Evolución Del Concepto Educación Especial A Lo Largo De La Historia
patriciaramos20 de Septiembre de 2014
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Evolución Del Concepto Educación Especial A Lo Largo De La Historia
Ensayo, Elementos del Diagnóstico Psicopedagógico
Desde la prehistoria y avanzando hacia nuestros días, las personas afectadas por una deficiencia mental o de cualquier otra naturaleza, han recibido muy distintas denominaciones, han gozado y/o sufrido actitudes de los demás hacia ellas y sus familias: en ocasiones, los menos, han sido respetadas porque quizá pensaban sobre ellas que habían sido tocadas por los dioses; en otras, han sido objeto de repulsión, rechazo y segregación. Pero aceptarlas tal como son, ofreciéndoles unas condiciones educativas y de vida normalizada, considerándoles partícipes de la vida social, sujetos de derechos y deberes como los demás ciudadanos, eso es bastante reciente. Quedando aun por recorrer un largo trecho, este camino no es nada fácil y está plagado de errores, avances y retrocesos.
La finalidad de este trabajo es dar a conocer las diferentes dimensiones y concepciones que ha tenido el concepto de Educación Especial a lo largo de la historia, recorriendo sus principales avances y retrocesos.
En primera instancia, a los alumnos con necesidades de tipo educativas se les consideraba como deficientes y se les derivaba a escuelas especiales donde eran marginados del resto de la sociedad. Este tipo de prácticas en vez de ser un beneficio para estos niños, terminó yendo en desmedro de su desarrollo intelectual, emocional y social, puesto que se les separaba del resto de sus compañeros, estigmatizándolos como retrasados o diferentes.
En la actualidad esta realidad ha cambiado, ya no se busca segregar a estos alumnos, sino, que incluirlos en la escuela común y dependiendo de la magnitud de sus problemas de aprendizaje, diseñar las ayudas pedagógicas necesarias para mejorar su calidad
Para las personas con algún tipo de necesidades educativas especiales, el vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación abre un horizonte de esperanzas y posibilidades, significando para el área comúnmente denominada Educación Especial, retos inaplazables. Sin embargo, el principal reto que se debe enfrentar es el del verdadero acceso a esta tecnología. Por lo tanto como dije anteriormente, queda aún un largo camino por recorrer.
Desarrollo
El cuidado y preocupación de las personas que presentan disfunciones es relativamente nueva. Desde los primeros tiempos de la humanidad, las personas con alguna alteración manifiesta fueron excluidas, rechazadas y marginadas.
Mirado desde una enfoque más pasivo, en el que se enmarca la tradición demonológica, mítica, que presidió buena parte de las culturas ancestrales en la antigüedad, se considera la deficiencia: fruto de causas ajenas al hombre, producto del pecado, castigo de los dioses, del demonio, etc., y, por tanto, una situación incontrolada e inmodificable, lo cual se traduce en rechazo, segregación, etc.
Desde un enfoque más activo, en el que encaja la tradición naturalista, biológicas, que aborda la deficiencia como enfermedad, fruto de causas naturales y/o biológicas y/o ambientales, y, por tanto, como una situación modificable, lo cual se traduce en prevención, tratamientos, integración, etc.
En este sentido, la historia de las deficiencias aparece como una confrontación de corrientes, una oscilación entre enfermedad y pecado, que está presente a lo largo de todos los modelos que históricamente se han producido.
Primeramente y empezando por este recorrido histórico tenemos que la prehistoria viene caracterizada por la existencia de diversas enfermedades ante las que el hombre primitivo se enfrenta con una actividad terapéutica pre-técnica oscilante entre el empirismo (enfermedad por causas naturales), como: muestras concretas de afecto y cuidado, la práctica de la trepanación(perforación), el tratamiento de las dificultades funcionales del aparato locomotor, la reducción de fracturas y la cirugía de los huesos; y el animismo (magia, pecado, brujería, religión), que queda patentizado en la práctica del infanticidio, en la eliminación y/o abandono de los sujetos discapacitados para la caza y el nomadismo y en la probable remisión de algunos casos al brujo o al hechicero animistas). Todo esto atestiguado por la presencia de restos arqueológicos.
Siguiendo con este recorrido histórico avanzamos hacia la antigüedad, tenemos así que en la antigua India, los niños deformes eran arrojados al Ganges, aunque no se debe inferir suerte muy dispar para los adultos con algún tipo de limitación funcional adquirida. En china por su parte se tiene antecedentes por parte de Confucio quien habla de responsabilidad moral, amabilidad, y ayuda a los débiles.
En Mesopotamia y Persia la enfermedad y deficiencia mentales, tratadas con una medicina mágico-religiosa, son consideradas un castigo de los dioses o posesión de los espíritus del mal. Es más, en Asiria y Babilonia la enfermedad es estimada castigo de los dioses por un pecado de quien la padece.
Egipto ofrece testimonios más que sobrados de la presencia de la enfermedad y de sus secuelas discapacitantes además, de la puesta en marcha de remedios que no debieron carecer de funcionalidad. Como resulta de sobra conocido, las excavaciones arqueológicas aportan gran cantidad de datos de los que se puede deducir la presencia en Egipto de todo tipo de discapacidades y deformidades físicas. Así, en la tumba de Tutankamon (S.XIV a.C.) figura un barco funerario con una enana acondroplásica. Su respeto hacia lo divino, les llevo a tener una actitud ética que favoreció la comprensión de las minusvalías físicas y psíquicas en un cierto grado. Aun cuando existen indicios de que se practicaban sacrificios humanos en la civilización egipcia, apenas existen pruebas de infanticidios o de cualquier género de malos tratos infligidos a los niños.
En Palestina, los israelitas no practican ni el infanticidio ni el aborto, aunque los niños pueden venderse como esclavos. El Pentateuco, que presenta particular sensibilidad hacia los pobres y disminuidos, no hace mención de la eliminación del deficiente, más bien, recomienda ayuda al ciego y al sordo. En el mismo Pentateuco se describen abluciones, baños, baños de sol y vendajes ortopédicos. Aunque se cree que algunas enfermedades son producto del castigo de Dios.
En el mundo griego la sensibilidad por la enfermedad o infancia desvalida también presenta dos enfoques: Por un lado, la enfermedad mental y, en ocasiones, la deficiencia mental, es producida por causas y procesos naturales, con lo que se habla de enfermedad y no de castigo de los dioses ni de posesión por los espíritus del mal. Por otro lado La importancia y sublimación de la inteligencia, la armonía, la fuerza física y la belleza caló de tal manera que los defectos físicos o psíquicos llegaban a considerarse una lacra social. Como consideración global sobre Grecia, las dos tendencias, pasiva y activa, subsisten; prima la consideración pasiva, el rechazo, el infanticidio, pero se introduce un germen activo, la consideración de la deficiencia mental como enfermedad biológica y natural, que abre un camino que, con el tiempo, posibilita un tratamiento adecuado, siempre y cuando no se le considere un fenómeno natural, no se puede hacer nada. Y los griegos son los primeros que ofrecen tal consideración biológica y natural.
En el período homérico Odiseo observa cómo el “hombre malo es el cobarde, estúpido o débil”. Platón nos dice en sus Leyes y en La República que los débiles y los retrasados mentales tenían escaso lugar en la sociedad. Aristóteles escribió en su Política: “En cuanto al abandono y al cuidado de la prole, promúlguese la ley de que ningún niño deforme merecerá vivir”. En mi opinión personal pienso que se refería a que los padres de este tipo de niños muchas veces los dejaban abandonados, en el sentido de la poca preocupación que se tenía por ellos, no pienso que lo dijera por que tuviera algún tipo de prejuicio, ya que en todos sus escritos muestra preocupación por los niños y por su educación. Por lo mismo trataba de evitar este tipo de nacimientos, proponiendo para ello, medidas matrimoniales parecidas a las de su maestro Platón: defensa del aborto en el caso de uniones maritales contrarias a las leyes, prohibición de procrear cuando el hombre tuviera 70 años y la mujer 50, prohibición de uniones maritales tempranas, etc.; la causa de todo ello era el peligro de la deformidad o debilidad infantil, además en ese tiempo esto era considerado una mancha para la República.
Respecto a Roma, hay suficiente material histórico como para concluir que los deficientes están expuestos a tratamientos y circunstancias de vida sumamente variables. En efecto, desde la fundación de Roma (800 a.C.) hasta la caída del Imperio (476 d.C.) se produce una gran cantidad de cambios y contrastes que han de repercutir en el tratamiento que los discapacitados reciben: desde el rechazo más acusado por el desvalido, hasta el proteccionismo más activo. La crueldad con el desvalido, el infanticidio de niños recién nacidos, los abortos, etc., fueron moneda de cambio habitual de la sociedad romana. La patria potestades comprendía facultades como el derecho de vida y muerte de los propios hijos. En el siglo IV d.C., con la influencia del cristianismo, la situación cambió considerablemente. De entrada, el niño no nacido tenía alma; los impedidos, débiles y dolientes estaban más cerca de Dios; prestar ayuda al necesitado pasó a ser signo de fortaleza en lugar de debilidad. Todo ello se tradujo en un corpus legislativo, que Justiniano (483-565 d.C.), compiló dando lugar a un cambio legal abiertamente favorable al disminuido. Dicha
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