¿El éxito Institucional De La Civilización Permite Un Desarrollo Sexual Idóneo?

Universidad Andrés Bello

Facultad de Ciencias Sociales

Escuela de Psicología (sede Concepción-Talcahuano)

Psicología de la Comunicación

Docente: Camilo Rojas

¿El éxito institucional de la civilización permite un desarrollo sexual idóneo?

Autor(es): nn

Resumen: Este escrito tiene como principal objetivo interiorizar conceptos psicoanalíticos implicados en aspectos de la cultura y sus incidencias en la vida sexual del sujeto. El psicoanálisis y su particular forma de teorizar frente a las problemáticas de la sexualidad del individuo y las herramientas de las cuales se sirve la cultura para inhibir la conducta sexual. Es por esto que el progreso es sustancial si las instituciones se fortalecen y no cabe duda que es imposible sustraerse de las posibilidades que se dan en un espacio cultural, ya que la pérdida del instinto en el hombre creo la posibilidad de simbolizar y llegar a acuerdos a través del lenguaje. Al ser seres dotados de lenguaje cambia nuestra manera de percibir y nuestras concepciones acerca del mundo en que nos encontramos y el cual debemos moldear a nuestras necesidades.

Palabras claves: Cultura, sexualidad, conflicto psíquico, progreso.

1. INTRODUCCION

El recorrido de las instituciones es de gran aporte a la sociedad y su bienestar, y es a partir de esto que se debe comprender que la cultura y todo los que nos rodea como seres en el mundo está mediada por las concepciones que tenemos acerca de este, y es mediante esto que le damos una lectura fundamental a toda construcción de conocimiento, valores y normas, así como también a lo material, lo cual no estrega herramientas objetivas para estar insertos en un mundo que es cada vez más difícil de controlar. En nuestra constante intencionalidad de dominar y moldear nuestro entorno natural, y con esto también escapar a las adversidades de la naturaleza, nos encontramos con que esta intención se vuelve sobre el individuo, soslayándolo en una encrucijada entre la satisfacción de sus deseos y la agudeza de las instituciones que el mismo ha desarrollado

Tenemos la difícil misión de introducirnos en la vida emocional del individuo contemporáneo, más específicamente en la sexualidad y como el sujeto permite que la cultura sea participe del moldeamiento de esta. Todo esto se puede sostener bajo la gran ayuda y el aporte de la investigación psicoanalítica, la cual nos ha aportado en gran medida, tanto con fundamentos teóricos, como también con casos clínicos “Sobre todo, es preciso destacar que la exposición parte aquí enteramente de la experiencia médica cotidiana, que la indagación psicoanalítica está destinada a ahondar y a prestarle relevancia científica”. (Freud, 1914, p 212)

Freud teoriza sobre la sexualidad infantil y también trata de entrelazarla a lo que iban a ser sus textos culturales. Sus escritos no tuvieron un buen auge, pues no fueron de gusto popular. El describe elementos de la sexualidad relacionados con lo infantil y es por esto que no fue bien recibido. Además de esta tensión con el conocimiento científico del momento, también se encontraba dentro de un contexto muy conservador. Para instituciones como la iglesia esto fue una idea que se encontraba en desmedro de la cultura y el orden social establecido.

Freud nos va a decir que la religión y la cultura se sirven constantemente de la culpa para establecer en el sujeto una debilidad frente al cumplimiento de las normas sociales y así establecer un control social sobre él. Además el sujeto queda constituido de la ley simbólica paterna posterior al complejo de Edipo, la cual está para establecer un sentimiento de culpa interno que genera un malestar constante.

De esta forma se abren las posibilidades de estudiar y analizar el campo de la cultura y su incidencia en la individualidad del sujeto, además de sus conflictos psíquicos al manifestarse frente a las normas y valores que se dirigen hacia sí mismo.

2. MARCO TEORICO

En post del progreso cultural vamos sistemáticamente renunciando a nuestras propias satisfacciones, con el propósito de sostener en el tiempo una sociedad que permita obtener beneficios para las generaciones posteriores y herederos de nuestra historia cultural. Por este motivo es que en términos etarios debemos inferir que a partir del desarrollo del Yo, el cual está siempre influenciado por la cultura y el ambiente, existe un avance desnaturalizado que se manifiesta de manera fortuita en el individuo, pues se produce en una cultura en la que esta inserto y en la que no tuvo la posibilidad de elegir. De esta manera Freud piensa que la construcción del sujeto va a ir siempre de la mano de una cultura que sirva como medio de progreso mutuo entre los participantes y en post del fortalecimiento de vínculos y relaciones existentes en una sociedad. Freud menciona lo siguiente: “Una reflexión ulterior nos dice: Este sentimiento yoico del adulto no puede haber sido así desde el comienzo. Por fuerza habrá recorrido un desarrollo que, desde luego, no puede demostrarse, pero sí construirse con bastante probabilidad” (Freud. 1930, p 162).

La perspectiva de la sexualidad en concordancia con el avance de un pueblo se vuelca a un ámbito de inconsistencia y de contradicciones, pues si nos remitimos a lo observable desde un punto de vista histórico, estos dos términos son inversamente proporcionales. Nos referimos a que la sexualidad es de un campo vital para el ser humano, ya que en su desarrollo tanto psíquico como biológico están sentadas las bases funcionales del individuo y, además abarca un campo dentro del cual sus requerimientos se subyacen a la reproducción quien finalmente decanta a aspectos de la cultura. Al mencionar el desarrollo de un pueblo, es decir un grupo que se encuentra geográficamente volcado hacia una cultura en común y que sus aspectos sociales y culturales se encuentran dentro de una curva ascendente en cuanto progreso y avance, debemos tener en cuenta que este progreso se da principalmente por el trabajo incansable de todos sus organismos, tanto individuos como instituciones (iglesia, estado, organismos de índole social, etc.). Es así como estos dos factores se condicionan uno del otro, casi anteponiéndose y segregando por una parte la satisfacción sexual con el normal desarrollo de una institucionalidad cohesionada y armonizada. Desde este punto Freud explicita lo siguiente: “la moral sexual <<natural>> y la <<cultural>>. Por la primera ha de entenderse aquella bajo cuyo imperio un linaje humano puede conservarse duraderamente en estado de salud y aptitud vital; y por la segunda, aquella cuya observancia más bien acicatea a los seres humanos para un trabajo cultural intenso y productivo. Esta oposición se ilustrara mejor contraponiendo el patrimonio constitutivo al patrimonio cultural de un pueblo” (Freud, 1906-1908, p. 163)

Debemos tener en consideración la configuración psíquica del sujeto, puesto que se encuentra llena de complejidades de las cuales se sirve para el desarrollo de la sexualidad en la vida adulta. El individuo esta capacitado para entrar en la cultura, mediante y principalmente por las frustraciones constantes que se producen en la niñez y de este modo puede buscar la separación diádica (amenaza de la castración y renuncia de objeto de amor) y encontrar un mundo exterior donde se enfrenta con las fortalezas de su cultura y la pugna en contrariedad con la satisfacción. “De este modo se contrapone por primera vez, al yo un «objeto» como algo que se encuentra «afuera» y sólo mediante una acción particular es esforzado a aparecer. Una posterior impulsión a desasir el yo de la masa de sensaciones, vale decir, a reconocer un «afuera», un mundo exterior, es la que proporcionan las frecuentes, múltiples e inevitables sensaciones de dolor y displacer, que el principio de placer, amor irrestricto, ordena cancelar y evitar” (Freud, 1930, p156-157)

Como hemos mencionado el psicoanálisis nos aporta en gran medida a entender esta red de recursos simbólicos que utiliza en individuo, desde un punto de emergencia donde se descubren las primeras mociones sexuales en la niñez. Para esta ciencia de lo singular, fue en gran medida una revolución dar a entender que los niños poseen vida sexual y por ende no fue fácil emprender la investigación, como así Freud lo menciona: “Si uno no atribuye actividad sexual alguna, tampoco se tomara el trabajo de observarla, y por otra parte sofocará de ella las exteriorizaciones que resultaren llamativas” (Freud, 1908, p.187)

Es asi como en el medio cultural del sujeto, rodeado de patrones y limitaciones, vemos como se somete y rige en base a esta constitucion instaurada desde el neonato, sumergido en lo que es esta red conceptual, la cual lo gobierna, lo aleja del deseo, logrando que la pulsion sea mediatizada y de esta forma fijando limites, en todo ambito y mas aun en lo sexual, esto trae como consecuencia una problemática que Freud designa como conflicto psiquico “en el sujeto, se oponen exigencias internas contrarias. El conflicto puede ser manifíesto (por ejemplo, entre un deseo y una exigencia moral, o entre dos sentimientos contradictorios) o latente, pudiendo expresarse este último de un modo deformado en el conflicto manifíesto y traducirse especialmente por la formación de síntomas, trastornos de la conducta, perturbaciones del carácter, etc. El psicoanálisis considera el conflicto como constitutivo del ser humano y desde diversos puntos de vista: conflicto entre el deseo y la defensa, conflicto entre los diferentes sistemas o instancias, conflictos entre las pulsiones, conflicto edípico, en el que no solamente se enfrentan deseos contrarios, sino que éstos se enfrentan con lo prohibido” (Laplanche, 2010, p.77).

• Desviación de la pulsión sexual respecto a lo cultural

Es así como a lo largo de nuestra vida existen diversas instituciones que nos regulan y limitan en base a nuestro comportamiento, creando prohibiciones, como alejarse del incesto, como única ley natural, la cual debemos respetar, pero específicamente ligado a lo sexual, como base la moralidad. Sin embargo, por naturaleza las pulsiones sexuales son de carácter constantes, y es en donde existe la búsqueda por la satisfacción, la cual solo se encuentra en momentos específicos. ¨La unión de los genitales es considerada la meta sexual normal en el acto que se designa como coito y que lleva al alivio de la tensión sexual y la extensión temporaria de la pulsión sexual” (Freud, 1901-05, p.135)

Se considera que la fuerza que mueve a la pulsión, es en base a lo biológico, así lo manifiesta Freud en algunos de sus pasajes cuando expresa que es homologable a la satisfacción que se siente cuando se pretende saciar el apetito. Por ende el reprimir esta pulsión vendría a romper el orden natural del sujeto, pero ¿Qué es lo que hace que lo aleje de esta posición en la cual debería estar?, esto se responde cuando llegamos a entender cómo se entra a la cultura, es aceptando dejar nuestras pulsiones sexuales de lado y acatar todo lo que se estipula en base a los parámetros socio-culturales, se justifica a que la pulsión sexual choca con el principio de realidad, el cual prevalece por sobre el principio de placer.

La opción que encuentra el aparato psíquico para alejar del displacer al sujeto, al saber que las pulsiones sexuales no pueden ser satisfechas, es desplazar dichas pulsiones, con el fin que caigan en otros objetos. La tecnología viene como respuesta a este vacío que deja la cultura en sí, auxiliando al ser humano con distintas vías en donde se puede descargar esta pulsión. Mediante esto la ciencia y la tecnología avanzan a paso firme y es así como podemos experimentar un pasar biológico relativamente beneficioso para cada sociedad. En relación a esto se puede vislumbrar el constante y expansivo uso de internet y las redes sociales que permiten acceder a contenidos que en la realidad objetiva serian difíciles de alcanzar. En nuestra época el comercio sexual en internet está al alcance de cualquier individuo, no discrimina de ningún modo. De esta forma podemos introducir el nexo entre la sexualidad y la cultura, es la segunda de estas la cual nos proporciona el progreso de la ciencia y la tecnología. Internet es ocupado como una herramienta cotidiana dentro de la mayoría, en el ser humano de este siglo, este universo virtual entrega al sujeto diversas vías donde encuentra satisfacción acorde a sus intereses personales, pero más aun enfocándonos en lo sexual se encuentra la pornografía como principal camino para suplir la angustia que se obtiene dentro de las prohibiciones culturales. En este mundo se encuentran plasmado gráficamente la amplia gama que presenta en base a las perversiones del sujeto, las cuales busca por medio de estas la descarga. No necesariamente a través de la masturbación, sino que también existe satisfacción en ver, exhibirse, y entablar relaciones con otras personas que buscan lo mismo, el acto en sí, la relación sexual, es tergiversado, distorsionado, pero en el fondo responden a la misma necesidad.

Bibliografía

Freud, S. (1901-05). Tres ensayos sobre teoria sexual . Buenos aires: Amorrortu.

Freud, S. (1908). Sobre las teorías sexuales infantiles. O.C. Vol. IX. buenos aires: Amorrortu.

Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. Buenos Aires: Amorrortu.

Jean Laplanche, J. B. (2010). Diccionario de Psicoanalisis. Buenos Aires: Paidos.

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