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Historia del movimiento de Izquierda Revolucionaria Terapia de Regulación Emocional.


Enviado por   •  22 de Abril de 2018  •  Tareas  •  1.935 Palabras (8 Páginas)  •  123 Visitas

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Terapia de Regulación Emocional.

Integrantes: 

Valentina Aparicio León.

Ma. José Campos Acevedo.

Macarena Figueroa Álvarez.

Docente:

Daniela De la Fuente.

Fecha:

16 de Noviembre, 2017.

Introducción:

La Terapia de Regulación Emocional, consiste en un tratamiento que integra elementos tales como; La terapia centrada en el cliente y la Gestalt, incluyendo en ella, un elemento esencial que la diferencia de otras terapias: las emociones.

La terapia de regulación emocional, conocida y denominada primeramente como “Terapia de proceso experiencial” (EP), por los autores Greenberg, Rice y Elliot, en el año 1993, fue considerada también en la terapia de parejas de Greenberg y Johnsons en el año 1988.

La principal características de esta terapia, consisten en que involucra las emociones y sus potenciales adaptativos innatos, los cuales siendo activados, pueden colaborar en el cambio de estado emocional poco saludable del paciente. Es decir, los autores se basan en la idea de que las emociones poseen una conexión con las necesidades del sujeto, las cuales se han desarrollado en el individuo para ayudarlo a vivir.

La terapia tiene como finalidad ayudar a los pacientes a identificar, explicar, dar sentido, transformar, experimentar y manejar sus emociones de manera más flexible, generando esquemas emocionales que funcionan rápida e implícitamente para producir experiencias.

Leslie Greenberg, considera que la Terapia de Regulación Emocional focaliza el tratamiento en la emoción, sin la intención de anularla. Sustentando la terapia en el principio de que cada emoción posee un objetivo constructivo, el cual al ser suprimido, se limita el crecimiento.

Este tipo de modelo ha comprobado su eficacia con clientes diagnosticados depresivos, ansiosos, que han sufrido variados tipos de problemas interpersonales, entre otros. Sin embargo, no es posible aplicarlo en pacientes psicopáticos, psicóticos ni con riesgos vitales.

Desarrollo:

En el tratamiento de regulación emocional, son abordadas múltiples fases que orientan al terapeuta en relación a la terapia, tales son:

Fase I: Surgimiento del Vínculo.

  1. Atender, mostrar empatía y validar sentimientos.

Consta de la transmisión de comprensión respecto a los sentimientos de malestar o experiencia dolorosa del paciente, propiciando una relación de apoyo y contención a través del reconocimiento, comprensión y validación de los conflictos emocionales que el paciente posea. Generando un vínculo emocional entre paciente y terapeuta, el cual dará paso a la alianza terapéutica.

Para dar comienzo a esta fase, es necesario evocar sentimientos de malestar, acceder a emociones o esquemas emocionales centrales desadaptativos, para dar paso al afrontamiento de la experiencia interna dolorosa, focalizándose en ella, con la finalidad de utilizar nuevos recursos para facilitar una reorganización de esquemas centrales.

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Es importante que las respuestas que el terapeuta entregue, se centren en la importancia que posee la experiencia emocional del paciente, debido a que los problemas centrales del mismo, se definen en términos de sentimientos.

Es fundamental también que el terapeuta se muestre comprensivo, que demuestre al paciente que considera el dolor que vivencia, validando la lucha interior que el paciente está atravesando y se focalice en el impacto emocional que las situaciones provocan en la vida del paciente. De tal forma, el paciente superará la evitación a partir de la seguridad que le proporcionará el entorno terapéutico, logrando atender, reconocer y experienciar sus sentimientos dolorosos y significados emocionales de manera más plena y transparente.

Posterior a que los sentimientos son expresados, se tendrá acceso a las necesidades del paciente.

En el caso de que algún paciente se centre exclusivamente en lo externo, sin lograr profundizar en los sentimientos, se requerirá por parte del terapeuta ayuda extra, mediante la cual el terapeuta deberá orientarlo a través de preguntas y respuestas empáticas para posteriormente otorgar pequeñas instrucciones que guíen el proceso terapéutico.

  • Establecimiento y desarrollo del foco de colaboración.

Es de gran importancia lograr identificar los procesos afectivos y cognitivos subyacentes, o las condiciones generadoras del conflicto. El terapeuta será el encargado de guiar al paciente a alcanzar los determinantes que conforman la experiencia dolorosa.

Si el foco se establece de manera temprana, éste actuará como un contexto extenso desde donde comenzar la exploración del conflicto. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el foco siempre estará sujeto a cambios y desarrollo.

El establecimiento del foco incluye tres aspectos:

  1. Identificar los tipos de condiciones generadoras:
  1. Dificultades al simbolizar la experiencia interna:

El terapeuta debe asistir al paciente en focalizarse en sus experiencias internas mediante la exploración, atención y respuestas evocativas. Permitiendo concientizarse de sentimientos y emociones antes no reconocidas. El terapeuta debe ser capaz de atender a las conductas, gesticulaciones, posturas y verbalizaciones del paciente. Debido a que debe ser capaz de distinguir las respuestas afectivas primarias de sus reacciones secundarias, para lograr distinguir y simbolizar las emociones presentes en el paciente.

  1. Relaciones problemáticas entre diferentes aspectos del sí-mismo:

Dentro de este tipo de condición generadora es posible mencionar dos sub divisiones, dentro de las cuales podemos encontrar:

B.1) Determinantes relacionados con lo interpersonal:

  • Dependencia interpersonal: El rechazo, desaprobación, abandono o pérdida, generan temor a ser dañado, y a ser incapaces de afrontar ciertas situaciones. El objetivo en este caso, apuntaría al afrontar la situación, evitando dejarse llevar por emociones desadaptativas.
  • Sentimientos no resueltos hacia otro significativo: Estos temas, generalmente implican situaciones de intimidad y de control no resueltos anteriormente, siendo común los problemas de malos tratos durante la niñez, por lo que las respuestas emocionales siguen resurgiendo e interfiriendo en la vida del paciente. La intervención se dirige a lograr acceder a la emoción primaria que ha sido procesada de modo incompleto o incorrecto, para expresarla y procesarla nuevamente.

  1. Determinantes individuales:

En ocasiones resultan ser el foco continuo del trabajo terapéutico. Implica un proceso de diagnóstico constante de los problemas presentes en el paciente, tales como pudiesen ser por ejemplo;  el no saber lo que uno desea, quiere o necesita, el deber o necesitar tomar alguna determinación, sentimientos de vulnerabilidad, entre otros.  En otras palabras, los determinantes individuales apuntan a situaciones emergentes que inquietan al paciente a lo largo de la terapia.

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