LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Óscar OviedoEnsayo18 de Agosto de 2019
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INTRODUCCIÓN
Todas las personas, debido a que somos seres sociables, de cierto modo necesitamos siempre estar en constante relacionamiento con las demás personas de nuestro entorno, es decir, debemos o necesitamos estar siempre en contacto con otras personas que están cerca de nosotros.
Es en este proceso de socialización o relacionamiento que todas las personas pueden vernos y percibir nuestra forma de actuar, en espacia si la persona en cuestión es alguien que está de manera constante ante un público, es decir, ante un número moderadamente voluminoso de personas. Es de suma importancia tener siempre en cuenta que es importante conocerse a uno mismo, ya que, si la persona que está en público, por alguna razón, pierde el control de sí misma, esa situación resultará bastante contraproducente.
Es en este tipo de situaciones que sale a la luz la vital importancia que tiene el manejo de las emociones, los sentimientos y, por consiguiente, las reacciones ante los impulsos. Controlar de manera satisfactoria dichas formas de reaccionar, debemos desarrollar como personas la inteligencia emocional, que consiste, justamente, en el conocimiento o reconocimiento de las propias emociones para poder, a través de la constante reflexión y práctica, lograr el control de las reacciones.
Es, por este motivo, de suma importancia el dominio de la inteligencia emocional, para evitar las reacciones no deseadas.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL:
Es una capacidad o una habilidad que las personas pueden llegar a desarrollar, se refiere al conocimiento que tiene el individuo sobre sus emociones, sus sentimientos y las emociones y sentimientos de los demás. Además, se trata del dominio o control que puede desarrollar la persona sobre sus emociones y sentimientos, de esta forma, también podrá entender a las demás personas y podrá tener la posibilidad de influir sobre sus formas de pensar e incluso, sobre sus acciones.
Con la inteligencia emocional, también se trata de comprender de qué manera y hasta qué punto puede el pensamiento humano influir sobre sus sentimientos y emociones.
Sin embargo, para poder lograr la correcta comprensión de lo que abarca la inteligencia emocional, es necesario, primeramente, conocer las definiciones de inteligencia, emoción, sentimiento y pensamiento.
- Inteligencia.
Según Thorndike (1921), la inteligencia es el poder de dar buenas respuestas, desde el punto de vista de la verdad o el hecho.
Por otro lado, Terman (1916) define a la inteligencia como la capacidad para formar conceptos y para entender su significado.
Pero la definición más completa nos la ofrece Piaget (1976), ya que se refiere a la inteligencia como el resultado de un proceso de adaptación que se verifica permanentemente entre el individuo y su ámbito socio-cultural. Este proceso implica dos procesos inseparables y simultáneos:
Asimilación: consiste en interiorizar la experiencia de un objeto o un evento incorporándola a una estructura comportamental y mental ya existente.
Acomodación: consiste en la modificación de las estructuras cognitivas o del esquema comportamental para asimilar nuevos objetos y eventos que hasta el momento eran desconocidos.
- Emoción:
Se considera emoción a la respuesta de todo organismo que implique: una excitación fisiológica; conductas expresivas y una experiencia consciente.
Es una reacción subjetiva al ambiente acompañada de respuesta neuronal y hormonal; se consideran reacciones de tipo adaptativo que afectan a nuestra manera de ser.
Función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. (recuperado de www.psb.us.es el 28 de mayo del 2019).
- Sentimiento:
Un sentimiento es un estado del ánimo que se produce por causas que lo impresionan, y estas pueden ser alegres y felices, o dolorosas y tristes. El sentimiento surge como resultado de una emoción que permite que el sujeto sea consciente de su estado anímico.
Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral y determinan cómo una persona reacciona a distintos eventos. Se trata de impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo.
En otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas que determinan el estado de ánimo (Pérez y Gardey, 2010).
Pensamiento:
El pensamiento se inscribe para Dewey en una relación entre lo que ya sabemos, nuestra memoria y lo que percibimos. Con esta trilogía damos significado a las cosas, creamos, inferimos más allá de los que nos viene dado y eso es el producto “pensamiento”. La inferencia tiene lugar a través de la Sugerencia de todo cuanto se ve y se recuerda; esa sucesión de ideas es el pensamiento. Dewey basa todo este proceso en dos recursos básicos e innatos: la curiosidad y la sugerencia o ideas espontáneas. El pensamiento debe conducir alguna meta: una acción, un resultado.
El pensamiento ha sido descrito en la psicología como la capacidad de planear y dirigir en forma oculta una conducta posterior, lo que prevenía de errores o permitía postergar las acciones para posibilitar adaptaciones mejores en duración y efectividad. Este rasgo de no apariencia hizo que en ulteriores análisis del significado de "pensar" se ponga un énfasis decisivo en la inobservabilidad del pensamiento (Segovia, 2014)
LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE INTELIGENCIA
Los métodos psicofísicos y los estudios estadísticos de los procesos mentales son considerados como las bases para todo el desarrollo posterior en el área de la inteligencia en el siglo XX.
Según Shouksmith (1970), Galton concibió la inteligencia como una cualidad biológica, siendo los factores genéticos determinantes. Algunos autores le consideran el padre de la evaluación mental.
Científicos del King College de Londres han identificado por vez primera un gen que relaciona el espesor de la materia gris del cerebro con la inteligencia. Teniendo en cuenta este factor, podemos decir que, efectivamente, la inteligencia puede ser considerada una cualidad biológica.
James McKeen Cattell utilizó por primera vez el término “prueba mental” en los Estados Unidos. Separó la medición de la capacidad mental del campo filosófico, e indicó que la capacidad mental puede estudiarse de manera práctica y experimental, es decir, científicamente, a diferencia de la filosofía.
La principal diferencia existente entre la ciencia y la filosofía consiste en que esta última es más abstracta y se basa en discusiones y principios, mientras que la ciencia es más objetiva, basa sus explicaciones en la observación y experimentación.
Binet y Simon elaboraron en 1905 la primera escala de inteligencia, que tuvo mucho éxito y fue considerada como el primer medio práctico para la medición de la capacidad mental.
La Escala de Inteligencia Stanford-Binet está en su quinta edición y es una prueba que mide la capacidad cognitiva y de inteligencia, se utiliza para diagnosticar deficiencias en el desarrollo intelectual de los niños pequeños. La prueba mide cinco factores ponderados y consta de dos subpruebas verbales y no verbales. Los cinco factores que se ponen a prueba son el conocimiento, razonamiento cuantitativo, procesamiento visual-espacial, memoria de trabajo y razonamiento fluido.
A lo largo de la historia, los teóricos analítico-factoriales se dividieron en dos grandes grupos: los que estaban de acuerdo con la teoría de un factor general (factor G) de la inteligencia, y los que eran partidarios de la teoría de factores múltiples de la inteligencia.
Desde un punto de vista puramente teórico, Galton fue el primero en señalar que los individuos tienen tanto una capacidad intelectual general como algunas aptitudes especiales.
Thorndike concibió la inteligencia como resultado de un gran número de capacidades interconectadas pero independientes, enfoque que hoy es denominado como teoría multifactorial. Describió tres tipos de inteligencia: social, concreta y abstracta. Que podrían ser explicados brevemente de la siguiente manera:
- Inteligencia social: Es la que tiene que ver con la propia persona. Es la capacidad que tiene una persona de relacionarse con los demás de manera empática y asertiva.
- Inteligencia concreta: Es la que está relacionada con las cosas. como el nombre sugiere, está ligada a lo concreto, a lo real.
- Inteligencia abstracta: Es la que se asocia con los símbolos verbales y matemáticos. Es la capacidad de descifrar, comprender cualquier acción de la vida. Abrir una puerta requiere comprender que existe una llave para abrirla, pero si no existe la llave ¿cómo se abre? Para conseguir la respuesta, tienes que crear imágenes, imaginar, etc.
Según Cattell (1963) y Horn y Cattell (1967) existen dos tipos de inteligencia:
- La inteligencia fluida: Esta depende del desarrollo neurológico, se refiere a la eficiencia mental, sobre todo no verbal, y es más libre de las influencias educativas y culturales.
- La inteligencia cristalizada: Está constituida por las habilidades y los conocimientos adquiridos, y dependen para su desarrollo, en gran medida, de la educación cultural que haya recibido el sujeto. También depende de la habilidad que tenga el sujeto para analizar esa información y utilizarla en otros ámbitos.
De este modo, la inteligencia fluida está constituida en su mayoría por los conocimientos adquiridos de manera empírica, los que se obtienen de los lugares fuera de las escuelas, además de los conocimientos que va construyendo el mismo individuo a partir de su experiencia.
Por otro lado, la inteligencia cristalizada consiste, básicamente, en todos los conocimientos y las informaciones obtenidas del sistema educativo.
Para Sternberg, la inteligencia es un conjunto de habilidades de pensamiento y aprendizaje que nos sirven para solucionar problemas de la vida real o académica y que puede analizarse por separado. En su teoría triárquica de la inteligencia, esta está integrada por tres dimensiones:
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