En las perversiones se trata fundamentalmente de la Ley del Padre

Nombre: María José Ordóñez Muñoz

Fecha: 10.11.17

Título: El perverso y la ley del Padre; La Madre fálica.

Autor: Joel Dor

Guía de Análisis

Desarrollo del alumno

Pregunta

de

Contenido.

Ideas

centrales

del texto

En las perversiones se trata fundamentalmente de la Ley del Padre, por lo que el desafío en de ésta en el perverso se ubica esencialmente en la dialéctica del ser, a diferencia de lo ocurrido con la histeria y la obsesión que oscilan entre tener o no tener el objeto fálico. El desafío del perverso es de igual manera hacia la ley del padre, ya que esta ley impone una falta (castración).

El perverso intervendrá la ley de su deseo, como la única ley que éste reconoce, no tomando la ley del padre como la se sobre pone sobre su deseo. Se ponen en juego dos oposiciones: La ley de su deseo como única ley posible, y el desconocimiento de la ley del deseo del otro como mediador.

La ley del padre será entendida como límite que el perverso siempre estará dispuesto a trasgredir. Si bien a partir de esto obtiene un goce, es necesario un cómplice que se encuentra cegado por la prestidigitación fantasmática frente a la castración. Un testigo potencial es la Madre, que se encasilla en el lugar del otro en el campo de la mirada, esta mirada del otro es indispensable para la práctica perversa. Por otro lado, el fantasma perverso, se acomoda a la ausencia de la mirada de Otro.

La estrategia perversa consiste en descarriar al otro en lo que se refiere a los límites de la ley, extrayéndolo de su sistema, accediendo a un goce del dominio del sujeto perverso.

La relación con la ley del padre va a manifestarse en la relación con la madre, e incluso con todas las mujeres. Las cuales se caracterizan por la ausencia del pene, producto de la castración infringida por el padre, lo que genera un horror particular a la castración.

Oscila por un lado, en la concepción de que es el padre quien somete a la madre en la orden de su deseo, es decir, ley del deseo esté siempre sometida el deseo de otro, y por otro, donde la madre es culpable de desear al padre, convirtiéndola en cómplice de castración.

La relación que mantendrá con las mujeres será determinada por un doble discurso, padre somete a la madre a la ley de su deseo, o es la madre quien acepta la ley, en ambos caso se ratifica la falta (castración).

La complicidad libidinal de la madre, o la complacencia silenciosa del padre, la primera manifestada en la seducción en relación a las respuestas de los requerimientos eróticos del niño, siendo entonces un llamado al goce, donde idealmente no intervendrá el padre, momento en el cual surge la rivalidad fálica, en la cual se burla de la instancia paterna. El niño se encuentra atormentado y doblemente cautivo, por un lado por la seducción de la madre, y por otra la prohibición que ésta le significa, gestando la transgresión. La segunda,  con la que se delega su propia palabra a través de la madre.

La madre para el perverso no es una madre que esté fuera de la ley, es una madre fálica, convertida en una madre seductora que alienta el goce, y una madre amenazadora y prohibidora, esta imago de madre fálica determinará la relación del perverso con las mujeres, a las que no renuncia, independiente si las encuentra en una persona masculina. Producto de esto oscilará entre dos representaciones de objetos femeninos, como una virgen o como una puta repelente, siendo una mujer deseable como deseante, esta última es un objeto del cual quiere escapar evitándola la perdición, la perdida y la falta. La madre fálica es una mujer totalmente idealizada, es todo poderosa, prototipo de ideal femenino.

Palabras claves y

definiciones.

Perversión, ley del Padre, castración, deseo, goce perverso, práctica perversa, fantasma perverso, descarriar, horror a la castración, madre fálica, seducción, complicidad libidinal de la madre, complacencia silenciosa del padre, burla.

Práctica Perversa: la mirada del Otro es indispensable por ser necesaria a la complicidad, si la que no existe el campo de la ilusión.

Fantasma Perverso: se acomoda a la ausencia de la mirada del otro, y para lograr su fin, se satisface en la soledad del acto masturbatorio.

Madre Fálica: la madre perversa no es una madre fuera de la ley.

Reflexión Crítica del texto

Se realiza una diferenciación con la obsesión y la histeria en lo que respecta al desafío, donde en estas se presenta en el campo del tener o no tener el objeto fálico, para la perversión se encuentra en campo del ser. La ley del padre toma un lugar que igualmente puede ser diferenciado con las anteriores, en este caso es una ley que se impone como deseo de su propio deseo, donde la madre queda en la ambivalencia o ambigüedad de ser sometida a la ley, y por otro la desea al padre, tildándola de culpable. La perversión se expresa en el goce perverso de la práctica perversa para la cual es necesario la mirada de otro, que se transforma en cómplice de su acto, el principal cómplice del niño en estos casos es la madre, quien lo incita a perseguir el goce en la dinámica erótica y de seducción que se da entre ambos, cuando esta responde a las necesidades del niño. La madre tiene por lo tanto un rol excepcional para el niño, más que la instancia paterna de la cual se burla producto de la rivalidad fálica existente, la madre por su parte viene a ocupar un  lugar privilegiado, es una madre fálica que se presenta como todo poderosa, que será  el ideal femenino para el perverso, lo que puede reflejarse más tarde en las relaciones con mujeres, a las que no dejará ir de ninguna manera, ya que esto significaría asumir la falta y la perdida, que tienen su base en la castración, y en el horror que expresa el perverso.

Las figuras paternas, madre y padre, serás determinantes para la conformación de los rasgos de los sujetos, tanto la madre como el padre, juntos o por separado vienen a darle un sentido al deseo del niño, y como se expresa su goce, además de determinar como este se relacionará en el mundo mas adelante