El Falo como fundamento de la Etapa Fálica

El Falo como fundamento de la Etapa Fálica

Dentro de la perspectiva psicoanalítica se encuentran grandes personajes, cuyas investigaciones sobre el inconsciente sirvieron de mucho para entender ciertos comportamientos humanos que estaban fuera del foco de lo consciente. Entre ellos se encuentra Sigmund Freud, conocido como el padre del Psicoanálisis, para él existen fuerzas inconscientes que construyen y determinan el desarrollo humano y motivan la conducta.

Dentro de sus estudios desarrolló la Teoría Psicosexual, en donde expresa que el desarrollo de la personalidad infantil se da por etapas, en las cuales existe una gratificación a partir de la energía sexual (libido), que produce placer sensorial al pasar por diversos lugares del cuerpo, es decir, de la boca al ano y luego a los genitales, aunque en un período se encuentra dispersa en el cuerpo.

Freud propuso dentro de esta teoría cuatro etapas de desarrollo psicosexual (oral, anal, fálica y genital) en donde se daban conflictos infantiles inconscientes entre las pulsiones y necesidades del niño. Si estos conflictos eran resueltos, el niño podía continuar con el adecuado desarrollo de su personalidad. También dentro de esta teoría se encuentra un período llamando de latencia, en donde hay una calma relativa ya que la libido no se posesiona de ninguna parte del cuerpo, sino que se redistribuye a otras actividades. Entonces estas etapas incluido el período quedarían así: etapa oral, etapa anal, etapa fálica, período de latencia y etapa genital.

De estas etapas la que interesa en este ensayo es la etapa fálica (2 a 5 años). Según Freud en esta etapa la libido se dirige a la zona de placer que está depositada en los genitales. A más de ello, el niño adquiere un apego hacia el padre del otro sexo y a la vez se identifica con el padre del mismo sexo. También se da el surgimiento del superyó (identificación). Es preciso mencionar que en esta etapa no existe ni zona erógena ni objeto de forma real como se da en las demás etapas, más bien se producen fantasías que darán lugar a la aparición de los complejos. La base fundamental para que se desarrolle todo lo anterior es el falo (premisa universal del pene), el cual será tomado como punto central dinámico para explicar cómo afronta el niño esta etapa.

Está claro que Freud dejó de lado la teoría empírica, que se basa en hechos, para enfocarse en las fantasías. De esta manera se entiende que dentro de esta fase se van a encontrar muchos aspectos de carácter imaginario o fantaseado que inundan el pensamiento de los infantes que se encuentren en esta etapa, permitiendo así conocer como es su conducta respecto a cómo viven su sexualidad infantil, que no está genitalizada.

En 1923 Freud en su publicación “La organización genital infantil”, coloca al falo en categoría de fase, es decir, le da la misma importancia que a las otras fases ya que todas implican obligatoriedad, es decir, que todos estamos destinados a pasar por lo mismo. Pero ahora surge una gran incógnita, ¿a que llamamos falo?. Antes que nada es necesario decir que el falo no es el pene como se pensaba, incluso por mi parte, sino que hace referencia a la premisa universal del pene. Es así que se diría que el falo es una palabra, incluso un significante, que está para dar significado a un vacío que surge de la protofantasía y que va a recubrir algo que está fantaseado.

Freud introdujo el término fantasía a partir de sus estudios de neurosis, ya que descubrió que sus pacientes fantaseaban sus traumas, pero a pesar de pertenecer a lo imaginario tenían importancia ya que generaban un síntoma en dicho paciente. Es así que distingue tres protofantasías, es decir, fantasías originarias muy importantes y cruciales para la estructuración de la personalidad del sujeto. La primera es la "seducción", que explica "haber sido seducido por un mayor, según el modelo de los padres ", la segunda es la "escena primaria", que es "la fantasía referida al coito de los padres con diversas significaciones" y la última fantasía es la "castración" (Masotta, 2001, p. 25).

Entonces dentro de la protofantasía se conectan estas tres fantasías, que a más de generar una estructura en cada sujeto, van a conformar las relaciones en el llamado "complejo de Edipo". El pilar fundamental en el que se desarrolla dicho complejo es el falo, que al ser irrepresentable permite realizar todo tipo de interpretación psicoanalítica, partiendo desde la fantasía.

El complejo de Edipo hace referencia a que existe al mismo tiempo un lazo afectuoso y uno hostil, por parte del niño, hacia los respectivos progenitores. Se desarrolla entre los dos y cinco años, en donde el falo toma primacía como objeto de interés para el niño. También se define la sexualidad del niño, a partir de la elección del objeto, que determinará el tipo de complejo de Edipo (heterosexual u homosexual). De esta manera se distingue un Edipo reducido y el Edipo amplio.

En el Edipo reducido se ve una relación libidinal amorosa con el progenitor del sexo contrario y una relación hostil con el progenitor del mismo sexo. Dentro de este se coloca al Edipo invertido (homosexual) en donde se da una relación amorosa con el progenitor que comparte el mismo sexo y ocurre una relación hostil con el progenitor del sexo opuesto. También se encuentra el Edipo bisexual en donde el niño construye una relación amorosa y hostil con ambos progenitores. En estos tipos de Edipo se da una relación entre tres personajes o roles.

Por el contrario, dentro del Edipo amplio ya se consideran más de tres personajes

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