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La enuresis


Enviado por   •  31 de Marzo de 2014  •  Ensayos  •  1.085 Palabras (5 Páginas)  •  166 Visitas

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Revista de Psicoanálisis

miércoles, 12 de enero de 2011

ENURESIS

La enuresis o eneuresis consiste en micciones involuntarias y persistentes generalmente durante la noche, aunque también pueden acontecer en el día. Es importante aclarar que no es un síntoma que sólo padezcan los niños sino también los adultos (de la enuresis en la edad adulta hablaremos en próximos artículos)

La primera pregunta que nos acecha al abordar este trastorno es a partir de qué edad se puede hablar de enuresis. El control de los esfínteres comienza entre los 18 y los 24 meses y cuando decimos comienza es precisamente eso lo que deseamos señalar, que no se trata de una conquista lograda a esa edad, como se pretende de manera equivocada en algunas revistas para padres o en el discurso de algunas familias, sino del comienzo de esa actividad y no será hasta los 4 o 5 años cuando los nervios sacros, que producen la contracción de los músculos reguladores de la micción, la defecación y la erección, alcancen su madurez. En consecuencia no se puede hablar de enuresis antes de los 5 años e incluso de los 7 años. A veces la urgencia de los padres y cuidadores por ver crecer al niño confunde con un síntoma lo que en realidad es un proceso de crecimiento sujetado a una temporalidad necesaria que no puede anticiparse.

Como vemos las funciones vesicales y las funciones reproductivas guardan cierta asociación a nivel fisiológico, siendo incluso la uretra el mismo conducto para la excreción de orina y de semén. Las sexualidad en la infancia está en relación con conductas autoeróticas, es decir, que se satisfacen en el propio cuerpo como la succión del dedo, la retención de las heces o jugar con los genitales. El acto de orinar produce también llamativas sensaciones corporales y sirve, además de cumplir una importantísima función fisiológica, para la producción de placer, como muestra muy gráficamente uno de las frases que en la edad adulta más suena en los labios de alguién que experimenta la urgencia de orinar y por fin encuentra un aseo: ¡qué gusto!.

La relación del niño con sus padres no está exenta de atracción sexual, que en el curso del desarrollo será reprimida y desviada hacia otros amores posibles. Puede ocurrir que en la vida familiar convivan costumbres en extremo relajadas respecto a las prácticas de aseo y vida conyugal (puertas siempre abiertas, bañar a los niños hasta edades avanzadas porque "no se aclaran bien el pelo", vestirse y desnudarse en espacios comunes) junto con una rígido oscurantismo en torno a lo sexual, es decir, una falta de conversaciones acerca de la sexualidad humana, una ausencia de escucha a las preguntas que el niño formula.

La enuresis nos habla de algo que el pequeño no puede controlorar, de una sobreexitación que encuentra su expresión en la masturbación o en prácticas análogas como la micción nocturna, que a modo de polución, da expresión a la ambición de poseer a la madre. Mostrar al niño que su madre es la mujer de su padre siempre tranquliza pero este proceso esencial lejos de ser algo simple es un hacer bastante complicado que está en relación con la existencia de una convivencia

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