ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El psicologo en instituciones escolares


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2015  •  Informes  •  2.747 Palabras (11 Páginas)  •  131 Visitas

Página 1 de 11

[pic 1]

[pic 2]


INTRODUCCIÓN

La Psicología de la Educación ha sido caracterizada como una disciplina psicológica y educativa, de carácter aplicado, cuyo objeto de estudio son los cambios que se producen en las personas como consecuencia de su participación en actividades educativas. Se configura a partir de tres dimensio-nes: explicativa, proyectiva y práctica; y cuya evolución, según Bardon, debe entenderse más como un proceso de acumulación que como un auténtico proceso de desarrollo.

Cabe consignar que la mayor parte de los profesionales que trabajan en escuela no se llaman a sí mismo “psicólogos educacionales”, ni se perciben como tales. Daría la impresión de que “se es psicólogo educacional” en tanto se trabaje en un contexto escolar”. En el caso del psicólogo cuyo trabajo se desarrolla en el marco del dispositivo escolar aparecen, en ocasiones, naturalizadas algunas cuestiones relativas a su vínculo con la institución educativa, con los directivos, los docentes, los alumnos y las familias de estos últimos.

La psicología escolar conserva su identidad, en tanto las diferentes funciones que incluye se contemplen en su conjunto bajo los símbolos de la psicología y la escuela.

DESARROLLO

Rol del psicólogo

“-…Algunos no tienen claro cuál es su rol, consideran que están como en un consultorio particular adentro de la escuela. Ese es un error de interpretación del rol grave porque no es lo que la institución necesita; si el equipo tiene claridad respecto a cuál es su rol y lo puede compartir desde su entrada a la institución, se va construyendo institucionalmente el tipo de intervenciones, para qué estamos, para qué servimos, para qué nos pueden demandar y que nosotros sí les podemos responder” comenta una de las profesionales entrevistadas para realizar la ponencia de Campag-nuci, y es que hasta el día de hoy la psicología educacional esta reformulando y redefiniendo su rol junto con la vorágine de cambios sociales que atraviesan las instituciones escolares.

Frente al psicólogo escolar suelen surgir expectativas muy dispares, siendo la más habitual la de un sujeto omnipotente que se ocupa del caso señalado liberando de la responsabilidad a aquellos que lo señalan. La práctica profesional del psicólogo en estas últimas décadas muestra una acumula-ción de funciones, con una profusa heterogeneidad de tareas que se proyecta sobre su actividad profesional, tornándola vasta, difusa y por momentos bordeando los roles de otros actores institucionales.

En la actualidad las posiciones oscilan entre dos polos: por un lado se afirma que el psicólogo es un asistente social común  que tiene la misión de promover la madurez social, individual y cultural de los alumnos ,un modelo clínico que hace especial hincapié en los aspectos psicológicos de la intervención, centrado en las dificultades del alumno y su rehabilitación y un modelo preventivo que atiende a la vertiente educativa teniendo como objetivo prevenir el fracaso escolar y los problemas de aprendizaje en general.

De lo anterior podemos ver como se orientan claramente hacia la prevención o asistencia en los ámbitos educativos, dejando excluida una dinámica de trabajo orientada hacia la promoción, es decir centrándose en aquellos aspectos institucionales que son interpretados como positivos y promotores de salud y bienestar en lo intersectorial que atraviesa a la institución educativa en las políticas aplicadas en la actualidad, donde se pretende de estas no solo un proceso de formación de ciudadanos capacitados en aprendizajes formales, sino también protección de las problemáticas socio-culturales, cobertura de determinadas necesidades básicas y una gruesa lista de nuevas demandas que parten desde el Estado.

Como profesionales psicólogos es importante que, si bien nuestro rol en las instituciones posee un trasfondo histórico en su desarrollo de procesos de acumulación, y por momentos, de superposi-ción de tareas y roles con otros referentes institucionales, entendamos y nos demos la oportuni-dad de separar y reempoderar a los directivos de las instituciones escolares en diferentes tareas que han sido planteadas por Bassard y Brunet como:

  1. El Vocero: Quien revela y recoge las demandas de la comunidad.
  2. El influyente: Presenta sus opciones y persuade haciendo valer sus ideas.
  3. El encargado de las políticas: Traduce las políticas educativas formulando proyectos.
  4. El enlace: Se relaciona con los diferentes agentes interesados en la educación.
  5. El animador pedagógico: Coordina decisiones relativas a las actividades pedagógicas
  6. El evaluador: Verifica el logro de objetivos.
  7. El negociador: Logra acuerdos y establece consensos.
  8. El organizador de la vida estudiantil: Organiza actividades escolares y extraescolares.
  9. El símbolo: Representa a la institución en la comunidad
  10. El integrador: Facilita los intercambios y relaciones a través de la gestión de conflictos.
  11. El agente de cambio: Promueve iniciativas y proyectos innovadores
  12. El distribuidor de recursos: Encargado de reparto de recursos humanos, materiales y financieros.
  13. El “gestionador del personal”: Se encarga de la administración, organización y conducción de los recursos humanos.
  14. El promotor: promover una visión compartida en el accionar de la institución.
  15. El enseñante: procura el bienestar del alumno en todas sus formas.

Luego de leído esto me surge la necesidad de pensar en que como profesionales psicólogos nuestra tarea se orienta a un trabajo colaborativo y de cooperación mutua entre cada uno de los actores. Cada una de estas tareas que, aunque explicadas de un modo simplista, deben ser cubiertas por los directivos pueden verse enormemente enriquecidas por nuestro accionar debido a la formación que hoy recibimos, aunque necesitamos apreender que no conforman el núcleo de nuestra tarea.

Para realizar nuestra actividad de una forma satisfactoria con la institución y con nuestras propias expectativas resulta de vital importancia el accionar con una gran dosis de creatividad, aunque también con una cuota de realismo. Desde un primer momento, ya en el encuadre de trabajo, necesitamos ajustar las expectativas, o dicho de otra manera, la motivación que el psicólogo tenga para resolver la demanda dada por la escuela no debe ser mayor que la motivación de los referentes de la institución por modificar la misma.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (18.3 Kb)   pdf (135.9 Kb)   docx (21.7 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com