La Familia Como Marco De Referencia

LA FAMILIA COMO MARCO DE REFERENCIA

“La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.

El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia…La honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes. Cualquier forma de violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y unidad, y será sancionada conforme a la ley…”(Nueva Constitución Política de Colombia,1.991,p.21).

Así inicia el capítulo II, artículo 42 de la Nueva Constitución Política de Colombia, reconociendo los derechos sociales, económicos y culturales, del pueblo. En este sentido, la familia se ve amparada por el Estado, aún cuando desde el inicio de los tiempos se ha considerado que la familia es una prioridad en el corazón de Dios y, la iglesia ha trabajado arduamente para mantener el principio bíblico arraigado en la conciencia del ser humano, hecho que se refleja bíblicamente.

“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, así mismo se ama…Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la cuida como también Cristo a la iglesia…Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como así mismo; y la mujer respete a su marido…Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;…Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”( Efesios 5:28-29, 33, 6:2,4).

Tomando como precedentes el aval divino y el constitucional, se debe anotar que son los padres los directamente llamados a formar el carácter de los hijos, pues la familia es el ente fundamental de la enseñanza de valores y principios que harán de sus integrantes baluartes que contribuyan con el crecimiento y desarrollo de la sociedad. En este sentido, la iglesia asume un rol importantísimo, pues acompaña los procesos desde su pastoral familiar, se ocupa de ofrecer formación en el “noviazgo, desposorio, boda, paternidad y educación de los hijos, aniversarios, bautismos, primeras Comuniones, fiestas y celebraciones familiares, sin excluir crisis de la convivencia familiar, momentos de dolor como la enfermedad y la muerte”. (Puebla, Conclusiones 595 - 597) y social en “el trabajo por la creación de estructuras y ambientes que hagan posible la vida en familia; - en la recreación, procurando ambientes seguros y constructivos para los hijos y para todos los jóvenes; - en la cultura, comunicando valores recibidos de la historia familiar y de la historia local; - en el apostolado, vinculándose en comunidades en íntima relación con la Jerarquía y en compromiso con la Iglesia particular”. (Puebla, Conclusiones 598).

La familia entonces, cuenta con políticas de protección encaminadas a salvaguardar sus intereses naturales, morales y patrimoniales, por lo que hoy en día se habla de contrato matrimonial. Esto para proteger el bien común de la familia y no solo el individual. Ahora bien, si se abarca el tema de derecho de familia en el marco latinoamericano, se tendrían que revisar las constituciones de cada nación, puesto que se tendría inicialmente que establecer el estándar o prototipo de modelo a seguir en materia de unidad de criterio.

Países como Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador y Venezuela poseen una unidad normativa en su ley fundamental, mientras que Colombia y Perú tienen una legislación dispersa. Organismos internacionales también aluden a los intereses familiares, respetando la variedad cultural manifiesta en la prudencia de emitir argumentos a priori. Casos de países en otros continentes muestran la problemática familiar desde otros aspectos, mientras que en Colombia la poligamia puede ser censurada, en países del medio oriente no, por mencionar un ejemplo. Lo más importante es determinar lineamientos claros que garanticen la protección de la familia. En muchas naciones ya se encuentran códigos que inhabilitan y penalizan la vulneración de los derechos de las mujeres y de los niños y niñas, Se debe tener en cuenta que la sociedad no es algo estático, sino cambiante, evoluciona día a día y con ella, surgen nuevos desafíos a su unidad básica. Por lo anterior, es importante re-diseñar el concepto de familia y generar planes de acción que garanticen realmente su protección. Las Constituciones de cada país contienen acercamientos para responder a la problemática social de protección, sin embargo, se requiere más esfuerzo.

Finalmente, es importante aludir el hecho de los nuevos modelos que se presentan en el mundo sobre la constitución familiar y quienes hacen parte de ella. Los roles que se distinguen en su interior y su modo peculiar de desarrollarlos, el género de la pareja, sus bases morales y los principios que las rigen, hace pensar en el desafío que se tiene al intentar dar respuesta a la problemática. Es urgente unificar esfuerzos por parte de la iglesia, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, antropólogos, abogados, y de más, para procurar mantener un orden socio-familiar.

ANTROPOLOGIA HISTORICA DE LA FAMILIA

INTRODUCCIÓN

1 EL DISCURSO SOBRE LA FAMILIA : PARADOJA Y CONTRADICCIONES

Resumamos aquí las principales discusiones sobre el tema :

La familia contemporánea se ha encogido, replegado sobre la pareja. Habiendo dejado de ser un lugar de producción, ya no es más que un motivo para el consumo. La familia ya no asegura las funciones de asistencia de la que en potros tiempos se encargaba . Las funciones que conserva como la socialización de los hijos , son compartidas con otras instituciones. En esta representación, la celularfamiliar parece débil.

2) Otro discurso, por el contrario, la reconoce una fuerza formidable, en la medida que ella se ha hecho refugio, lugar privilegiado de la afectividad. La pareja, y en segundo lugar los hijos, capitalizarían todos los sentimientos que no pueden expresarse en una sociedad deshumanizada.

Una forma de desmitificar el discurso de la crisis de la familia es reconociendo que este no es una novedad, pues a lo largo del siglo XIX este tema es recurrente.

En lugar de analizarla en términos de crisis, hay que preguntarse como ha vivido la familia las transformaciones económicas, sociales y culturales

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