ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Depresión Diagnóstico Y Tratamiento


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  4.558 Palabras (19 Páginas)  •  380 Visitas

Página 1 de 19

1. Depresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado de decaimiento y claudicación psicológica y biológica del paciente importante y continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y somáticos (pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de somnolencia, etcétera).

La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera una que otra vez durante períodos cortos

La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de tiempo prolongado.

A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los episodios de tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una reacción natural de la persona ante acontecimientos negativos como las situaciones de duelo por la pérdida de un ser querido u otras como divorcios o separaciones; aunque si se prolonga más allá de los seis meses o es tan importante que sea incapacitante puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor.

1.1 ¿Sufro realmente una depresión?

Se pueden presentar síntomas depresivos ante situaciones que conlleven un fuerte estrés, ya sea de tipo laboral, económico o de relaciones interpersonales, que irán remitiendo paulatinamente a partir de que desaparezca el desencadenante del estrés; es lo que se denomina trastorno adaptativo con estado de ánimo deprimido.

Igualmente hay que descartar las depresiones secundarias, que son aquellas que muestran síntomas depresivos pero que tienen su causa en problemas somáticos o están provocados por ciertos medicamentos.

Se trata de un problema muy frecuente, se estima que afecta a 350 millones de habitantes en todo el mundo, siendo, según la OMS, la primera causa de discapacidad mundial. Sólo en España se considera que la incidencia de trastornos depresivos es de un 5-9% de la población, aproximadamente 1,5 millones de personas, aunque al menos el 10-20% han padecido episodios depresivos en alguna etapa de su vida, en muchos casos nunca han sido diagnosticados ni tratados como tal.

Otro problema habitual en estos pacientes es que se calcula que la mitad de ellos abandona el tratamiento antes de los seis meses que recomiendan los expertos, lo que deriva en mayor número de recaídas y un aumento de las posibilidades de que el trastorno se vuelva crónico.

2. Tipos de depresión

Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que muestra el paciente.

Grupo A

• Duración no inferior a 2 semanas.

• No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos mentales orgánicos.

Grupo B

• Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las circunstancias ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2 semanas.

• Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.

• Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

Grupo C

• Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.

• Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.

• Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.

• Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.

• Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.

• Alteraciones del sueño.

• Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito).

Grupo D

• Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios, retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado anímico del paciente.

De acuerdo a estos criterios se puede clasificar el cuadro depresivo en:

Episodio depresivo leve

Presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.

Episodio depresivo moderado

El paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.

Episodio depresivo grave

Presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad.

En estos episodios cobran relevancia los intentos de suicidio, asociados a la carga somática, principalmente en los pacientes de sexo masculino, por lo que estos pacientes deben ser controlados de forma constante e incluso, en determinados casos, se debe valorar la hospitalización del paciente. En esta fase pueden aparecer asociados síntomas del grupo D.

3. Causas de la depresión

Entre las principales causas de la depresión podemos encontrar tanto factores genéticos, fisiológicos, personales como ambientales:

Factores genéticos

La presencia de antecedentes de depresión en el ámbito familiar cercano (padres y hermanos) incrementa en un 25-30% la probabilidad de sufrir depresión. En diversos estudios se ha determinado que en los gemelos monocigóticos hay un 50% más de probabilidades de que uno de los hermanos padezca depresión en el caso de existir precedentes en el otro. Este porcentaje se reduce al 25% en el caso de gemelos dicigóticos.

Factores fisiológicos

La aparición y cronificación de la depresión se ha relacionado especialmente con un descenso de los niveles de serotonina a nivel de las uniones neuronales. Por este motivo, en el tratamiento de la depresión se emplea en ocasiones un grupo de fármacos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, cuya función consiste precisamente en modificar los niveles de serotonina que se encuentran alterados en estos pacientes. Existe, además, un grupo de enfermedades estrechamente ligadas a la aparición de depresión, la mayoría de ellas relacionadas con alteraciones endocrinas:

• Migraña.

• Diabetes.

• Hipertiroidismo.

• Síndrome de Cushing.

• Enfermedad de Adisson.

• Amenorrea hiperprolactinémica.

Factores personales

Se ha visto que existe un porcentaje significativamente mayor de depresión en mujeres que en hombres. La edad también es un factor influyente, y la franja comprendida entre los 35 y los 45 años es la de mayor incidencia de depresiones. El embarazo y el posparto son etapas vitales de la mujer con un mayor riesgo de aparición de depresión debido a las alteraciones hormonales sufridas.

Factores ambientales

Se consideran factores potenciadores de la aparición de este trastorno todos aquellos que son negativos para el sujeto (estrés, ansiedad, incapacidad de encauzar los problemas...) en cualquiera de sus ámbitos personales (laboral, familiar...), en especial si el sujeto se encuentra además en una situación de dependencia o consumo habitual de alcohol, tabaco, drogas, etcétera. Una situación de escasas o nulas relaciones interpersonales potencia especialmente estos factores.

4. Síntomas y diagnóstico de la depresión

Son varios los síntomas que pueden presentarse durante la depresión, sabiendo que, cuantos más síntomas se aparezcan y cuanto más graves sean, más difícil será la recuperación.

Existen diversos organismos que han establecido, en función de la presencia de determinados signos clínicos, distintos baremos de valoración y clasificación de la depresión. Los más usados a nivel clínico y de investigación son los reflejados en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) de la Asociación americana de Psiquiatría, y de la 10ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). De acuerdo con la clasificación de la CIE-10 se emplea un listado compuesto por diez síntomas depresivos generales para su diagnóstico, y otro listado más amplio para la clasificación del episodio como leve, moderado o grave (con presencia o ausencia de síntomas psicóticos). De forma general, deben existir al menos dos de estos tres síntomas típicos de la depresión:

• Ánimo o humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante.

• Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.

• Aumento de la capacida d de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

La CIE-10 establece que un episodio depresivo se diagnostica a través de los siguientes parámetros:

• Estado de ánimo depresivo, de duración no inferior a dos semanas.

• Situación no atribuible al empleo de sustancias psicoactivas o a la presencia de algún trastorno mental orgánico.

• Presencia de síndrome somático: en otras clasificaciones se denominan “síntomas melancólicos” o “síntomas endogenomorfos”. Son:

• Disminución o desaparición del interés y la capacidad de disfrute por las cosas que anteriormente resultaban placenteras.

• Ausencia de respuestas emocionales ante eventos que, generalmente, suelen desencadenar reacciones.

• Alteraciones del sueño: es especialmente frecuente la incapacidad de conciliar el sueño (insomnio de conciliación), la de mantenerlo durante más de dos horas consecutivas (insomnio de mantenimiento), o despertarse al menos dos horas antes de la hora prevista.

• Empeoramiento progresivo durante el día del humor depresivo.

• Aparición de lentitud en las funciones motoras o agitación.

• Disminución marcada del apetito.

• Disminución del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito) de al menos un 5% en el último mes evaluado.

• Disminución marcada o ausencia de apetito sexual.

• Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.

• Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.

• Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.

• Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.

En este sentido también es muy importante el papel de la familia a la hora de detectar los síntomas de la depresión.

4.1 Criterios diagnósticos según la DSM-IV-TR

Criterios Diagnósticos Episodio Depresivo Mayor según DSM-IV-TR

A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes durante el mismo período de 2 semanas y representan un cambio respecto del desempeño previo; por lo menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o placer.

(1) Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días, indicado por el relato subjetivo o por observación de otros.

(2) Marcada disminución del interés o del placer en todas, o casi todas, las actividades durante la mayor parte del día, casi todos los días.

(3) Pérdida significativa de peso sin estar a dieta o aumento significativo, o disminución o aumento del apetito casi todos los días.

(4) Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

(5) Agitación o retraso psicomotores casi todos los días.

(6) Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

(7) Sentimientos de desvalorización o de culpa excesiva o inapropiada (que pueden ser delirantes) casi todos los días (no simplemente autorreproches o culpa por estar enfermo).

(8) Menor capacidad de pensar o concentrarse, o indecisión casi todos los días (indicada por el relato subjetivo o por observación de otros).

(9) Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor de morir), ideación suicida recurrente sin plan específico o un intento de suicidio o un plan de suicidio específico.

B. Los síntomas no cumplen los criterios de un episodio mixto

C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro del funcionamiento social, laboral o en otras esferas importantes.

D. Los síntomas no obedecen a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ejemplo, una droga de abuso, una medicación), ni a una enfermedad médica general (por ejemplo hipotiroidismo).

E. Los síntomas no son mejor explicados por duelo, es decir que tras la pérdida de un ser querido, los síntomas persisten por más de 2 meses o se caracterizan por visible deterioro funcional, preocupación mórbida con desvalorización, ideación suicida, síntomas psicóticos o retraso psicomotor.

Criterios Especificadores de gravedad/ características psicóticas/ remisión del episodio depresivo mayor actual (o más reciente) del DSM-IV-TR

Nota: Codificar en el quinto dígito. Leve, moderado, grave sin características psicóticas y graves con características psicóticas se pueden aplicar sólo si actualmente se cumplen los criterios de episodio depresivo mayor. En remisión parcial y en remisión completa se pueden aplicar al episodio depresivo mayor más reciente del trastorno depresivo mayor, y a un episodio depresivo mayor del trastorno bipolar I o II, sólo si éste es el tipo más reciente de episodio de estado de ánimo.

Leve: Pocos síntomas, o ninguno, aparte de los requeridos para arribar al diagnóstico, y los síntomas provocan sólo deterioro menor del desempeño laboral o de las actividades sociales habituales o de las relaciones con los demás.

Moderado: Síntomas o deterioro funcional entre “leve” y “grave”.

Grave sin características psicóticas: Varios síntomas aparte de los requeridos para arribar al diagnóstico, y síntomas que interfieren notoriamente con el desempeño laboral, o las actividades sociales habituales o las relaciones con los demás.

Grave con características psicóticas: Ideas delirantes o alucinaciones. Si es posible, especificar si las características psicóticas son congruentes o incongruentes con el estado de ánimo.

a) Características psicóticas congruentes con el estado de ánimo: Ideas delirantes o alucinaciones cuyo contenido es completamente compatible con los temas depresivos habituales de inadecuación personal, culpa, enfermedad, muerte, nihilismo o castigo merecido.

b) Características psicóticas incongruentes con el estado de ánimo: Ideas delirantes o alucinaciones cuyo contenido no corresponde a los temas depresivos habituales de inadecuación personal, culpa, enfermedad, muerte, nihilismo o castigo merecido. Se incluyen síntomas, como ideas delirantes de persecución (no directamente relacionados con temas depresivos), inserción del pensamiento, transmisión del pensamiento e ideas delirantes de control.

En remisión parcial: Hay síntomas de un episodio depresivo mayor, pero no se cumplen los criterios completos, o hay un período sin ningún síntoma significativo de episodio depresivo mayor que dura menos de 2 meses tras el final del episodio depresivo mayor. (Si el episodio depresivo mayor se sobre agregó a trastorno distímico, se efectúa el diagnóstico de trastorno distímico solo, una vez que ya no se cumplen los criterios completos de episodio depresivo mayor).

En remisión completa: Durante los últimos 2 meses, no hubo signos ni síntomas significativos de la alteración.

Sin otra especificación.

Criterios diagnósticos del trastorno depresivo mayor, episodio único, del DSM-IV-TR

A. Un solo episodio depresivo mayor.

B. El episodio depresivo mayor no es mejor explicado por trastorno esquizoafectivo, y no se sobre agrega a esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, ni trastorno psicótico sin otra especificación.

C. Nunca ha habido un episodio maníaco, un episodio mixto, ni un episodio hipomaníaco. Nota: Esta exclusión no se aplica si todos los episodios tipo maníaco, tipo mixto o tipo hipomaníaco son inducidos por sustancias o tratamiento, o se deben a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica general.

Si actualmente se cumplen los criterios completos de un episodio depresivo mayor, especificar su estado clínico y/o características actuales:

~ Leve, moderado, grave sin características psicóticas/grave con características psicóticas

~ Crónico

~ Con características catatónicas

~ Con características melancólicas

~ Con características atípicas

~ Con inicio posparto

Si actualmente no se cumplen los criterios completos de un episodio depresivo mayor, especificar el estado clínico actual del trastorno depresivo mayor o las características del episodio más reciente:

~ En remisión parcial, en remisión completa

~ Crónico

~ Con características catatónicas

~ Con características melancólicas

~ Con características atípicas

~ Con inicio posparto

Criterios Diagnósticos de trastorno depresivo mayor recurrente del DSM-IV-TR

A. Dos o más episodios depresivos mayores.

Nota: para ser considerados episodios separados, debe haber un intervalo de, por lo menos 2 meses consecutivos en los que no se cumplen los criterios de episodio depresivo mayor.

B. Los episodios depresivos mayores no son mejor explicados por trastorno esquizoafectivo, y no se sobre agregan a esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, ni trastorno psicótico sin otra especificación.

C. Nunca ha habido un episodio maníaco, un episodio mixto, ni un episodio hipomaníaco. Nota: esta exclusión no se aplica si todos los episodios tipo maníaco, tipo mixto o tipo hipomaníaco son inducidos por sustancias o tratamiento, o se deben a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica general.

Si actualmente se cumplen los criterios completos de un episodio depresivo mayor, especificar su estado clínico y/o características actuales:

~ Leve, moderado, grave sin características psicóticas/grave con características psicóticas

~ Crónico

~ Con características catatónicas

~ Con características melancólicas

~ Con características atípica

~ Con inicio posparto

Si actualmente no se cumplen los criterios completos de un episodio depresivo mayor, especificar el estado clínico actual del trastorno depresivo mayor o las características del episodio más reciente:

~ En remisión parcial, en remisión completa

~ Crónico

~ Con características catatónicas

~ Con características melancólicas

~ Con características atípicas

~ Con inicio posparto

Especificar:

~ Especificadores de evolución longitudinal (con recuperación entre los episodios o sin ella)

~ Con patrón estacional.

5. Tratamiento de la depresión

Una vez diagnosticada la depresión, el paciente debe iniciar el tratamiento, siendo en casi todos los casos una acción combinada de terapia farmacológica con apoyo psicológico. Es muy importante que antes de que el paciente inicie cualquier terapia, sea informado por su médico de la duración del tratamiento de la depresión, los beneficios que se van a intentar alcanzar, y los efectos secundarios que se pueden desarrollar a lo largo del tratamiento.

Tratamiento farmacológico de la depresión

De forma general, el tratamiento farmacológico de la depresión se suele limitar a los cuadros depresivos moderados o graves. En los pacientes diagnosticados de depresión leve no se suele recurrir a terapia farmacológica, debido a su estrecho perfil beneficio-riesgo. Únicamente se recomienda en caso de fracaso de otras terapias, problemas médicos o psicológicos asociados, o historial previo de depresión moderada o grave.

En los pacientes con depresión moderada o grave, la terapia farmacológica se considera un tratamiento de primera línea, aunque existe un 38% de pacientes que al cabo de 6-12 semanas no presentan respuesta al tratamiento instaurado, y en un 54% de los pacientes no existe remisión de los síntomas. En el siguiente apartado detallaremos los principales grupos de fármacos antidepresivos con más detalles, así como sus efectos y las claves para aplicarlos.

Tratamiento psicoterápico de la depresión

Las terapias psicológicas más empleadas por su carácter específico son la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la psicoterapia interpersonal (TIP).

La terapia cognitivo-conductual se ha mostrado tan efectiva como la psicoterapia interpersonal (más lenta en lograr los objetivos que la TCC y la farmacoterapia) y la terapia farmacológica, lo que la ha convertido en la terapia psicoterapéutica de elección en el abordaje de la depresión moderada, grave o resistente.

La duración de la terapia variará en función del tipo de depresión diagnosticada, la situación personal del paciente y la evolución de este. En pacientes con depresión grave o crónica, si la terapia psicoterápica se asocia a tratamiento farmacológico la efectividad siempre será superior a cualquiera de estas terapias por separado.

La terapia cognitivo-conductual, asociada al tratamiento de mantenimiento, contribuye a incrementar la efectividad del mismo para evitar la aparición de recidivas. Esto es especialmente beneficioso para aquellos pacientes con antecedentes de recaídas, o que presentan síntomas residuales, ya que son los que tienen un mayor riesgo de sufrir de nuevo episodios depresivos.

Otros tratamientos para la depresión

• Autoayuda guiada: su objetivo es que los pacientes adquieran capacidades de autocontrol y manejo de la sintomatología de este trastorno. Se empelan tanto soportes bibliográficos, como materiales digitales. Aunque se ha demostrado buena efectividad en pacientes con depresión leve-moderada, no se conocen los efectos a largo plazo.

• Ejercicio físico: está demostrada la capacidad del ejercicio físico para mejorar el bienestar personal, tanto físico como psíquico. En los pacientes con depresión leve-moderada, un programa de ejercicio de intensidad moderada, de 40-45 minutos, 2-3 veces a la semana, durante un periodo de 10 a 12 semanas, podría repercutir en una clara mejoría de la sintomatología depresiva.

• Terapia electroconvulsiva (TEC): esta terapia consiste en provocar una crisis comicial generalizada (una convulsión), mediante la estimulación eléctrica del sistema nervioso central. A pesar de ser una terapia devaluada y denostada en sus inicios, actualmente se aplica bajo anestesia y miorelajación, y se considera efectiva en pacientes adultos con depresión grave o resistente.

• Hierba de San Juan (Hypericum perforatum): sus propiedades antidepresivas han sido constatadas en numerosos estudios. Presenta interacciones con otros medicamentos y debe tomarse siempre bajo prescripción y supervisión de un profesional sanitario.

6. Fármacos antidepresivos

Los principales grupos de fármacos antidepresivos son:

• Antidepresivos tricíclicos: buen perfil de eficacia por el bloqueo de la recaptación de dos compuestos de comunicación interneuronal (noradrenalina y serotonina), aunque presentan una alta tasa de efectos secundarios. Se encuentran contraindicados en pacientes con antecedentes recientes de infarto de miocardio, así como en pacientes con arritmias, hiperplasia benigna de próstata, glaucoma de ángulo abierto, insuficiencia renal o hepática, y epilepsia o antecedentes de convulsiones.

• Antidepresivos heterocíclicos: derivados del grupo anterior, con la misma efectividad, pero con menor tasa de aparición de efectos secundarios.

• Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: son inhibidores muy específicos de la recaptación de serotonina con poca o ninguna repercusión sobre el resto de neurotransmisores, lo que les confiere una gran tolerabilidad (los principales efectos secundarios descritos son náuseas, sudoración y alteraciones del peso corporal), y por ello son el grupo más prescrito en atención primaria.

• Inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAOs): inhiben de forma más o menos selectiva la monoaminoxidasa A o B. Presentan un perfil de efectos secundarios bastante negativo, por lo que se utilizan como tratamientos de segunda línea, en caso de falta de efectividad de otras alternativas más seguras.

• Otros fármacos antidepresivos: se centran principalmente en la recaptación de serotonina o noradrenalina, aunque nuevas líneas terapéuticas actúan en receptores de serotonina y adrenérgicos α2.

6.1 Etapas de la psicofarmacología en la depresión

Existen directrices determinadas de seguimiento general a la hora de instaurar el tratamiento farmacológico en un cuadro depresivo. Las principales son:

• Todos los antidepresivos precisan un periodo de latencia terapéutica (tiempo desde que se inicia el tratamiento hasta que comienzan a aparecer las mejoras de los síntomas) de una a tres semanas.

• Se debe iniciar el tratamiento a dosis bajas e ir aumentando la dosis de forma gradual en caso que sea preciso.

• A las 3-4 semanas de iniciado el tratamiento de la depresión, es necesaria la revisión del mismo por parte del facultativo, para evaluar la evolución del paciente, comprobar si se han presentado efectos secundarios y modificar la dosis si fuera preciso.

• Si a las 6-8 semanas de prescripción de la dosis máxima el paciente no indica mejoría objetiva, se debe comprobar si el paciente está tomando correctamente el medicamento y, en el caso de ser así, valorar la conveniencia de asociar el antidepresivo a otro de distinta familia o el cambio total. En algunos pacientes puede ser preciso asociar antidepresivos a hipnóticos o ansiolíticos, por un periodo no prolongado de tiempo.

• La supresión del tratamiento antidepresivo debe hacerse de forma progresiva, disminuyendo la dosis paulatinamente para evitar la aparición de efectos de discontinuación.

6.2 Consideraciones especiales en los tratamientos de la depresión

• Ancianos: la depresión en estos pacientes suele cursar con un mayor número de síntomas somáticos y de componente ansioso, lo que dificulta mucho su diagnóstico. Se suelen prescribir principalmente antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina, y suelen estar contraindicados los antidepresivos tricíclicos. Es preciso reducir a la mitad la dosis indicada para adultos en ancianos mayores de 70 años, y a un tercio en ancianos menores de 70 años, debido a que su capacidad cognitiva puede ser alterada con mayor facilidad, y son más sensibles al efecto sedante e hipotensión ortostática (bajada de la tensión al incorporarse tras estar tumbados) habituales en determinados antidepresivos, lo que potencia el riesgo de caídas.

• Embarazo: al no existir estudios sobre la inocuidad de los antidepresivos durante el embarazo se intenta, en la medida de lo posible, evitar el uso de estos fármacos, especialmente en el primer trimestre. En el caso de riesgo de suicidio o conductas que puedan dañar al feto, se prescriben inhibidores de la recaptación de la serotonina o antidepresivos tricíclicos. Durante la lactancia es importante tener en cuenta que todos los grupos de antidepresivos se excretan por la leche materna.

• Enfermedad de Parkinson: los únicos fármacos estudiados en los pacientes de párkinson son los antidepresivos tricíclicos, presentando un efecto beneficioso para ellos por el efecto anticolinérgico. También son efectivos los inhibidores de la recaptación de serotonina.

• Epilepsia: los inhibidores de la recaptación de serotonina son de elección en los con epilepsia pacientes por su menor efecto proconvulsivante.

7. Prevención

Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a prevenir la depresión y disminuir las posibilidades de que se presente de nuevo. La psicoterapia y los antidepresivos también pueden reducir la probabilidad de que usted resulte deprimido nuevamente.

La psicoterapia le puede ayudar en los momentos de aflicción, estrés o desánimo. La terapia de familia puede ayudar a los adolescentes que se sienten deprimidos.

Mantener contacto cercano con otras personas es importante para prevenir la depresión.

- Evitar el estrés prolongado: El estrés es la respuesta normal del cuerpo ante una situación que resulta un desafío, permitiendo a la persona adaptarse de mejor manera para enfrentar las dificultades. El cuerpo actúa en estado de alerta, por lo que se producen una serie de cambios fisiológicos. El estrés se convierte en dañino cuando se mantiene en el tiempo, quedando la persona vulnerable a distintas enfermedades, entre ellas, depresión.

- Sentirse vinculados a grupos de pertenencia: Sentir que se forma parte de un grupo, donde existen vínculos con otros, en el que se valora la opinión de quienes lo conforman y donde uno se siente valorado.

- Evitar situaciones de violencia: Ser víctima de violencia, tanto física como psicológica, es una situación tremendamente estresante, más aún cuando se reciben continuamente críticas, que llevan a la persona a insegurisarse y a evitar el contacto con otros, por lo que se va desvinculando de sus grupos de pertenencia.

- Encontrarle sentido al trabajo y las actividades que se realizan: Estar contento con el trabajo que se realiza, más allá de servir sólo de sustento, y sentir que lo que se hace tiene una trascendencia y es coherente con los intereses de cada uno, es una forma de prevenir estados depresivos.

- Actividad Física: Hacer ejercicio estimula la secreción de endorfinas que provocan una sensación de bienestar natural. Además, hacer ejercicio ayuda a que la persona se mantenga saludable y conforme con su propio cuerpo.

- Ser ordenado con los horarios y hábitos alimenticios: Levantarse temprano después de dormir bien y cuidar la alimentación ayuda a mantenerse saludable.

- Cuidado de la apariencia: Mantenernos atentos a cómo nos vemos hace que nos sintamos más seguros.

- Velar porque predominen actividades placenteras: Cada día debiéramos procurar hacer más actividades placenteras que displacenteras. Muchas veces nos toca realizar labores que no nos gustan o que nos producen tristeza, como por ejemplo, ir a ver a alguien cercano que está muy enfermo. Nuestra visita es importante pero después sería beneficioso para nosotros realizar alguna actividad que nos ayude a cambiar nuestro estado emocional. Puede ser algo tan simple como escuchar una música que nos levante el ánimo.

- Fines de semana para cuidar las relaciones con familiares y amigos: Cuidar los tiempos de esparcimiento y de comunicación con amigos y familiares. Existen momentos en que la sobrecarga de responsabilidades lleva a algunos a tener que dedicarle tiempo al trabajo los fines de semana, pero esto debiera ser una excepción y no la norma.

- Hacer algo nuevo: Voluntariamente debemos buscar salir de la rutina, en la que caemos muy fácilmente, para estimular nuestra mente, ser capaces de sorprendernos y reencantarnos con imágenes, sonidos, información, conversaciones nuevas.

- Utilizar la creatividad: El placer de generar algo que no existe y que es producto de nuestra imaginación y esfuerzo es una actividad muy gratificante que nos protege de la depresión.

- Estar en contacto con la naturaleza: Salir a espacios verdes donde disminuye el ruido y donde cambia el color gris predominante de la ciudad, de forma habitual, es también una forma de descansar y de protegernos de la depresión.

Los mencionados son factores frente a los cuales podemos ejercer algún tipo de control.

Ahora bien, existen otros que no podemos controlar, como la pérdida de personas queridas o la enfermedad. Ante estas situaciones debemos entender que la tristeza es una reacción normal que no podemos evadir. Si se mantiene de forma muy prolongada en el tiempo y si se acompaña de una desesperanza y desencantamiento de la vida en general es una señal de alerta para pedir ayuda antes de que se haga crónico y sea más difícil superarlo.

Así como es importante prestarle atención a quienes queremos para cuidar la relación que mantenemos con ellos, es también imprescindible atender nuestras propias necesidades.

...

Descargar como  txt (32 Kb)  
Leer 18 páginas más »