LA IDENTIDAD NARRATIVA Y ARQUETÍPICA

ENSAYO

LA IDENTIDAD NARRATIVA Y ARQUETÍPICA

Cuando entendemos que nuestra identidad individual es una construcción social podemos comprender que, aunque las diferentes vertientes teóricas defienden una postura creacionista de dicho cimiento identitario, existen elementos correlacionados que dan razón de nuestro actuar como sociedad. Por demás es necesario aclarar que, si bien adoptamos y adquirimos características propias de nuestra individualidad, consciente o inconscientemente, contamos con una identidad colectiva que se forja en paralelo como consecuencia de ésta constante interacción con nuestro entorno, y es ahí cuando podemos hablar de una convergencia entre las diferentes vertientes teóricas defienden una postura creacionista de dicha percepción identitaria.

Si bien existen elementos que nos permiten vernos en los demás Jung resalta la presencia de aquellos que pasamos por alto como una omisión inconsciente que surge como consecuencia de nuestra necesidad de pertenecer. Ahora bien, es ahí cuando el papel de la evaluación introspectiva nos permite ser conscientes de aquellos elementos que queremos que nos definan como seres sociales y que nos permitan atribuirnos una identidad individual, y por tanto nos permiten adoptar una cognición compartida y no sólo rendirnos ante un constructo social en el cual nos hemos alienado.

La coherencia cronológica en la vida de los seres humanos establece un propósito o un significado a la vida que tiene cada ser. Así pues, si nos basamos en el hecho de que la identidad narrativa es una percepción que depende de un entorno cambiante, y que por tanto no es estática, podremos ser consecuentes con la naturaleza cambiante de las ideas y percepciones del mundo. Es decir, la identidad es un conjunto de rasgos propios de un individuo o una comunidad que es capaz de mantener unicidad y particularidad en un futuro que se transforma constantemente.

A medida que existimos, vamos construyendo, reconstruyendo y deconstruyendo los conceptos que tenemos sobre el ambiente y sobre nosotros mismos, mediante las reflexiones que hacemos a través de la dialéctica, las historias que contamos y que nos cuentan sobre nosotros. Por tanto, la memoria colectiva juega un papel importante en la edificación de cambios de tipo biológico y psicológico que va soportando la humanidad con el paso de las generaciones.

La identidad de los sujetos se va formando a partir de las vivencias, las relaciones, las construcciones que se dan en colectividad y se convierten en prácticas habituales. Es entonces cuando la memoria genética y colectiva están relacionadas a partir del papel que juega la edificación de cambios de tipo biológico y psicológico que va soportando la humanidad con el paso de las generaciones.

Es un hecho que los seres humanos que nacen en la modernidad tienen capacidades distintas a los que nacieron hace cientos de años, puesto que las necesidades que tenían para adaptarse a su medio eran totalmente distintas en un sentido biológico, por el hecho de que las actividades que se realizaban para sobrevivir en el ambiente eran distintas a las modernas; y en un sentido social, porque las costumbres, las dinámicas y las percepciones de la sociedad se alteran con el tiempo y los hábitos se transforman en instintos.

Los seres humanos, en la creación de nuestra identidad, proyectamos el deseo como la expectativa misma de lo que queremos hacer o ser, y por tanto éste tiene un papel relevante que se conjuga con la semántica de los ideales de cada persona para formar características relacionales. El ser humano siempre busca lineamientos a seguir para poder estructurar su vida con base a algo que le brinde unos parámetros que le hagan sentir identificado y en este sentido, se puede hacer una equiparación con la búsqueda constante de dioses a través de la historia: se nos hace necesario como humanos, darle una explicación epistemológica al mundo, al universo, a lo que hay. Los dioses constituyen una verdad consensuada; lo que a su vez construye una identidad colectiva.

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