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Informe De La Violencia Y La Salud


Enviado por   •  17 de Octubre de 2014  •  2.585 Palabras (11 Páginas)  •  213 Visitas

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mate INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD. SINOPSIS

Salud

Organización Mundial de la Salud

Parte 2/2

¿Qué se puede hacer para prevenir la violencia?

La violencia es un problema polifacético, para el que no existe una solución sencilla o única; antes bien, como pone de manifiesto el modelo ecológico empleado en el informe, es necesario actuar simultáneamente en varios niveles y en múltiples sectores de la sociedad para prevenirla. Por ejemplo:

Hacer frente a los factores de riesgo individuales y adoptar medidas encaminadas a fomentar actitudes y comportamientos saludables en los niños y los jóvenes durante su desarrollo y a modificar actitudes y comportamientos en los individuos que ya se han vuelto violentos o corren riesgo de atentar contra sí mismos.

Influir en las relaciones personales más cercanas y trabajar para crear entornos familiares saludables, así como brindar ayuda profesional y apoyo a las familias disfuncionales.

Vigilar los lugares públicos, como las escuelas, los lugares de trabajo y los barrios y tomar medidas destinadas a hacer frente a los problemas que pueden conducir a la violencia, así como a concienciar a la población sobre la violencia, fomentar las actuaciones comunitarias y asegurar la asistencia y el apoyo a las víctimas.

Hacer frente a las desigualdades entre los sexos y a las actitudes y prácticas culturales adversas.

Prestar atención a los factores culturales, sociales y económicos más generales que contribuyen a la violencia y tomar medidas para modificarlos, como las orientadas a reducir las diferencias entre ricos y pobres y garantizar un acceso igualitario a los bienes, los servicios y las oportunidades.

En el informe se describen las distintas estrategias de prevención que se han puesto en práctica en los distintos niveles y se resumen las conclusiones referentes a su eficacia. Así, por ejemplo, se muestra que las intervenciones realizadas durante la infancia, como los programas de visita domiciliaria, han logrado frenar el maltrato de menores y han resultado ser una de las actuaciones más prometedoras para lograr a largo plazo un descenso de la violencia juvenil. También los programas de formación parental y terapia familiar tienen efectos positivos a largo plazo sobre la reducción de los comportamientos violentos y delictivos, y al cabo del tiempo resultan menos costosos que otros programas de tratamiento.

Los programas que hacen hincapié en las aptitudes relacionales y en la competencia social constituyen igualmente estrategias prometedoras para poner coto a la violencia interpersonal, en tanto que el tratamiento de los trastornos psíquicos y la aplicación de programas de terapia comportamental pueden ofrecer posibilidades de reducir los comportamientos suicidas. Otras medidas, como la de restringir el acceso a los medios para matar o quitarse la vida, también han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de homicidio y suicidio en determinados entornos.

En el informe se señala, no obstante, que son pocos los programas que se han evaluado con rigor. Existe igualmente un desequilibrio en la orientación de los programas: se concede menos interés a las estrategias basadas en la comunidad y la sociedad que a los programas centrados en los factores individuales y relacionales.

Enseñanzas que cabe sacar de la experiencia

Aunque existen importantes lagunas en el conocimiento y se necesitan urgentemente más investigaciones, se han extraído de la experiencia algunas lecciones importantes sobre el modo de prevenir la violencia y mitigar sus consecuencias.

A menudo la violencia es previsible y evitable

Aun siendo a veces difícil establecer una causalidad directa, algunos factores parecen claramente predictivos de violencia. Identificarlos y medirlos puede servir para advertir oportunamente a las instancias decisorias de la necesidad de actuar. Además, la panoplia de instrumentos para intervenir aumenta constantemente a medida que avanza la investigación orientada hacia la salud pública.

Las inversiones "río arriba" dan resultados "río abajo"

En todo el mundo, las autoridades tienden a actuar sólo después de que se hayan producido actos violentos. Sin embargo, invertir en prevención, especialmente en actividades de prevención primaria que operan antes de que lleguen a producirse los problemas, puede resultar más eficaz con relación al costo y aportar beneficios considerables y duraderos.

Los recursos deben concentrarse en los grupos más vulnerables

Aunque todas las clases sociales padecen la violencia, las investigaciones demuestran que las personas de nivel socioeconómico más bajo son las que corren mayor riesgo. Si se desea prevenir la violencia, se ha de poner fin al abandono que sufren las necesidades de los pobres, que en la mayoría de las sociedades son quienes suelen recibir menos atención de los diversos servicios estatales de protección y asistencia.

El compromiso político de poner coto a la violencia es vital para las iniciativas en el ámbito de la salud pública

Aunque es mucho lo que las organizaciones de base, los individuos y las instituciones pueden lograr, el éxito de las iniciativas emprendidas en el ámbito de la salud pública depende del compromiso político. Éste es tan importante a nivel nacional, donde se toman las decisiones políticas, legislativas y de financiación general, como a los niveles provincial, de distrito y municipal, en los que reside la responsabilidad de la administración cotidiana de las políticas y los programas.

Medidas recomendadas

La naturaleza polifacética de la violencia exige el compromiso de los gobiernos y las partes interesadas a todos los niveles de la toma de decisiones: local, nacional e internacional. Las recomendaciones siguientes reflejan esta necesidad de estrategias multisectoriales y de colaboración.

Recomendación 1

Crear, aplicar y supervisar un plan nacional de acción para prevenir la violencia

Los planes nacionales de prevención de la violencia deberían basarse en un consenso desarrollado por un amplio abanico de agentes gubernamentales y no gubernamentales. Tendrían que incluir, además, un calendario y un mecanismo de evaluación y permitir la colaboración entre sectores que podrían contribuir a prevenir

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