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IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA LA VIDA


Enviado por   •  25 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  2.057 Palabras (9 Páginas)  •  236 Visitas

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IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA LA VIDA

        

        FREDY ALEXANDER VASQUEZ ORTEGA  COD. 5029215

        MARZO DE 2019.

COORPORACION UNIVERSITARIA REPUBLICANA.

CUNDINAMARCA.

TECNICAS DE NEGOCIACION


La inteligencia emocional se basa en la “capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de preservar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales”; dando el concepto según Goleman, la inteligencia emocional es el hecho puro de poder ver las situaciones ponerlas dentro del Neocórtex ; sin pasar por la amígdala y funcionar de una manera más sana dentro de la sociedad.

Este concepto que nos pone Goleman, son áreas donde la esencia es la inteligencia emocional, en todas ellas nos servirá para desempeñarnos bien en las 
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“La respuesta académica poco tienen que ver con la vida emocional. Las personas más brillantes pueden hundirse en los peligros de las pasiones desenfrenadas y de los impulsos incontrolables; personas con un CI elevado pueden ser pilotos increíblemente malos de su vida privada”. Todos tenemos ambos. Tanto el coeficiente intelectual como la inteligencia emocional son importantes, cada uno trabaja de forma diferente para áreas diferentes de la vida. Además, se habla también de la inteligencia social que es la capacidad de comprender a los demás y “actuar prudentemente en las relaciones humanas”, este es un aspecto importante del CI de una persona. Se identifican cuatro componentes de la inteligencia interpersonal los cuales son: organización de grupos, “la habilidad de un líder consiste en movilizar y coordinar los esfuerzos de un grupo de personas”. Conexiones personales, “habilidad que asienta la empatía; favorece el contacto con los demás facilita el reconocimiento por sus intereses y sentimientos”. Negociar soluciones, “el mediador consiste en impedir la aparición de conflictos, o en solucionar aquellas que se declaren”. Análisis social, “habilidad que consiste en ser capaces de detectar e incluir en los sentimientos”.

En un mundo globalizado la desconexión humana es un fenómeno cada vez más común, a diario se soslayan las relaciones personales presenciales y tienden a ser reemplazadas por las virtuales; lo cual va en detrimento de la capacidad de tolerancia de las personas, valor cada vez más escaso en la sociedad, además el pauperrimo manejo de emociones aumenta el estrés y las presiones del día a día que se reflejan en las acciones humanas, ello deriva en relaciones interpersonales complejas, un aumento de las situaciones de conflicto y una disminución en las soluciones asertivas de las mismas; además de ello, en la búsqueda del conocimiento, las personas dan relevancia a temas académicos, técnicos, laborales, financieros, entre otros y se deja a un lado el conocimiento y manejo de las emociones; olvidando que estas tienen un gran impacto en el diario vivir de cualquier persona. Sin embargo, a pesar de su importancia, el aprendizaje emocional no hace parte explícita o relevante de la educación formal, muy pocas instituciones educativas le incluyen dentro de su currículo; pues es sobre todo un aspecto personal al que se le ha restado importancia, a pesar de que son las emociones las que en un gran porcentaje definen la conducta humana. 4 Por otra parte, con el advenimiento de las nuevas tecnologías de información y la comunicación ha aumentado la velocidad a la que cambia el mundo, a diario se generan drásticos cambios en múltiples niveles que exigen de los seres humanos una igual o superior velocidad de adaptación, estos cambios demandan el constante rediseño de estrategias empresariales que le permitan a las entidades seguir en el mercado, competir en el mundo capitalista, globalizado y vertiginoso. A pesar de que estos cambios tecnológicos representan significativas mejoras en la calidad de vida de las personas que tienen acceso a ellos, derivan también en una serie de nuevos comportamientos y actitudes humanas a las que hasta ahora los especialistas están prestando atención detallada; inclusive hay nuevas enfermedades, algunas generadas por el consumo excesivo de tecnología, otras generadas por el estrés, pero en el fondo, muchas de ellas relacionadas con el trabajo y habitar en grandes ciudades. Por consiguiente la sociedad se ha convertido en una serie de sucesos negativos en las relaciones a causa de la intolerancia, ha incrementado la necesidad de querer las cosas en un tiempo cada vez más corto y con menos opción de equivocación, una sociedad intransigente, desmesurada en sus reacciones sin detenerse a pensar unos segundos si es necesaria tanta presión para satisfacer la necesidad presente, una crisis interior que vive cada persona para responder a esta colectividad que no tiene espacio para la indulgencia y el aprendizaje, toda vez que viene en preocupante aumento las demostraciones de violencia, la desconexión emocional, el aislamiento, la ira y la agresividad. Practicas tan usuales como una conversación de persona a persona, compartir una comida sin interrupciones, se han vuelto tareas con un alto grado de dificultad, la experiencia al momento de relacionarse se ha convertido en un vínculo distante y poco personal que no permite experimentar algún tipo de conexión real con las personas a alrededor. Ahora bien, al pensar en los diferentes sectores de la economía y la incidencia que tiene en ellos el rendimiento de sus empleados y el adecuado o inadecuado manejo de sus emociones, se puede pensar en un caso puntual: el sector de servicios, sobre todo el sector salud, tan criticado por los usuarios desde hace décadas en Colombia; y lo importante que puede ser la aplicación de la inteligencia emocional para el eficiente desarrollo de la prestación de estos servicios. En este sector resulta prioritario tener contacto con la persona que requiere el servicio, para comprender su necesidad y lograr una atención oportuna, efectiva y que satisfaga sus expectativas; pero cada día resulta más difícil satisfacer las necesidades de las personas, pues no se ha terminado de satisfacer una cuando casi inmediatamente se crea otra, y es que por múltiples variables las personas son víctimas de accidentes, enfermedades y todo tipo de padecimientos que generalmente requieren atención inmediata y especializada, lo cual exige un servicio de salud de calidad y capaz con el gran volumen de pacientes que se mueven a diario en algunos lugares del país. Con base en lo anterior, es que se propone a las estrategias que brinda la inteligencia emocional como una herramienta que permitirá desarrollar la capacidad para escuchar, comprender y decidir racionalmente antes de actuar, dará algunos buenos lineamientos para el 6 desarrollo profesional, crear vínculos y mejorar la capacidad para resolver conflictos de manera asertiva, lo que se verá reflejado en la imagen corporativa de las organizaciones, fortaleciendo la credibilidad hacia el usuario y mejorando el clima organizacional, mostrando eventualmente que este manejo de emociones es un valor agregado, invisible, promotor de fidelidad y continuidad del usuario con la empresa. Thorndike habló de inteligencia social en 1920, un componente de la inteligencia emocional en un artículo en el que incluyó el componente social como parte importante de la inteligencia y su significado; y es que tiempo atrás no se consideraba que la inteligencia tuviera componentes, fases o clases, la inteligencia simplemente se relacionaba con la capacidad para absorber y retener contenidos, a eso se le llamaba conocimiento e inteligencia, sin embargo, eso ha cambiado a través del tiempo, gracias a que se ha dado a conocer al ser humano como un sistema complejo, cambiante, capaz de moldear sus emociones, no solo de absorber información, sino capaz de crear herramientas, todas ellas fruto del desarrollo de diferentes estudios y análisis cognitivos y antropológicos, un ser humano capaz de conocer y auto conocerse, de redefinirse constantemente, capaz de mejorar y de adaptarse. Ahora bien, todo ese potencial intelectual lleva al hombre al estudio de su propia inteligencia, vista desde diferentes ópticas, en el caso específico de la inteligencia emocional: El término fue acuñado por Salovey y Mayer en 1990 y definido por estos autores como un tipo de inteligencia social, que engloba la habilidad de controlar nuestras propias emociones y las de los 7 demás, así como discriminar entre ellas y utilizar la información que nos proporcionan para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones. En otras palabras se refiere a la capacidad de una persona para comprender sus propias emociones y las de los demás para expresarlas de forma que resulte benéfica para sí mismo y la cultura a la que pertenece (Molero, Saiz, & Esteban, 1998)Pág. 25 y 26. Pero ¿qué hizo a la sociedad interesarse por el estudio de aquello que denominó inteligencia emocional? A decir verdad el conocimiento sobre la propia forma de actuar es muy frágil en la mayoría de las personas, nadie ha dicho aun la última palabra en relación con el comportamiento humano, sin embargo las evidencias demuestran que el hombre es naturalmente social, gregario, ha evolucionado y sobrevivido gracias su capacidad para ayudar a las personas que están a su alrededor, ya sea pareja, hijos, padres, hermanos e incluso desconocidos, porque la sociedad en conjunto aprende y desaprende, se adapta y protege para perpetuar la especie; finalmente lo único que siempre se tiene claro es que en el mundo nadie tiene la última palabra y nada está escrito en piedra, sin embargo el esfuerzo constante en muchos casos mitiga las frustraciones cuando se ve en los fracasos oportunidades para crecer, para definir la personalidad, fortalecer el espíritu. Todo ello ligado a la inteligencia emocional; razón por la cual Goleman la describe como: “Las habilidades para motivarse y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar; mostrar empatía y abrigar esperanzas” (Goleman, Inteligencia Emocional, 1995)Pág. 54 Según esto, las dificultades para manejar adecuadamente las relaciones interpersonales pueden afectar negativa y considerablemente la vida cotidiana de una persona; y si la 8 cotidianidad de la persona es trabajar en atención al público en el sector de servicios de salud, los resultados pueden generar situaciones bastante complejas, tanto para el usuario como para el funcionario, quienes pueden entrar en conflictos que no son capaces de solucionar asertivamente. Son por lo tanto las emociones un factor determinante en el desarrollo de las actividades humanas, de ahí la importancia de su estudio, pero no sólo desde una mirada romántica, superficial, sino más bien detallada y con alguna profundidad, para así lograr comprender mejor este interesante tema de la inteligencia emocional, y es que en este tema inclusive se llega a hablar del sistema nervioso humano, según Wikipedia específicamente la Amígdala, es un órgano, un conjunto de neuronas ubicadas en el interior del cerebro que actúan como un interruptor que asume el control cuando el cerebro pensante aún no ha llegado a tomar una decisión; la amígdala y el neocórtex en esencia son el núcleo mismo de la inteligencia emocional Según (Goleman, Inteligencia Emocional, 1995) “La amígdala actúa como un depósito de la memoria emocional y así tiene importancia por si misma; la vida sin amígdala es una vida despojada de significados personales. Además del efecto, hay otros factores relacionados con la amígdala; de ella dependen todas las pasiones” pág. 34 Y es que no se puede hablar del comportamiento humano sin llegar finalmente al cerebro, el centro de control de todo lo que define al ser humano como especie, como organismo capaz de adaptarse, cambiante, evolutivo, creativo, capaz de modificar a gusto no solo su realidad particular sino todo lo que lo rodea; pero todo ello desde sus propias capacidades intelectuales, 9 neurológicas. El hombre ha logrado evolucionar y sobre vivir como especie precisamente al complejo cerebro que controla desde los esfínteres hasta las reacciones frente a estímulos tan sencillos como un sonido, un aroma, en fin, así pues, producto de esta evolución están las emociones y la forma en las que el hombre instintivamente reacciona al experimentar alguna de ellas, pues las reacciones a las emociones son muy poco razonadas, de hecho expertos aseguran que las respuestas a las emociones no están mediadas por la razón, sino que son como un arco reflejo, es decir, simplemente sucede, hay cambios hormonales casi al instante en el que se recibe el estímulo, esas hormonas inundan el torrente sanguíneo, el cerebro, los músculos, y se desata la reacción.

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