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LA IMAGEN INCONSCIENTE DEL CUERPO


Enviado por   •  18 de Marzo de 2021  •  Resúmenes  •  3.900 Palabras (16 Páginas)  •  399 Visitas

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Psicología Evolutiva 1

DOLTO, FRANCOISE. LA IMAGEN INCONSCIENTE DEL CUERPO.

 CAPÍTULO 1;  Esquema corporal e imagen del cuerpo[1]

Las instancias de la teoría freudiana del aparato psíquico; Ello, Yo, Súper yo, son localizables en cualquier composición libre, ya sea gráfica, plástica (modelado), etc. Estas producciones del niño son auténticos fantasmas representados, desde las que se pueden descifrar las estructuras inconscientes.Tan sólo son decifrables como tales por las verbalizaciones del niño, quien antropomorfiza, da vida a las diferentes partes de sus dibujos en cuanto se pone a hablar de ellos al analista.

No es otra la particularidad del análisis de niños: aquello que en los adultos se descifra apartir de sus asociaciones, en los niños puede ilustrarse por lo que dice acerca de sus grafismos y composiciones plásticas, soportes de sus fantasmas y fabulaciones en su relación de transferencia.

El mediador de las tres instancias psi, en las representaciones alegóricas que el sujeto aporta, reveló ser específico. Lo denomina Imagen del cuerpo.

Por medio de sus volúmenes que son soportes de una intencionalidad, el niño se expresa. Al comienzo, parece dibujar una escena, pero en realidad, por la manera en que él mismo interpreta, en el que él mismo habla de su dibujo, prueba que a través de esta puesta escena grafica, mediatiza pulsiones parciales de su deseo, en lucha con pulsiones parciales de su deseo en un nivel diferente.  

En cualquier composición libre, se representa, se dice, la imagen del cuerpo; y las asociaciones que el niño proporciona vienen a actualizar la articulación conflictiva de las instancias del AP.

En los niños y en los psicóticos que no pueden hablar directamente de sus sueños y fantasmas como lo hacen los adultos con la asociación libre, la imagen del cuerpo es para el sujeto una mediación para hacerlo, y para el analista el medio de reconocerlos. Se trata de un dicho que hay que descifrar, y cuya clave el psa solo no posee.

Son las asociaciones del niño las que aportan esta clave con lo cual resulta ser él mismo, el analista. Porque es él quien llega a captarse como lugar de contradicciones inhibidoras para la potencia mental, afectiva, social y sexual de su edad.

Entiéndase bien; la imagen del cuerpo no es la imagen dibujada; ha de ser revelada por el diálogo analítico con el niño. Esto se debe  que el analista no puede interpretar el material gráfico que el niño le trae; es éste quien, asociando sobre su trabajo, proporciona los elementos de una interpretación psicoanalítica de sus síntomas. Asociando sobre lo que ha dicho. Con lo cual, hablar  de imagen, de imagen del cuerpo, no quiere decir que ésta sea únicamente de orden imaginario, puesto que es asimismo de orden simbólico, signo de un determinado nivel de estructura libidinal expuesta a un conflicto que va a ser desnudado mediante la.palabra del niño. Aún es preciso que esta sea recibida por quien escucha, a través de los acontecimientos de la historia personal del niño.

El esquema corporal no es la imagen del cuerpo

No debe confundirse estos conceptos.

El esquema corporal es una realidad de hecho, es nuestro modo de vivir carnal al contacto con el mundo físico. Nuestras experiencias de la realidad dependen de la integridad del organismo, o de sus lesiones transitorias o indelebles, neurológicas, musculares, óseas y también de nuestras sensaciones fisiológicas viscerales, circulatorias, todavía llamadas cenestésicas.

Afecciones orgánicas precoces pueden provocar trastornos del esquema corporal, y estos, debido a la falta o interrupción de las relaciones del lenguaje, pueden acarrear modificaciones pasajeras o definitivas de la imagen del cuerpo. Es frecuente, empero, que en un mismo sujeto cohabiten un esquema corporal invalidado y una imagen del cuerpo sana.

La invalidez puede no afectar la imagen del cuerpo, para ello es preciso que, hasta la aparición de la enfermedad, en el curso de ésta y después, durante la convalecencia y la reeducación, su relación con la madre y el entorno haya sido flexible y satisfactoria, sin excesiva angustia por parte de los padres; una relación adaptada a sus necesidades, de las que hay que hablar siempre como si los propios niños pudieran satisfacerlas aunque la afección muscular causada por la enfermedad y sus secuelas lo hayan incapacitado para ello.

Cuando el niño se ve atacado por una invalidez, es indispensable que su déficit físico le sea explicitado, referenciado a su pasado no invalido o, a la diferencia congénita entre él y los demás niños. Asimismo tendrá que poder expresar y fantasmatizar sus deseos, sean éstos realizables o no según este esquema corporal lisiado.  

La evolución sana del sujeto, simbolizada por una imagen del cuerpo no inválida, dependen de la relación emocional de los padres con su persona; estos intercambios humanizadores dependen de que los padres hayan aceptado o no la invalidez del cuerpo de su hijo. Por mediaciones del lenguaje, podrán dar, para ellos de forma inconsciente, la estructura de una imagen del cuerpo sana.

Un ser humano puede no haber estructurado su imagen del cuerpo en el transcurso del desarrollo de su esquema corporal, esto puede deberse a lesiones, enfermedades orgánicas neurovegetativas o musculares precoces; también a enfermedades neonatales, secuelas de accidentes obstétricos o de infecciones que han destruido zonas de percepción sutil en la primera infancia.

La no estructuración de la imagen del cuerpo se debe en gran parte al hecho de que la instancia tutelar, desorientada por no tener nunca las respuestas habitualmente esperadas de un niño de esta edad, ya no intenta comunicarse con él de otra manera que mediante un cuerpo a cuerpo dirigido sólo a la satisfacción de sus necesidades, y abandona su humanización. Es probable que un ser humano como este, puesto que su cuerpo sobrevive, sería capaz de elaborar, tarde o temprano, una imagen del cuerpo con raíz en el lenguaje según unas modalidades que le serían propias, por mediación de  referentes relacionales sensoriales y de su complicidad afectiva con alguien que lo ama, que lo introduce en una relación triangular y que así le permite advenir a la relación simbólica.

Imagen del cuerpo y esquema corporal: cómo distinguirlos

El esquema corporal será el intérprete activo o pasivo de la imagen del cuerpo, en el sentido de que permite la objetivación de una intersubjetividad, de una relación libidinal fundada en el lenguaje, relación con los otros y que, sin él, sin el soporte que él representa, seria, para siempre, una fantasma no comunicable. El principio del esquema corporal es el mismo para todos los individuos.

La imagen del cuerpo, es propia de cada uno, está ligada al sujeto y a su historia. Es específica de la libido en situación, de un tipo de relación libidinal.  De ello inconsciente el esquema corporal es en parte inconsciente, preconsciente y consciente, mientras que, la imagen del cuerpo es inconsciente; puede tornarse en parte preconsciente, y sólo cuando se asocia al lenguaje consciente, el cual utiliza metáforas y metonimias referidas a la imagen del cuerpo.

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