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El Abc De La Pedagogia


Enviado por   •  29 de Abril de 2013  •  6.239 Palabras (25 Páginas)  •  639 Visitas

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Capitulo 1

¿De qué hablamos cuando hablamos de educación?

La educación: un fenómeno de toda la humanidad

Todos nos educamos; a todos nos enseñaron cosas, dentro de la escuela y fuera de ella. Hay educación cuando una madre enseña a su hijo a hablar, cuando el maestro enseña a escribir y cuando un amigo indica que ropa usar en una determinada ocasión. Desde esta perspectiva, todos sabemos de educación, porque todos vivimos la educación. El concepto de la educación visto de este modo es muy amplio y abarcador.

¿Por qué educamos? La necesidad social de la educación

Todo eso lo que hacemos o estudiamos posee un origen, una genealogía: es el producto de múltiples procesos, por lo general, desconocidos por nosotros.

La educación es un fenómeno necesario e inherente a toda la sociedad humana para la supervivencia de todo orden social. Sin educación, cada individuo, cada familia o cada grupo social tendría que reconstruir por si solo el patrimonio de toda la humanidad; y hacer esto, en lo que dura una sola vida, es materialmente imposible.

A lo largo de la historia, entre los siglos XIV y XIX, se conocieron más de cincuenta casos de niños que vivían completamente aislados de la sociedad, niños abandonados en selvas que lograron sobrevivir a la inclemencias de la naturaleza, llamados niños lobos. A partir de ellos, fue posible observar algunas consecuencias de la falta de educación. Por ejemplo, en 1799, se encontró a un niño de 11 o 12 años al que se lo conoce como el salvaje de Aveyron. Los primeros informes indicaban que este niño se encontraba en un estado muy inferior al de algunos de los animales domésticos de la época.

En un principio, quienes lo investigaban creyeron que este niño, abandonado por sus padres en el bosque, era sordo mudo y sufría de idiocia. Se lo trato como a un incurable. No obstante, Itard reconoció que el problema de este niño era de educación, en la medida en que había sido privado, desde su infancia, de cualquier contacto con los individuos de su especie.

Itard comenzó a trabajar con el niño y llego a varias conclusiones, entre ellas:

(…) el hombre es inferior a su gran número de animales en el puro estado de la naturaleza, estado de nulidad y de barbarie, en el cual el individuo, privado de las facultades características de su especie, arrastra miserablemente, sin inteligencia, como sin afecciones, una vida precaria y reducida a las solas funciones de la animalidad.

(…) La superioridad moral, que se dice es natural del hombre, solo es el resultado de la civilización que lo eleva por encima de los demás animales con un gran y poderoso móvil. Que es la sensibilidad predominante de su especie.

Itard muestran que el ser humano no posee una genética que lo diferencie del resto del mundo animal. De hecho, el ser humano, alejado de la influencia de sus congéneres, vive muy cercanamente al mundo animal. Los niños lobos no sabían halar, apenas emitían algún sonido, pues el lenguaje, es una construcción histórico-social. Que se hace, se mejora y se perfecciona y cambia a lo largo del tiempo, y através de las generaciones y solo se construye en el contacto con otras personas.

La educación es uno de los procesos más importantes para la supervivencia humana.

Lo que caracteriza a la especia humana se basa en su aprendizaje social.

¿Para qué educamos? La educación entre la producción y la reproducción social

Una sociedad y sus miembros, necesitan de tres tipos de reproducción, para sobrevivir:

1. La reproducción biológica. Una sociedad crece cuando hay más nacimientos que muertes, y decrece cuando se produce el fenómeno inverso,

2. La reproducción económica. Para subsistir, una sociedad necesita producir, al menos, lo que consumen sus miembros en alimentación, vestimenta y vivienda.

3. La reproducción del orden social o cultural. La educación es el fenómeno por el cual se transmiten aquellos saberes considerados socialmente valiosos a los nuevos miembros de la sociedad que aún no los han obtenido.

La enseñanza y el aprendizaje social en sus distintas formas no son meramente reproductivos. No hay en el hombre posibilidad de una reproducción pura, total o completa. En primer lugar, porque las condiciones de vida cambian constantemente y exigen nuevas habilidades de adaptación. En segundo lugar porque la comunicación social es, en esencia, inestable. Ciertas formas de conducta serán diferentes, porque habrán variado algunas condiciones histórico-sociales. Además, existen distorsiones en la comunicación, que transforman los mensajes. Esas distorsiones son involuntarias en ciertos aspectos, y voluntarias en otros. Por una parte, se produce una distorsión inherente a la transmisión de un sujeto a otro: un mensaje, a medida que pasa de boca en boca, cambia su significado. Por otra parte hay una distorsión voluntaria, que depende del consenso que suscite el mensaje, y del deseo de amoldarlo a lo que cada uno piensa.

Cuando las prácticas educacionales tienden a transformar el orden establecido y a crear un nuevo orden, estamos ante prácticas educativas productivas.

Una relación conflictiva: educación y poder

Siempre que se habla de educación, se habla de poder. El poder, desde nuestra concepción, es la capacidad de incidir en la conducta del otro para modelarla.

Desde esta perspectiva, la educación no solo se relaciona con el poder, sino que ella es poder, en la medida en que incide y, en muchos casos, determina el hacer de otro alguien social e individual. Educar es incidir en los pensamientos y en las conductas, de distintos modos.

El poder se ejerce no solo en lugares específicos, sino en el mundo cotidiano, en la vida diaria. La diversidad en las relaciones de poder permite establecer dos categorías: la de macropoderes y la de micropoderes. En el nivel macro-, ejercen el poder los políticos, los grandes empresarios, los medios de comunicación o la gente en la manifestación. El poder en el nivel micro- es, por ejemplo, el de una madre al establecer un límite a sus hijos, el de un supervisor frente al directivo, el de un director frente a un maestro, el de un profesor frente a su alumno; pero también, un hijo, un docente o un alumno ejercen el micropoder.

El saber no es solo información, pues el incluye el saber actuar de una manera eficaz; por lo tanto el saber es también una conducta. Cuando las instituciones educativas promueven,

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