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La salud es un aspecto relevante del desarrollo adulto y el envejecimiento porque muchos de los procesos físicos que subyacen a los cambios en la salud son producto del desarrollo.


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2015  •  Apuntes  •  3.008 Palabras (13 Páginas)  •  267 Visitas

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La salud es un aspecto relevante del desarrollo adulto y el envejecimiento porque muchos de los procesos físicos que subyacen a los cambios en la salud son producto del desarrollo.

Conforme las personas envejecen, sus sistemas corporales tienden a experimentar cambios estructurales y funcionales. Para envejecer de manera digna y sana, las personas deben adaptarse a estos cambios. Más aún, la salud física puede afectar otros aspectos del desarrollo como el trabajo, la jubilación, las relaciones íntimas y la salud mental.

La cima de la salud para la mayoría de las personas radica en la adultez joven, aunque la mayoría de los adultos medios y mayores continúan siendo saludables y tienen cuerpos sanos y fuertes.

Muchos adultos jóvenes nunca están seriamente enfermos o incapacitados; menos de 1 por ciento, en comparación con casi 9 por ciento de los adultos medios que sufren condiciones o deterioros crónicos que afectan su movilidad o actividades (Rowe y Kahn, 1998). Aunque las afecciones crónicas tienden a aumentar con la edad, la mayoría de los adultos mayores no tienen que limitar algunas de las actividades importantes por razones de salud antes de los 85 años (Older Americans [2004]; véase la figura 4.1). Los ancianos necesitan más cuidados médicos que los jóvenes. Van al médico más a menudo, son hospitalizados con más frecuencia en

¿Por qué la salud con frecuencia se deteriora con la edad? Una explicación ampliamente aceptada es que los sistemas y órganos corporales se deterioran, por lo que se vuelven más susceptibles a problemas. Es cierto que los tejidos y estructuras del cuerpo tienden a volverse menos elásticos y eficientes, y algunos cambios normales pueden anunciar disfunciones o trastornos más serios. Pero tales cambios no son inevitables o universales. Diferencias individuales (algunas de ellas relacionadas con factores socioeconómicos, raciales y étnicos) arrojan dudas sobre la creencia popular acerca de la existencia de un vínculo entre el envejecimiento y la enfermedad.

Conforme los “ancianos jóvenes” se vuelven más numerosos, cada vez se hace más evidente que la salud es una cuestión que no sólo implica edad sino también genes, estilo de vida y (en cierta medida) suerte.

Los cambios fisiológicos en la adultez tardía son enormemente variables; muchos de los deterioros comúnmente asociados con el envejecimiento podrían ser efectos de las enfermedades en lugar de las causas.

Algunos sistemas corporales se deterioran más rápidamente que otros (véase la figura 4.2 en la p. 116). El sistema digestivo, incluido el hígado y la vesícula biliar, permanecen relativamente eficientes. Entre los cambios más serios están aquellos que afectan al corazón. Su ritmo tiende a volverse más lento y más irregular; alrededor del corazón se pueden acumular depósitos de grasa e interferir con su funcionamiento. La presión sanguínea con frecuencia se eleva (Rowe y Kahn, 1998).

El enfoque de desarrollo del ciclo de vida (Baltes, 1987) arroja nueva luz sobre por qué los adultos envejecen de manera tan diferente.

El enfoque del ciclo de la vida sugiere que las ganancias en algunas áreas pueden compensar las pérdidas en otras.

Finalmente, la perspectiva del ciclo de la vida enfatiza la historia y el contexto, lo que recuerda que factores culturales como dieta y nutrición, sanidad, contaminantes ambientales, conocimiento científico, desarrollo económico e incluso las creencias religiosas ayudan a determinar patrones de salud y enfermedad, vida y muerte (veáse el recuadro 4.2 en la p. 118). Los hallazgos longitudinales más recientes acerca del funcionamiento orgánico sugieren que los estilos de vida más saludables de hoy permitirán que cada vez más personas mantengan un alto nivel de funcionamiento físico hasta bien entrada su vejez.

LA TRANSICIÓN A LA VIDA ADULTA

¿Cómo te conviertes en aduto?

En general el comienzo de la vida adulta coincide aprox. Con la consecución de la independencia económica y emocional de la familia. Por lo tanto las manifestaciones más comunes de independencia son encontrar los medios de respaldo económico y establecer un nuevo hogar.

Una de las consecuencias de las sociedades actuales, complejas y tecnológicas, ha sido una prolongación del tránsito al mundo adulto. En la actualidad la mayoría de nosotr5os tiene que pasar cada vez más tiempo aprendiendo las destrezas, las “cosas solemnes”, que es probable que nos hagan falta más tarde.

En la actualidad crecer no siempre entraña una prolongación de la adolescencia, el período que muchos llaman juventud. Muchos ingresan a la fuerza de trabajo desde la adolescencia y de éstos muchos serán adultos en todos los aspectos significativos mucho antes que otros de la misma edad.

DESARROLLO FÍSICO, NUTRICIÓN Y SALUD.

La etapa adulta inicial es, potencialmente, la cumbre de nuestro desarrollo físico en cuanto a velocidad, fuerza, coordinación y resistencia, así como en términos de salud en general. Si nos mantenemos activos y en buena condición durante nuestros años veinte y comienzos de los treinta, podemos cargar más peso, correr más rápido, caminar más distancia, lanzar más lejos, trepar más alto y nadar más hondo que en cualquier otra época de nuestra vida. Lo más probable es que nuestro período de rendimiento físico máximo se encuentre en algún punto entre la mitad de nuestros veinte y la mitad de nuestros treinta. Según estudios de Lehman (1953) es en los veinte las edades que tengamos logros en diversos campos y que comienzos de los treinta son los períodos de mayores logros en los deportes que exigen fuerza, vigor y coordinación.

Según Ward (1994) el ejercicio no tiene que ser vigoroso ni difícil para mantener la condición física y la flexibilidad y que basta con el ejercicio moderado, siempre y cuando se haga en tres o cuatro sesiones semanales de 30 minutos. No obstante, las pruebas también indican que muchos jóvenes no se ejercitan y por tanto, muestran poca condición f´sica. Pierce y colaboradores (1992) quienes evaluaron a universitarios hombres y mujeres informan niveles relativamente bajos de buena condición cardiovascular y de indicios de falta de actividad física.

El ritmo de desarrollo normal de la fuerza física ve una declinación muy gradual luego de los años óptimos, esta mengua no es particularmente notable hasta los cuarenta, y es más evidente en la fuerza de la espalda y las piernas.

Además de una pérdida gradual de fuerza luego del punto máximo al comienzo de la edad adulta, hay una pérdida más notable de vigor, por lo regular debida

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