Ensayo Del Libro Tengo Miedo

TENGO MIEDO

Todos tenemos miedo día tras día tratemos de hacer una introspección. Preguntemos con honestidad a que le tenemos miedo. Veremos que si le preguntamos a amigos o conocidos o a un grupo de alumnos en una clase dirían cosas como miedo al ridículo, miedo a no hacerlo bien, miedo a fracasar, miedo a no tener éxito en lo que hago, etc. Todos ellos pueden reunirse en dos epígrafes: miedo al rechazo miedo al fracaso.

Estos son los miedos que dirigen la vida de las personas en la sociedad. Todos los seres humanos, de cualquier edad, condición social, raza o sexo sienten miedo al fracaso y al rechazo. La única diferencia residirá en los motivos del rechazo o fracaso. Hasta tal punto esto dos mismos son importantes, porque la sociedad entera está organizada con base en ellos. Pensemos en una división convencional de la sociedad: la pareja, la familia, la etnia o el grupo, la política, la profesión, etc., y veamos con los miedos desempeñan un papel importantísimo en todas esas organizaciones sociales.

¿Es necesario sentir miedo?

Todos sentimos miedo y buscamos la forma de apaciguarlo: el dinero, el alcohol, la pareja.

Pero el miedo no es igual para todos. Cuando decimos todos, me refiero a que somos diferentes. Y por ende sentimos miedo totalmente diferente. Podríamos misionar algunos de ello a, ¿tengo miedo a? Al ridículo, a no hacerlo bien, a fracasar, a no tener éxito en lo que hago, etc. Son innumerables formas de sentir esas emociones.

Muchas veces creemos que el miedo hace parte de nuestra personalidad, como menciones anteriormente, todos son diferentes, con esto no me refiero a que es necesario sentir dichas para tener una personalidad identificada, si todos sentimos el miedo de distintos ámbitos, tal vez a lo que yo le tenga miedo tu no, y a lo que tú le tienes miedo yo no, pero de igual forma lo sentimos.

Sabemos que nuestra personalidad, (forma de ser) conlleva mucho a la actitud. Y la actitud depende mucho de nuestras emociones y sentimientos.

Citare al filosofo José Antonio marina, que en el laberinto sentimental define así la actitud.

“la actitud es una disposición voluntaria de la inteligencia que suscita, controla y dirige operaciones mentales para conseguir un estilo determinado de ocurrencia. Se deferencia del carácter, que también es un estilo fijo de ocurrencias, en que voluntaria. Se diferencia de los hábitos del corazón o la cabeza. Su importancia, dentro de la economía vital, deriva de que el punto donde la inteligencia negocia con los sentimientos”

Entonces si tomamos conciencia de que nosotros podemos negociar con nuestros sentimientos para aparecer con la actitud adecuada, pero pensaría que estaríamos siendo “hipócritas con nosotros mismos”. Ya que mostramos una apariencia distinta a la que en el momento nos atormenta. Ósea vencimos el miedo a no controlar nuestro cuerpo.

Entendemos que en particular la mayoría de las personas tiene miedo a ser vista en público de cualquier manera, tal vez porque no somos muy buenos comunicadores, muy poco carismáticos, en nuestro léxico no es el adecuado, lo cual nos conlleva el miedo al fracaso y al rechazo. Por estas dos emociones sentimos el nerviosismo, subir en las manos, la cabeza más deprisa que las palabras, la sequedad en la boca, y temblor en las piernas. Lo cual nos desvía y terminamos transmitiendo el mensaje equivocado; así nos seduce en público de multitud y hasta de solo una persona.

Recordemos que nuestra actitud definirá nuestros miedos, pero también es utilizada como escaparate del mismo, guardar los sentimientos apropiados y no presentarnos demuestra que tenemos miedo a divulgar como somos en realidad, si tenemos una actitud de coqueteo nos mostraremos como personas sumisas, necesitando ayuda de otros para obtener lo que queremos, pero si tenemos una actitud seductora obtendremos poder , lograremos lo que tenemos, por medio de la persuasión, en muchas ocasiones nos confundimos y coqueteamos en vez de seducir, recordemos que coquetear hace parte de seducir, y de esta forma logramos convencer a un público.

Tenemos tres herramientas para gestionar nuestro miedo: las palabras, la respiración y la sonrisa.

Las palabras son las que construyen nuestra realidad, reflejan las emociones, organizan conductas ya que el lenguaje tiene que ser organizado y racional para tener significado. Muchas personas prefieren escribir en vez de hablar, porque sienten más confianza y tienen menor posibilidad a equivocarse, claro para escribir tenemos que utilizar un léxico que todos entiendas. Si incluimos la respiración la cual nos ayuda a concentrarnos.

La sonrisa les hace entender que nos sentimos agradables compartiendo el mensaje podremos dirigirnos a un público, ya que te esta forma tenemos el carisma para que el interlocutor se sienta satisfecho, con el mensaje que estamos transmitiendo.

Hablemos un poco sobre el miedo en general (miedo al fracaso y al rechazo) recordemos que sentir estos tipos de miedos des normal, anormal seria no sentirlo.

Estos miedos influyen en los estratos sociales tal vez las personas de los estratos social altos no sentirían de la misma forma el miedo al fracaso y al rechazo que uno de estrato social bajo, porque todos cubrimos nuestras necesidades de forma distintas.

Si no sintiéramos estos tipos de miedo entonces no cumpliríamos nuestras metas porque si no tengo miedo a fracasar entonces fracasaría si no sintiera miedo al rechazo me rechazarían.

Pero si tengo miedo y lo se manejar puedo cumplir lo compuesto porque muchas veces los miedos nos ayudan a realizar las cosas de la mejor forma claro esta gestionando tu miedo y siendo muy carismático para no llevarnos de atributos involuntarios.

¿Entonces es necesario sentir miedo?

Si se sintiera miedo de no hacerlo bien nos preparamos de la mejor forma para dar lo mejor de esta forma utilizamos nuestro miedo y hacemos lo contrario para lograr éxitos. Si tomamos el control de nosotros mismos podemos gestionar nuestros miedos haciendo ejercicio de respiración y palabras, y miradas con algo de seducción podemos llegar a nuestra zona de confort apropiándonos de nuestro miedo somos capaces de planificar nuestras actitudes hay personas dotadas de un talento especial que saben adaptar la actitud conveniente de manera intuitiva, pero la mayoría de nosotros tenemos

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