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Estrategias para abordar la obesidad infantil

ValenicoleInforme20 de Julio de 2017

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OBESIDAD INFANTIL

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Estrategias para abordar la Obesidad Infantil

Ana Montecinos

Jacquelinne Contreras

Valeria Artigas

Irmgard Hauser

Bernardita Agrela

Universidad UNIACC

 Profesora: Srta. Maria Luisa Steger Hausdorf

19 junio 2017


Introducción

El sobrepeso y por ende la obesidad son en gran medida prevenibles, más aún en niños.  Se acepta que la prevención es la opción más viable para poner freno a la epidemia de obesidad infantil, dado que las prácticas terapéuticas actuales se destinan en gran medida a controlar el problema, más que a la curación. Según las estrategias planteadas en este trabajo, veremos que el mejor objetivo de la lucha contra la epidemia de obesidad infantil consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.

Para frenar la epidemia de obesidad infantil es necesario un compromiso de parte de todos. La idea es que se genere una cadena en la que intervengan los que pueden prevenir la enfermedad, como quienes pueden tratarla o definitivamente una vez instaurada, curarla. Entonces es necesario contar tanto con el círculo cercano como los padres y a familia del menor, como atender el problema a nivel global; Entonces, se debe incluir desde el aspecto político sostenido, hasta   la colaboración de muchas partes interesadas, tanto públicas como privadas. Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, deben tener un papel ante este problema social, fundamental en la creación de entornos saludables y de condiciones de asequibilidad y accesibilidad de opciones más saludables para los niños y los adolescentes.

Asimismo, cabe señalar, que la obesidad tiene muchas repercusiones negativas en la salud del niño, tanto en su integración social, como en el desarrollo de su autoestima. Por lo mismo, si las técnicas de prevención no resultaron, se hace necesario un plan para un tratamiento efectivo, que se inicia como veremos, con la motivación. Muchos padres acuden con sus hijos a consulta con la idea que la obesidad se soluciona siguiendo una dieta, sin considerar otras áreas de su vida.

El planteamiento global del tratamiento se centra en cambiar el estilo de vida y este cambio está dirigido preferentemente en la conducta alimentaria, propiamente dicha, la modificación de la vida sedentaria por un aumento regular de ejercicio físico y la modificación de los factores de la vida emocional que repercuten en la obesidad.

Finalmente, en este texto, se busca dar una  respuesta a la necesidad de abordar la patología de la obesidad infantil,  de  una manera específica a nivel del trabajo con los niños, adaptando las actividades motrices a sus condicionantes músculo-esqueléticos, a su biotipo y la características del comportamiento de la variables biomecánicas a la hora de realizarlas, de  manera que una terapia de rehabilitación no incremente las limitaciones y se convierta en un factor más para el abandono del niño de su programa de mejora.

Desarrollo

Enfermedad seleccionada: Obesidad Infantil

I.- Marco teórico Obesidad -infantil

El año 2001, la obesidad en 1° Básico representaba al 15,8% de los estudiantes. Para el año al 2015, más de la mitad población estudiantil entre los 4 y 8 años de edad presenta algún grado de sobrepeso. El sobrepeso de estudiantes 1° básico es de 26,9% y obesidad es de un 24,2%, prevalencias que aumentan año a año. Cifras similares presentan los cursos de prekinder y kinder (1).

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Gráfico 2. Evolución prevalencia Obesidad (2011-2015). Fuente: Mapa Nutricional, Junaeb

Dentro de las consecuencias de presentar obesidad a edad temprana es que aumenta significativamente el riesgo de padecer anticipadamente tanto enfermedades crónicas no transmisibles, como también enfermedades óseas y problemas sociales y psicológicos (2). Todos estos efectos pueden incidir en el desempeño en el sistema escolar.

Contexto político

En cuanto a las recomendaciones internacionales para políticas públicas gubernamentales sobre la obesidad infantil, en enero 2016, la OMS (3) presenta a los gobiernos un documento oficial que describe, entre otras recomendaciones, cómo el ambiente escolar es un lugar idóneo para la realización de acciones de promoción de hábitos de vida saludable y prevención de obesidad.

Este organismo realiza un enfático llamado a los gobiernos para que generen iniciativas concretas que permitan desarrollar el tema de la obesidad, situación que se detalla al establecer las siguientes recomendaciones:

1. Promover el consumo de alimentos saludables.

2. Promover la actividad física.

3. Atención pregestacional y prenatal.

4. Dieta y la actividad física en la primera infancia.

5. La salud, la nutrición y la actividad física para los niños en edad escolar.

6. Control de peso.

Las recomendaciones en su conjunto permiten visualizar el rol fundamental que desempeña el ambiente escolar respecto a generar una vida saludable en niñas, niños y adolescentes, internalizando tal análisis, se puede desprender la base que desarrolla Junaeb a nivel nacional mediante los diversos programas que se enfocan en hacer efectiva una trayectoria educativa de los y las estudiantes, arraigando las recomendaciones anteriormente mencionadas.

Desde la OMS se advierte la necesidad de establecer una base inicial de conocimiento respecto a la situación que evidencian niños, niñas y adolescentes considerando el contexto en que se desenvuelven y los múltiples factores que influyen en sus prácticas, acciones y hábitos desarrollados durante el transcurso de sus vidas. En este sentido, se sostiene la existencia de un constante cambio en tal contexto, generando aquello que se define como “desequilibrio energético”, el cual “se debe a los cambios en el tipo de alimentos y en su disponibilidad, asequibilidad y comercialización, así como al descenso en la actividad física, pues se ha incrementado el tiempo dedicado a actividades de recreo sedentarias y que suponen estar ante una pantalla” (OMS, 2016). De esta manera, se asume la obesidad infantil como un tema que requiere la atención institucional inmediata para generar un cambio desde el entorno cotidiano de los estudiantes, corroborando el eje constructivo que simboliza la comunidad educativa en tal área de acción.

Derecho a la salud.

La Convención declara en su Artículo 24, párrafo 1 que los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Así, el mismo Artículo, en el párrafo 2 enuncia que los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán las medidas apropiadas para, combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre. Asegurado que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños.

En el mismo sentido, el Comité de los Derechos del Niño, en las Observaciones Generales del año 2013 declara que los gobiernos y la sociedad tienen la responsabilidad moral de actuar a favor del niño, niña o joven para reducir el riesgo de obesidad. Combatir la obesidad infantil concuerda con la aceptación general de los derechos del niño a una vida sana, así como con las obligaciones adquiridas por los Estados Partes en la Convención sobre los Derechos del Niño (4).

El mismo comité expone que los Estados también deberán hacer frente a la obesidad infantil, que se vincula con la hipertensión, indicios tempranos de enfermedades cardiovasculares, la resistencia a la insulina, efectos psicológicos, una mayor probabilidad de obesidad en la edad adulta y fallecimientos prematuros. Debe limitarse la exposición de los niños a la “comida rápida” de alto contenido en grasas, azúcar o sal, que es muy energética, pero carece de suficientes micronutrientes, y a bebidas de alto contenido en cafeína u otras sustancias de posibles efectos nocivos. Debe controlarse la comercialización de estas sustancias, especialmente cuando sus destinatarios son niños, así como su disponibilidad en las escuelas y otros lugares (4).

Actividad física

La Convención establece en el artículo 31 párrafo 1 que los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Agrega en el párrafo 2, los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento.

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