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Efectos del estrés sobre la memoria implícita y explícita


Enviado por   •  1 de Enero de 2020  •  Trabajos  •  3.261 Palabras (14 Páginas)  •  150 Visitas

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Efectos del estrés sobre la memoria implícita y explícita

Procesos Psicológicos básicos y salud

Departamento de Psicología Básica II. UNED

Grado en Psicología

Tutora: Julia Mayas Arellano

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Adoración Sánchez Juan  52769435Y

Teléfono: 680660116

Email: dorisanju.89@gmail.com

Centro Asociado Elche


Resumen

En este estudio se investiga el efecto de estrés percibido sobre la memoria implícita a través de la prueba de compleción de raíces y la prueba de generación de categorías y por otro lado sobre la memoria explicita a través de la prueba de reconocimiento.

La hipótesis es que si hay una relación entre el estrés percibido y la memoria. Esa relación sería diferente en las diferentes modalidades de memoria implícita (conceptual y perceptiva) y en la memoria explicita.

Los resultados muestran que si hay una correlación entre el estrés y la memoria, siendo un nivel medio de estrés percibido lo más óptimo para la memoria.

Palabras clave: estrés, memoria implícita, memoria explícita…

Introducción

Estamos en una sociedad en la que cada vez estamos más sometidos a presiones, el nivel de estrés a los que estamos expuestos es muy elevado afectando a nuestro organismo y por lo tanto a los procesos cognitivos.

El estrés ha sido fuente de estudio desde hace más de veinte años, se ha estudiado el efecto de las hormonas del estrés en diversas áreas cerebrales, como las estructuras límbicas y el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal. Y se ha podido comprobar que estrés repetitivo lleva a modificaciones en dichas áreas por el efecto de los glucocorticoides, ya que esas hormonas alteran la actividad basal de la amígdala, del hipocampo y de la corteza prefrontal medial, la función del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal afectando a funciones cognitivas como la memoria. (Rodríguez, García y Franco, 2013)

La memoria es el proceso de almacenar información y retener alguna de ella para el resto de la vida, este proceso no es estático ni unitario.

La memoria se puede clasificar de diversas formas, una de ellas es la distinción entre memoria implícita y memoria explícita (Squire, 1987; Tulving, 1983).

La memoria explícita supone la recuperación intencional de la experiencia previa y se evalúa con pruebas de recuerdo libre o señalado y pruebas de reconocimiento “antiguo-nuevo” (La Voie y Light, 1994).

La memoria implícita es un tipo de memoria en el que el contenido se recupera inconscientemente por lo que su evaluación debe ser de forma indirecta. Se mide por la existencia de priming que consiste en la mejora en la ejecución de los sujetos en aquellos estímulos que se han presentado previamente.

La memoria se va deteriorando por la edad y puede ser afectada por diferentes factores como el estrés, pero no ocurre de forma unitaria. Numerosos estudios han determinado que la memoria implícita apenas se deteriora por la edad sin embargo la memoria explícita si experimenta un fuerte declive (Osorio, Fay, Pouthas y Ballesteros, 2010; Ballesteros, González, Mayas, García, Reales, 2009; Ballesteros y Reales 2004; Fleischman y Gabrieli, 1998; La Voie y Light, 1994; Mitchell, 1989).

También el estrés puede deteriorar la memoria, en un estudio con roedores determinaron que el estrés deterioraba el proceso de evocación de la memoria espacial, ya que los animales estresados cometieron un mayor número de errores y demoraron más tiempo en encontrar la caja meta durante la PCC, respecto de los controles. Además, el estrés facilitaba el proceso de extinción de la memoria espacial, ya que, durante las PSCs los animales estresados no mostraron una persistencia en la exploración del agujero que, en el entrenamiento, conducía a la caja meta. (Troncoso, Lamprea, Cuestas, Múnera, 2010)

 Existen también evidencias de cómo  el  estrés  agudo  afecta  a  las  tareas  que  requieren  operaciones  dependientes  del  córtex  prefrontal  (Arnsten,  1998).

En algunos estudios realizado se  muestra cómo  los  estresores  sociales  deterioran  aspectos  ejecutivos tales como la flexibilidad cognitiva (Alexander, Hillier, Smith, Tivarus y Beversdorf, 2007) o la memoria de trabajo (Luethi, Meier  y  Sandi,  2009).

En otro estudio nos sugieren  que  los  individuos de la población general que presentan quejas subjetivas de tipo  cognitivo  presentan,  por  un  lado,  un  menor rendimiento atencional,  mnésico  y  ejecutivo  y,  por  otro,  una  mayor  sintomatología de tipo prefrontal. A su vez, este perfil cognitivo les hace más propensos a que, cuando cambian las condiciones  del  medio  y  se  incrementa  su  estrés  percibido,  se  incrementen también sus déficits traducidos en errores y despistes  cotidianos que  son percibidos como alteraciones mnésicas sin serlo. (Ruiz, Pedrero, Pérez y  Lozoya, 2014).
Todas estas conclusiones de investigaciones previas nos sugieren que si hay una relación entre estrés y memoria y que podría ser esa relación diferente en las diferentes modalidades de la memoria.

El objetivo del presente estudio es determinar si existe correlación entre estrés percibido y memoria explícita e implícita, y dentro de la memoria implícita en sus dos componentes perceptivo y conceptual.

El estrés se midió a través de la Escala de Estrés Percibido (PSS), la memoria explícita se evaluó a través de prueba de reconocimiento “antiguo-nuevo”, y la memoria implícita se midió a través de dos pruebas, ya que existen dos componentes dentro de la misma, el perceptivo y el conceptual. Muchas investigaciones han determinado que existe esa disociación y que el priming conceptual se mantiene con la edad (Toril, Mayas, Reales, y Ballesteros, 2012).

El priming perceptivo se conceptualiza como presemántico, en él no influye el significado pero si es muy sensible a los cambios físicos de los estímulos entre la fase de estudio y la de prueba (Roediger y Blaxton, 1987), éste se midió a través de la prueba de compleción de raíces que tiene carácter mixto tanto perceptivo como conceptual (Daselaar, Veltman, Rombouts, Raaijmakers y Jonke, 2005; Osorio et al., 2010; Mitchel y Bruss, 2003).

 Por otra parte el priming conceptual está relacionado con operaciones de codificación semántica, siendo menos sensible a los cambios en las propiedades perceptivas de los estímulos (Schacter, 1990), éste se midió con la prueba de generación de ejemplares.

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