Identidad Del Adolescente

La Identidad del Adolescente

No es sorprendente ver hacia los adolescentes y sentir que no entendemos sus reacciones, sus actitudes, o su falta de compromiso en lo que nos parece importante o lo excesivo de este hacia lo que a nuestro criterio no lo es tanto, no es sorprendente también que de vez en cuando los adultos o la gente “madura” veamos con cierto prejuicio sus acciones, sus gustos o el partido que toman ante diferentes situaciones, inclusive, no es sorprendente ver hacia atrás unos cuantos años y recordar que alguna vez, los adultos de nuestros años más jóvenes, nos tuvieron en ese lugar de la misma manera, claro, la mayoría diremos cosas como “nuestros tiempos eran distintos” o cosas por el estilo. Lo que sí es verdaderamente sorprendente, es como una madurez correcta, un desarrollo emocional, psicológico y social positivo, puede hacer que salgamos del “banquillo de los acusados” en el que nos pone la adolescencia y llegamos a ser, la gran mayoría quizás, personas confiables, responsables, productivas y positivas, si bien quizás no para la sociedad entera, al menos para los nuestros y nosotros mismos.

El adolescente, es bien sabido (inclusive por medio del conocimiento popular) que atraviesa por diversas encrucijadas en su vida, elección de oficio, de una profesión, de religión, de amistades, inclusive de inclinación sexual en muchos casos, sin olvidar aspectos que más tarde les parezcan un tanto efímeros, como moda, o gustos musicales, pero que definitivamente durante esa edad tienen importancia prioritaria; es decir, están en la continua búsqueda de su identidad, construyéndola sin darse cuenta, día con día.

A los adolescentes no se les puede, bueno, quizás no se les debe tratar de dar un régimen autoritario de un esquema de los valores que terceras personas creen que son imprescindibles, necesitan desarrollar los propios, desarrollar opiniones e intereses y no sólo limitarse a repetir los de sus padres. Es necesario que descubran hasta donde pueden llegar y sentirse orgullosos de eso. Si bien sus intereses y deseos también giran en sentirse reconocidos, amados y respetados por lo que son, es necesario también que primero sepan quienes son.

Difícilmente los adolescentes desean seguir el mismo ejemplo de aquellos que se presentan en sus vidas como figuras de autoridad, aunque exista respeto y afecto hacia ellos. La psicóloga y socióloga Daniela Castaldi señalaba a buen tiempo, que el adolescente paulatinamente dejará de idealizar lo relativo a su hogar, girando menos en torno de sus padres y buscando relaciones con personas nuevas de las cuales aprenderá otras visiones para iluminar con renovadas luces su universo, esto en realidad es algo que es ya frecuente hoy en día, textualmente Castaldi dice: "Estos hechos implican un gran esfuerzo, a nivel de trabajo psíquico: de a poco el púber se va transformando en adolescente y, al igual que la mariposa abandona su primer cuerpo para poder volar, el adolescente deberá resignar lugares, certezas, comodidades, para buscar por sí mismo un nuevo ropaje, una nueva identidad. Sin dudas se servirá de los cimientos que hayan otorgado por sus padres y otras personas significativas para comenzar a construir un nuevo edificio, pero ahora no serán ellos los "dueños de la verdad", ni aquellos seres perfectos que en otra época imagino".

Esto en pocas palabras implica el surgimiento de la madurez, que viene a pocos y escasos pasos del desarrollo de su identidad, es decir, un joven que haya desarrollado y construido su propia identidad no necesariamente tiene que ser una persona madura, sin embargo, esta en el camino hacia ello.

Algo muy significativo de la adolescencia, en cuestiones de identidad,

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