El Niño Y El Desarrollo

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD TORREÓN

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PLAN 1994

CURSO:

EL NIÑO: DESARROLLO Y PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO

ENSAYO DE LA SEGUNDA UNIDAD

“LAS CONSECUENCIAS DE LA FORMACIÓN, EL ENTORNO Y LAS FORMAS DE ENSEÑANZA EN LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE DE LOS ALUMNOS”

ASESOR: LEONARDO HERNÁNDEZ

ALUMNO: CLAUDIO ALBERTO ESCOBEDO HDEZ.

GRUPO: 7o. NIVEL, SECCIÓN “D”

TORREÓN COAHUILA, A 09 DE DICIEMBRE DE 2006

TABLA DE CONTENIDOS.

INTRODUCCIÓN.

I. EL PSICOANÁLISIS, EL NIÑO Y LA ENSEÑANZA.

II. ZONAS DE DESARROLLO PRÓXIMO.

III. LA PSICOGENÉTICA Y EL APRENDIZAJE.

IV. DESARROLLO COGNITIVO DEL ALUMNO.

CONCLUSIONES.

INTRODUCCIÓN.

El ensayo siguiente aborda en la primera parte las aportaciones que el psicoanálisis puede brindar a los procesos de escolarizaciones que los maestros realizamos diariamente en nuestras escuelas. Freud con sus estudios intenta demostrar las consecuencias que tienen en la vida futura de los sujetos las limitaciones y alteraciones biológicas y afectivas que ellos padecen en los primeros años de su existencia.

En la segunda parte, se retoma algunas de las consideraciones más importantes que Vigotsky demanda a los educadores, plantea la necesidad de una actuación informada y pertinente antes de proyectar las acciones de enseñanza. Para Vigotsky es fundamental conocer el desarrollo real del niño y así proponer intencionalmente situaciones de enseñanza que el alumno con ayuda del adulto o de los compañeros más avanzados esté en posibilidades de asimilarlas.

En la tercera parte del ensayo, se revisa específicamente uno de los estadios del desarrollo que propone Piaget (estadio de las operaciones concretas) puesto que se intenta comparar con el nivel de desarrollo que tienen mis alumnos de quinto grado, un ejercicio de comparación que se hace para ver las coincidencias y desajustes necesarios para una mejor proyección del trabajo escolar.

Por ultimo, en el apartado cuatro se hace una pequeña reflexión del trabajo escolar que los maestros realizamos de manera empírica y tradicional, trabajo que viene a afectar los niveles de aprendizaje de los alumnos. Por esta razón en este mismo apartado se recurre a las aportaciones de Bruner respecto a la búsqueda de procedimientos de enseñanza más efectivos para trabajar los maestros en la escuela.

I. EL PSICOANÁLISIS, EL NIÑO Y LA ENSEÑANZA.

Cuando revisamos de cerca las condiciones que existen donde se gesta el proceso enseñanza aprendizaje de las nuevas generaciones, es fácil dirigir la atención en los esfuerzos y acciones que se dan en el tiempo presente en la escuela, es decir prestar la atención a aquellos acontecimientos técnico pedagógicos que se ponen en práctica al desarrollarse el proceso de escolarización.

Aunado a estos acontecimientos de tipo didáctico, consideramos también en la revisión aquellos aspectos que tienen que ver con el entorno territorial y cultural que existe en el universo de influencia donde se lleva a cabo el proceso de educación, entendiendo esto como las condiciones y referentes de tipo social y económico que imperan en el contexto geográfico que se está analizando.

Y es a partir de la realidad objetiva que existe en estos dos ámbitos como empezamos a determinar veredictos absolutos respecto a las situaciones problemáticas que prevalece en la enseñanza y en la escuela. Basta aproximarse correcta y cuidadosamente a estos contextos para lucidar con claridad los factores que limitan los esfuerzos de educación que los maestros concretamos en los centros escolares.

Un enfoque de análisis tradicional del proceso de enseñanza que deja fuera de la revisión a los aspectos que tienen que ver con la exploración de los profundos estratos de la mente “El comportamiento humano no depende solamente del substrato físico y químico de la persona sino que se origina fuertemente en un psiquismo carente de realidad concreta”

El análisis de la enseñanza y muchos de sus problemas se limita a las situaciones que acontecen en el escenario escolar en el tiempo presente y que influyen inevitablemente en el tiempo futuro. Un análisis que revisa por un lado metodologías, procedimientos y planteamientos que fundamentan la práctica docente y por otro lado, aquellos aspectos nutricionales, de atención, integración y de solvencia que tienen las familias de donde provienen los niños que atiende la escuela cotidianamente.

Un ejercicio de reflexión necesario para la modificación pertinente de la enseñanza que deja de lado las grandes aportaciones que el psicoanálisis freudiano propone para un mejor ejercicio pedagógico.

Planteamiento teórico que sin duda extiende el campo de acción y atención de los maestro dentro de las aulas escolares, pues es un planteamiento que sostiene la existencia de un inconsciente que ha sido forjado en el pasado y que expresa sus efectos en el presente en cada uno de los sujetos, por tanto el proceso de escolarización tendrá por fuerza que atender y reconocer ese pasado formativo de cada individuo para interpretar mejor las conductas que estos reflejan y que sin duda influyen en el proceso de aprendizaje que el sujeto intenta construir con la a

yuda de la escuela.

Decía Freud que el psicoanálisis ofrece una primera ventaja, la de encarar toda la historia del sujeto, por el hecho de que tiende a explicar el presente a través del pasado, ya que conlleva a entender las pautas de comportamiento que el sujeto manifiesta en el presente, ayudando esto a establecer los mejores procedimientos de atención para un mejor apoyo didáctico.

Una visión teórica que se aproxima al estudio de la realidad escolar de una manera distinta, pues prioriza la trascendencia de las raíces del inconsciente, raíces que si bien es cierto son dispersas en el tiempo, están concentradas en incidentes que van dejando un rastro en el alma infantil (sentimientos de inferioridad, de superioridad, agresividad, orgullo e inhibición) que tienen que expresarse algún día u otro.

De ahí la importancia que tiene el psicoanálisis para las cuestiones pedagógicas, existen referentes guardados en el inconsciente del niño que deben ser de relevante interés para el maestro, referentes que tienen que ver no con elementos conceptuales (conocimientos) directos, sino elementos afectivos y emocionales como los gestos y acciones de amor y afecto que le van brindando seguridad y autoestima que asistirán al niño cuando este los necesite “En las tribus donde los bebés son abandonados, privados del afecto maternal, confiados a personas mayores indiferentes, los adultos resultan indiferentes a la vez, propensos con frecuencia al odio, el miedo, depravados, desconfiados y carentes de creatividad”

Por eso la importancia de fomentar en la escuela las relaciones interpersonales de amistad, respeto y compañerismo; y es que no debemos olvidar, según el planteamiento freudiano, de que la vida del sujeto está regida por situaciones emocionales ligadas a la sexualidad, situaciones que son sumamente complejas y difíciles de entender, un modo de ser del sujeto que es sometido por los impulsos sexuales e instintivos (ello) desde las edades más tempranas, impulsos que están constantemente confrontados y mediados por la personalidad consciente del sujeto (ego) y la conciencia moral construida por los aportes provenientes de la civilización de los padres, la escuela y la sociedad en su conjunto (superego)

De esta manera estos impulsos que brotan del inconsciente y que siempre tienden a la satisfacción instantánea en virtud del principio del placer tienen que ser sopesados, amortiguados y estandarizados por las normas del mundo exterior, y es aquí donde radica la importancia de la educación, la cual tendrá por fuerza no solamente asegurar la perennidad de la cultura, ni en formar la moralidad del sujeto, sino principalmente desarrollar en el niño el yo capaz de determinarse y autorregularse, reorientando esos impulsos a la construcción de capacidades físicas e intelectuales que le ayuden a forjar una vida mejor, una vida fincada en el respeto, la socialización y la productividad.

Pero esto se podrá lograr cuando el docente en la escuela esté en posibilidades de considerar la importancia de la capacidad psíquica interna del alumno y las repercusiones que tiene para la vida futura, de ahí la insistencia de consolidar con el trabajo escolar la armonía emocional de nuestros alumnos.

El maestro no debe olvidar que el hombre (alumno) es esencialmente un ser social que se distingue del resto de las especies con las que cohabita el planeta por el privilegio de su psiquismo, un psiquismo que tiene que ser trabajado, estimulado y conducido por patrones de actuación donde el respeto, el aprendizaje y la interacción con los otros atraiga las fuerzas de los impulsos naturales y las canalice a situaciones productivas.

Por lo tanto, es de suma importancia optimizar el ambiente familiar y escolar donde se forma el niño, condiciones que el maestro debe ponderar y favorecer en el aula que

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