Para entender la definición es preciso tener en cuenta que, en la literatura metacognitiva, cuando se dice que la metacognición es el "conocimiento de las cogniciones", cogniciones significa, según se deduce del contexto, cualquier operación mental: percepción, atención, memorización, lectura, escritura, comprensión, comunicación, etc. Por tanto, la metacognición es el conocimiento que tenemos de todas estas operaciones mentales: qué son, cómo se realizan, cuándo hay que usar una u otra, qué factores ayudan/interfieren su operatividad, etc. Para hacer referencia específica a cada uno de estos aspectos metacognitivos se, habla de metamemoria, meta-atención, metalectura, metaescritura, etc., y todo el conjunto de estas "metas" es la metacognición.

Hasta ahora la investigación sobre la metacognición se ha centrado casi exclusivamente en las operaciones implicadas en el aprendizaje escolar. Por ello me ciño a explicar estas facetas metacognitivas, que son esencialmente las siguientes:

i) Meta-atención. Es el conocimiento de los procesos implicados en la acción de atender: a qué hay que atender, qué hay que hacer mentalmente para atender, cómo se evitan las distracciones, etc. Este conocimiento es el que nos permite darnos cuenta de las distracciones y poner los remedios (= autorregular o controlar) para controlarlas tomando medidas correctoras. La ausencia de desarrollo meta-atencional se manifiesta en los niños con atención dispersa que no saben ignorar estímulos irrelevantes y atienden a todo sin centrarse profundamente en nada; estos niños no saben qué es atender ni qué deben hacer para atender. Y los adultos manifiestan no pocas veces esta deficiencia en las conversaciones cuando hablan varios a la vez y creen que atienden a los otros, cuando en realidad sólo oyen su propia voz. Esto nos puede traer a la memoria los diálogos de los niños, que Piaget describía como monólogos paralelos...

Si queremos concentrarnos en el estudio para preparar un examen y en el entorno hay mucho ruido, nos retiramos a un lugar silencioso o simplemente nos tapamos los oídos para controlar y regular las interferencias del ruido. Si tomamos esta medida es porque conocemos cómo funciona nuestra atención y qué factores interfieren con la acción de atender.

ii) Metamemoria. Es el conocimiento que tenemos de nuestra memoria: su capacidad, sus limitaciones, qué hay que hacer para memorizar y recordar, cómo se controla el olvido para qué conviene recordar,

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