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Tratamiento cognitivo-conductual en un caso de trastorno dismórfico corporal


Enviado por   •  28 de Diciembre de 2023  •  Informes  •  5.288 Palabras (22 Páginas)  •  85 Visitas

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Tratamiento cognitivo-conductual en un caso de trastorno dismórfico corporal[pic 4]

Cognitive-behavioral treatment of body dysmorphic disorder: a case report

J. BARRACA MAIRAL*[pic 5]

RESUMEN

Se presenta el tratamiento de un sujeto diagnosticado con Tras - torno Dismórfico Corporal (TDC). La intervención incluyó entrena - miento en relajación, exposición en vivo con prevención de respues - ta y reestructuración cognitiva. Tras la intervención aparecieron cambios notables en tres medidas pre-tratamiento: depresión (BDI), ansiedad (STAI-A/E) y en una escala de cinco items de percepción subjetiva del problema (EPSP). También se redujeron considerable - mente tres conductas problema identificadas. Un breve seguimiento mostró que los beneficios terapéuticos se mantuvieron durante los siguientes cuatro meses.

ABSTRACT

Treatment for a patient with Body Dysmorphic Disorder (BDD) is here put forward. Therapy included relaxation training, in vivo exposure plus response prevention and cognitive restructuring. As a response to this treatment remarkable changes in three pre-treatment measures appea - red: depression (BDI), anxiety (STAI-A/E) and in a problem subjective perception scale of 5 items (EPSP). Three target behaviors were also reduced. A brief follow-up (4 months) showed that therapeutic benefits persisted.

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* Grupo Alcalá 117. C/ Alcalá 117, Bajo Derecha. Madrid 28009. Tlf.: 91 435 15 30. Fax: 91 435 47

  1. E-Mail: jbarraca@correo.cop.es

PALABRAS CLAVE

Trastorno dismórfico corporal, estudio de casos, terapia cognitivo conductual, exposición con prevención de respuesta.

KEY WORDS

Body dysmorphic disorder, single case reports, cognitive-behavioral therapy, exposure plus response prevention.

INTRODUCCIÓN

El Trastorno Dismórfico Cor- poral (TDC) se define, básica- mente, como una preocupación desmedida por un defecto imagi- nario o muy exagerado por el sujeto, de la apariencia física. De acuerdo con Neziroglu y Yar- yura-Tobias (1997), en el TDC se encuentran dos síntomas nucleares: (1) una percepción distorsionada de la propia ima- gen, y (2) ideas sobrevaloradas. Los criterios diagnósticos del DSM-IV (APA, 1994), que inclu- yen algunas modificaciones cla- rificadoras respecto a los del DSM-III-R, se recogen en la tabla 1

En su exhaustiva revisión de la literatura, Phillips (1991) ha puesto de manifiesto que las


preocupaciones más frecuentes se relacionan con defectos facia- les (arrugas, granos o manchas, cicatrices, marcas vasculares, acné, palidez, enrojecimiento, asimetría o desproporción facial, excesivo vello, calvas y temor a la calvicie); igualmente, son fuente de insatisfacción los defectos en la forma, tamaño y otras características de la nariz, los ojos, los párpados, las cejas, las orejas, la boca, los labios, los dientes, la mandíbula, la barbilla, las mejillas o la cabeza. Pero casi cualquier otra parte del cuerpo puede convertirse en o       b        j        e        t        o de preocupación (genitales, senos, nalgas, abdomen, bra- zos, manos, pies, piernas, cade- ras, hombros, columna vertebral o piel). Aunque lo más frecuente

TABLA 1

Criterios del DSM-IV para el diagnóstico del TDC[pic 7][pic 8]

es que las quejas de los pacien- tes sean muy concretas, tam- bién resulta habitual que aparez- can sujetos con preocupaciones corporales más inespecíficas o vagas. Se han descrito algunos casos en que la zona del cuerpo objeto de malestar cambió al cabo del tiempo.

Los pacientes con TDC (ante- riormente denominado dismorfo- fóbico) pasan mucho tiempo examinando sus “defectos” y tra- tan de ocultarlos con maquillaje, ropas, sombreros o peinados especiales (Rosen, Reiter y Oro- san, 1995b). Habitualmente, solicitan de sus familiares o personas de confianza pala- bras tranquilizadoras (Warwick, 1995), pero estos comporta- mientos sólo parecen tener un efecto de alivio a muy corto plazo. La evitación social y labo- ral por causa del trastorno pue- den resultar muy acusadas; asi- mismo, son normales síntomas de depresión, baja auto-estima, obsesiones y compulsiones, ais- lamiento y trastornos de perso- nalidad (Neziroglu y Yaryura- Tobias, 1997; Veale, Gournay, Dryden, Boocock, Shah, Willson y Walburn, 1996). Si bien existe todavía poca información al res- pecto, parece que la incidencia por sexos es más o menos equi- valente, su inicio se localiza, sal- vando raras excepciones, en la


etapa adolescente y el curso suele ser continuo con pocos intervalos sin síntomas, aunque cabe la posibilidad de que su intensidad varíe a lo largo del tiempo (APA, 1994).

A pesar de que el DSM-IV incluye el TDC entre los trastor- nos somatoformes, algunos auto- res estiman más conveniente caracterizarlo como un problema de ansiedad, singularmente vin- culado con el trastorno obsesivo- compulsivo (Hollander y Phillips, 1993; McKay, Neziroglu y Yaryu- ra-Tobias, 1997; McElroy, Phillips y Keck, 1994; Neziroglu y Yaryu- ra-Tobias, 1993a, 1993b; Simeon, Hollander, Stein, Cohen y Arono- witz, 1995). Debe señalarse, al respecto, que el TDC se agrupó en las primeras ediciones del DSM entre los trastornos fóbicos y obsesivos. Por otro lado, tam- bién existe una literatura que lo relaciona con el mundo delirante

–trastorno delirante, tipo somáti- co– (de Leon, Bott y Simpson, 1989; Modell, Kurtz y Hoff, 1996) y con los trastornos alimentarios (Raich, Soler y Mora, 1995; Rosen et al., 1995a, 1995b).

A causa de su comorbilidad con depresión, psicosis, hipo- condría, estados obsesivos, trastornos  de   personalidad o anorexia nerviosa, Thomas (1984) propone matizar el diag- nóstico y diferenciar entre el

TDC como síndrome (dismorfo- fobia primaria) o como síntoma de otro diagnóstico (dismorfofo- bia secundaria).

La primera recomendación tera- péutica en este trastorno consiste en detener la peregrinación del paciente por médicos especialis- tas tales como cirujanos plásticos, dentistas, dermatólogos, así como limitar el uso abusivo de productos de tratamiento estético potencial- mente peligrosos. De acuerdo con las investigaciones de Thomas (1990) y Phillips, McElroy, Keck, Pope y Hudson (1993) la cirugía no soluciona el malestar de los sujetos con TDC; por el contrario, a veces puede incluso empeorar- lo.

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