La Identidad Personal

LA IDENTIDAD PERSONAL

Según parece, el ser humano siempre ha tenido consciencia de su singularidad como individuo. Solamente con enumerar algunas de los nombres que se le han aplicado - alma, ser, sujeto, individuo, yo, persona, etc. -, ya podemos apreciar la disparidad de enfoques y aproximaciones que este tema ha suscitado. Así, la modernidad más reciente se planteó el análisis a partir del concepto de yo que ha aportado interesantes reflexiones para el estudio de la individualidad humana. Sin embargo, la reflexión actual parece centrarse en un concepto integrador que posee un alcance más amplio y complejo, facilitando además un mejor abordaje del proceso de interacción que se produce entre el individuo y el sistema social. Se trata de la noción de identidad personal. Intentar una mínima delimitación de este concepto en nuestro entorno actual, es el objetivo de este articulo.

CONCEPTOS GENERALES

Un concepto integrador. En este sentido, plantearse el análisis de la identidad personal como concepto integrador, supone admitir la existencia de diferentes niveles explicativos. Es decir, que existen distintos tipos de identidad. Entre otros, los siguientes:

 La identidad biológica. En primer lugar, una identidad biológica determinada por el código genético del individuo.

 La identidad psicológica. Por otra parte, la identidad psicológica a través de la cual es consciente de sí mismo en el presente de su existencia.

 La identidad narrativa. Es la identidad entendida como resultado de un autorelato personal, a través del cual el ser humano se comprende a sí mismo como protagonista de una determinada historia unitaria.

 La identidad sociológica. Es la identidad que se deriva del hecho de haber encontrado su lugar en la vida social.

 La identidad cultural. Es la identidad resultante de la interacción del individuo con un contexto cultural determinado, fruto a su vez de una determinada época histórica.

Las utilidades del concepto. Además de su carácter integrador, la noción de identidad personal presenta otras utilidades:

 Constata las diferencias entre una inteligibilidad de naturaleza más individualista y otra de tipo más social.

 Destaca la importancia del lenguaje y las narraciones sobre sí mismo, de la cultura y del contexto social en la constitución de la identidad personal.

 Permite un mejor entendimiento de los efectos de exclusión que se desprenden de las posiciones más biologistas.

 Entiende la identidad personal como un producto emergente de los procesos de interacción personal.

 Permite entender la identidad personal como un proceso de negociación y ajuste, que va conformando la construcción de la propia individualidad, y definiendo un conjunto de significados compartidos.

 Destaca la importancia de la dimensión socio-histórica de la identidad personal.

 Permite entender la construcción de la identidad personal como un proyecto vital.

ENFOQUES Y ORIENTACIONES

Este apartado intenta sintetizar algunos de los principales enfoques que sobre este tema han hecho diferentes disciplinas académicas. Obviamente, no se trata de hacer un repaso exhaustivo, por otra parte inviable dada su amplitud, sino de intentar sintetizar algunos de los más significativos. Haremos referencia a cinco enfoques.

El enfoque psicológico

En la actualidad, la psicología dista mucho de poder ser considerada como una disciplina homogénea, puesto que en su interior conviven distintos enfoques y teorizaciones. Esta disparidad de enfoques se hace muy evidente, cuando aborda el concepto de identidad personal. Veamos algunos de los más significativos.

La biología como elemento causal. El elemento fundamental de esta perspectiva es la importancia dada a los aspectos biológicos, en la explicación de la identidad personal. De acuerdo con este punto de vista, toda experiencia psicológica tiene su fundamento en la biología corporal. Genes, neuronas, pero también bioquímica corporal, tienen en este enfoque un marcado carácter causal en la configuración de la identidad personal. En psicología, quizás el máximo exponente de este tipo de planteamiento sea Eysenck (1916/1997) y desde una perspectiva más amplia Wilson (1929) y su conocida Sociobiología (1975). Las críticas a estos planteamientos han sido feroces, incluso más allá del contexto académico y científico, como en los casos en que se les atribuye una funcionalidad especifica en el control y la selección de los individuos mejor capacitados, como sostén de un sistema social discriminatorio.

Un presunto interior. Otro tipo de planteamiento lo constituyen aquellos que podríamos denominar como internalistas, puesto que si bien no sitúan en la estructura biológica del individuo la razón de su experiencia identitaria, si colocan en un presunto interior del ser humano las causas de su comportamiento. Probablemente, uno de los mejores representantes de este planteamiento sea el psicoanálisis, que mantiene una cierta visión determinista en la definición del yo. Sin embargo, también es cierto que al enfatizar la importancia que tiene la cultura y la historia personal en la configuración de la propia personalidad, el psicoanálisis ha abierto la posibilidad de introducir lo cultural y lo histórico en el estudio de la identidad personal. Es decir, ha permitido una cierta conceptualización de la misma como proceso vital.

La fenomenología. Aunque la fenomenología como metodología ha tenido poca influencia en la psicología convencional, se puede decir que algunos de los aspectos de la comprensión del ser humano, tal y como están formulados desde este prisma, impregnan muchas de las visiones actuales. En particular, la simbiosis de la identidad con la idea de consciencia, tanto de la consciencia respecto al mundo como de nosotros mismos como parte de él. Tal consciencia se entiende como resultado de una experiencia subjetiva por parte del individuo que definiría su identidad personal. Otra aportación muy interesante es el concepto de agencia, entendido como la libertad del individuo para elegir, hacer planes y oponerse a las limitaciones que el entorno social le intenta imponer. Es decir, de la capacidad para gestionar su

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