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El Pensamiento Del Adolescente


Enviado por   •  12 de Junio de 2014  •  16.220 Palabras (65 Páginas)  •  365 Visitas

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El pensamiento adolescente

Daniel Keating

¿Cómo difiere el pensamiento de los adolescentes, del de los niños o de los adultos? Las respuestas a esta pregunta son básicas para nuestra comprensión de los adolescentes y para guiar las decisiones de políticas que los afecten. La pregunta es engañosamente sencilla. Presupone un acuerdo sobre lo que queremos decir al hablar de pensamiento. Hace apenas un decenio, la investigación sobre el pensamiento adolescente fácilmente habría podido organizarse en torno de unas cuantas cuestiones centrales. Desde entonces, testimonios acumulados de toda una variedad de perspectivas han extendido notablemente las preguntas que se deben tomar en cuenta, y consideran el consenso como una meta más distante.

La falta de consenso no es característica de este ámbito, ni se la debe tener como una problemática absoluta. En muchas áreas que tratan directa o indirectamente la actividad cognitiva humana, han surgido dudas sobre la naturaleza y el valor de la "certidumbre": desde la investigación filosófica del pensamiento hasta las matemáticas (la "reina de las ciencias"), y aun hasta el ámbito del desarrollo cognitivo. Si en el pasado la coherencia se basó en falsas percepciones, entonces su pérdida constituye en realidad una ganancia, pues nos invita a plantear preguntas importantes antes ignoradas. Asimismo, las decisiones de políticas basadas en un consenso erróneo podían tener consecuencias indeseables.

Está fuera de los límites de este capítulo la intención de resolver -o siquiera de hacer frente a- cuestiones teóricas fundamentales acerca de la cognición humana. En cambio, mi enfoque es más práctico. Muchos investigadores de la cognición desvían su atención de las cuestiones puramente teóricas, planteadas básicamente en el laboratorio, hacia cuestiones más aplicadas en que el contexto y el contenido desempeñan un papel central.

Gran parte de la apasionante investigación nueva surge de plantear preguntas sobre cuestiones como la enseñanza del pensamiento y las posibilidades de éxito de programas de intervención cognitivamente orientados. Y, en contraste con la pérdida del acuerdo respecto a las explicaciones básicas, ha empezado a tomar forma un consenso razonable acerca de las metas deseables en el desarrollo cognitivo del adolescente, tanto en el medio académico como en el informal.

 Encontrar un marco de trabajo

Dos perspectivas vastas y complementarias sirven de marco a este análisis: la ciencia cognitiva aplicada y la psicología del desarrollo aplicada. El objetivo de la primera es enfocar los nuevos y avanzados métodos de la ciencia cognitiva en el análisis de la actividad cognitiva en el mundo real. La meta de la segunda se relaciona con la anterior ya que intenta comprender tanto las fuentes como la relación del desarrollo de la actividad cognitiva con otras áreas, tales como el desarrollo social y el emocional.

Además, estas perspectivas aplicadas enfocan lo que necesitamos conocer para facilitar el desarrollo cognitivo del adolescente. Por medio de la educación formal, de agentes socializadores informales (como la televisión) y de factores sociales, culturales y económicos generales, la sociedad afecta profundamente el pensamiento del adolescente. Planear políticas que conduzcan a los resultados deseados es algo que requiere un examen crítico de la naturaleza del pensamiento del adolescente y, al mismo tiempo, de los factores sociales que lo forjan.

Muchos observadores han lamentado el bajo nivel de pensamiento crítico entre los adolescentes en toda una gama de campos académicos, y han expresado su preocupación respecto a la capacidad de las prácticas educativas actuales para enfrentarse al problema. En la medida en que ese pensamiento es decisivo para una participación activa en una sociedad que se basa cada vez más en la información -y no parece haber razones para no dudar que así es-, hay que enfrentarse a cuestiones fundamentales acerca de la organización de la escuela. Los hallazgos logrados en gran parte de la actual obra en ciencia cognitiva aplicada, sobre todo en la enseñanza del pensamiento, hablan directamente de esta preocupación.

Pero no debe exagerarse la conexión entre la escolaridad formal y el pensamiento adolescente. Existen muchas influencias, además de la escuela. Por ejemplo, el adolescente medio en los Estados Unidos ve más de veinte mil anuncios de televisión al año, y los anunciantes, en un intento por crear metas o deseos que sus productos satisfagan, a menudo inventan cosas que pretenden superar o pasar por encima de los procesos de toma de decisiones racionales del adolescente. Sabemos muy poco acerca de los efectos cognitivos de los medios masivos de información, cuya tecnología sigue desarrollándose exponencialmente (televisión por cable, MTV, VCRs, video interactivo, y más aún). Sin embargo, resulta razonable suponer que el impacto de estos medios aumentará, y con formas difíciles de predecir. Por ejemplo, Olson ha sostenido con toda convicción que la alfabetización ejerce un efecto importante sobre las estructuras y procesos cognitivos humanos. Parece seguro suponer que las tecnologías de información que tienen ya uso casi universal, desempeñarán un papel similar.

Consideremos, asimismo, la veintena de políticas sociales que dependen de captar las características del pensamiento del adolescente. Por ejemplo, en muchas cuestiones de salud, la educación pública ofrece el medio principal y a la vez el único eficaz de intervención y de prevención. Para contrarrestar los riesgos a la salud de los adolescentes, causados por la actividad sexual no protegida o por el consumo de drogas -para citar sólo dos ejemplos importantes- dependemos, en gran medida, de la educación. Pero sabemos relativamente poco acerca de la competencia de los adolescentes para tomar decisiones en el mundo real. No obstante, las pruebas de que disponemos indican que su potencial competente de toma de decisiones a menudo es mayor que su actuación en situaciones reales, y que las limitaciones con que tropieza su desempeño se derivan de toda una gama de fuerzas sociales. Visto desde esta perspectiva, el problema de crear una eficiente educación de salud pública exige que entendamos lo más claramente posible, los tipos de mensajes que los adolescentes pueden comprender y utilizar cuando sea necesario.

Hay que mencionar otra dimensión clave del pensamiento adolescente. Cuando consideramos las cuestiones que afectan el pensamiento, resulta fácil suponer que la actividad cognitiva puede separarse de otros aspectos del desarrollo adolescente. Esto sería un error. Los cambios cognitivos están íntimamente vinculados con otra dinámica del

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