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El inconsciente.

Susana AlvaResumen7 de Enero de 2017

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Introducción

Para dar pie a una teoría es necesario crear un sustento solido en el cual esta se pueda desarrollar.

En el presente trabajo nos compete tratar los temas de inconciente y represión, dos de aspectos fundamentales para la génesis de la teoría psicoanalítica.

Abarcaremos aspectos fundamentales de los planteamientos que Freud propuso en cuanto a la justificación del concepto de inconciente, buscaremos profundizar y ligar el establecimiento de dicho concepto en lo que a represión se refiere. Tomaremos en cuanta los escritos de Freud en su obra titula con en el nombre homónimo de los temas a tratar.

La piedra angular de esta teoría es la represión ya se desprende la formación del inconciente, por este motivo no se podría abordar uno de estos conceptos por si solo ya que

están íntimamente relacionados, no podría existir el uno sin el otro. Es por esto que para generar un entendimiento de la teoría psicoanalítica en su gestación es necesario analizar estos dos conceptos en profundidad.

Además profundizaremos; utilizando tratados sobre la generación del síntoma histérico y neurosis, para de alguna manera relacionar lo inconciente con la represión. Cosa que en cierto modo se da por sí sola, ya que de acuerdo a nuestros conocimientos, no se puede dar el uno sin el otro.

En aspectos generales el trabajo busca relacionar la concepción de inconciente y la separación hecha por Freud de los sistemas Icc, Precc y Cc; donde la represión se da en establecimiento de articular este proceso con las representaciones inconcientes y de manera más burda tratar el proceso por el cual estas se nos hace imposibles de ser cognoscibles.

Lo inconciente

Lo inconciente partió como un supuesto en la teoría freudiana con el afán de este en realizar un enfoque metapsicológico en lo que a psicoanálisis respecta; hablamos de metapsicología ya que a

Continuación describiremos como el inconciente actúa en los tres aspectos que la metapsicología abarca: dinámico, tópico y económico. Por otro lado ahondaremos de igual manera en los vocablos metapsicológicos en los cuales Freud utilizo el término de inconciente (descriptivo, dinámico y sistémico), de esta manera presentamos al inconciente como aspecto tópico y

abarcaremos los procesos que en el ocurren.

Remontándonos a los inicios de la teoría psicoanalítica y para explicar de mejor manera nuestro tema en cuestión “inconciente” hemos de aclarar primero lo que es su contraparte “conciente o la conciencia”. De ella podemos declarar: que es de carácter colectivo y siempre está el afán de dotar de ella a lo que nos rodea, se puede decir que el sujeto la ve como exterior a él e igual a la de otros y que es conocida por todos. Bajo esta premisa es que comienza a aflorar la idea de inconsciente, no como tal, sino que descrita primero como una segunda conciencia; que a diferencia de la primera es individual, esta conciencia se vuelca a lo íntimo del sujeto y además destacaba que el mismo individuo carecía de conocimiento de esta segunda conciencia. Más allá de la premisa de segunda conciencia y para justificar la idea de la existencia de la misma, Freud la llama inconsciente situación muy acertada al ser la contraparte de la conciencia.

Al inconciente se le atribuye la facultad de sostener lo que la conciencia tacha de inaceptables producto de los valores morales propios de cada sujeto, abarca actos que son muy similares a los concientes (latentes por un tiempo) e inconcientes por un tiempo y por otro lado los procesos reprimidos. Siguiendo esta línea nos encontramos que el inconciente en si es un sistema, dentro del sistema de aparato psíquico; el inconciente como sistema es dinámico pues consta de proceso que generan una especie de trabajos, dichos procesos son tanto dependientes de él como también contribuyen y justifican su existencia. El trabajo de este sistema consiste en denotar si un acto psíquico es apto para la conciencia, en el caso de no estarlo procede a reprimirlo y por ende este acto psíquico es olvidado (momentáneamente) por el sujeto.

De esta manera la representación psíquica que “es tolerable” o “susceptible de conciencia” se nos presenta como contenido consciente, mientras que lo reprimido se encamina a ser un proceso inconsciente; lo que nos da otra pista para justificar la existencia misma del sistema inconsciente, si bien no como lugar físico para el almacenamiento de dichos procesos, empero existente por causa de la represión primaria, quien es la que hace la división en el aparato psíquico; donde se separan los sistemas Icc, Precc y Cc, destacando el inconsciente, pues es donde esta represión genera un núcleo que desde ese entonces y por el resto de vida psíquica del sujeto atraerá a esos procesos y actos psíquicos que no son susceptibles a la conciencia hacia el interior de este sistema Icc haciendo de ellos actos y procesos psíquicos Inconcientes, entonces para justificar la idea de actos psíquicos inconcientes se nos establece que sabemos que algunos de nuestros actos concientes devienen de otros que son completamente desconocidos a los que no les hayamos un nexo netamente justificado, entonces nos encontramos con la realización de un acto consciente pero sin conocimiento del ¿Por qué? lo hicimos ocultándosenos el origen de la ocurrencia, dicho origen desconocido va mas allá de la experiencia inmediata pudiendo remontarse a muchos años atrás como producto de un estado psíquico inconcluso (en gran medida) o bien completamente reprimido, pero aun latente dentro de la psique del sujeto, a ese origen oculto o que nos es imposible recordar le denominamos inconciente.

Podemos avanzar otro poco y aducir, en apoyo de la existencia de un estado psíquico inconciente, que, en cualquier momento dado, la conciencia abarca sólo un contenido exiguo; por lo tanto, la mayor parte de lo que llamamos conocimiento conciente tiene que encontrarse en cada caso, y por los periodos más prolongados; en un estado de latencia; vale decir: en un estado de inconciencia {unbewusstheit} psíquica (Freud, 1915, pp.163-164)

Con los estudios sobre las neurosis o más bien especificando en lo que Freud baso sus inicios sobre los estudios psicoanalíticos “la histeria” , también se nos enriquece con argumentos a favor de la existencia de un inconciente, ya que es el Icc junto con la represión (ya que siempre van de la mano) lo que primordialmente opera en la generación de los síntomas; como una breve reseña explicaremos la generación del síntoma de manera que le daremos cabida al papel que toma el inconsciente en este proceso. En palabras burdas, el síntoma es una representación del inconsciente

reprimido, donde los retoños de este Icc intentan pasar; haciéndose de alguna u otra manera visible a la Cc, y esta al darse cuenta que estos retoños Icc intentan traspasar las barreras que los hace característicos de dicho sistema, los reprime, pero en algunos caso esa represión falla y se forma el síntoma a partir de una representación inconciente.

De una u otra manera el Icc se ve envuelto en todos los procesos que subyacen dentro del aparato psíquico, pero destaca de él, que en su interior donde se deposita los actos y/o proceso reprimidos que a diferencia de los concientes son de procedencia lagunosa y casi irreconocible para nosotros.

Es entonces que se hace la separación entre Icc y Cc, y se introducen los procesos inconcientes para identificar de mejor manera la una de la otra. Ahora bien, ya podemos sumergirnos a lo que a inconciente respecta, sus características que lo identifican y los procesos ligados a él dentro del sistema de aparato psíquico.

En el sistema Icc también encontramos mociones pulsionales las que generan en la vida anímica del sujeto sentimientos inconcientes ligados a una representación de la pulsión generadora que también tiene un origen o se da lo representante-representación en dicho sistema, digo representación pues en los sistemas Icc, Precc y Cc la pulsión en si no se presenta como tal, sino que lo hace a través de representaciones que puedan sustituir su esencia; producto de la represión, tema que

ahondaremos posteriormente.

Entonces tenemos un sistema Icc que en el aspecto económico alberga sentimientos inconcientes como representación de una moción pulsional lo que genera un trabajo energético en el inconciente, por lo que las investiduras energéticas en el sistema toman un papel relevante para generar un equilibrio en el sistema, ya que dentro del sistema Icc los procesos de desplazamiento y condensación aumentan su velocidad de trabajo y como consecuencia de ello las intensidades de investidura de las representaciones existentes dentro del sistema Icc también tiende a aumentar su velocidad de proceso.

Ahora bien podemos deducir que estos sentimientos inconcientes no son nada más que el destino de las pulsiones que los generaron, notándose en ellos un exhaustivo trabajo de represión la que hace de aquellos sentimientos de origen inconciente representaciones de la moción pulsional que por así decirlo les dio vida. Mientras el trabajo represivo en este caso de las pulsiones busca hacer concientes ciertas mociones ya mencionadas, el sistema Icc sigue soportando aquella pulsión bruta y en su formación real.

Adentrándonos aun mas en la dinámica que opera en el sistema Icc podemos establecer que es regido por mociones de deseo, ya que en él se encuentran representaciones de pulsiones cuyo único objetivo es la descarga, el Icc como parte del aparato psíquico también es energético y las mociones pulsionales que conviven dentro de él

interactúan, pero sin influir la una sobre la otra. Otra de las características que priman en el sistema Icc es que esta dentro de los procesos primarios, es decir que los procesos que pueden ocurrir dentro son atemporales, los procesos Icc no conocen la realidad pues están regidos por el principio de placer.

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