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La violencia Escolar


Enviado por   •  13 de Agosto de 2015  •  Tesinas  •  21.856 Palabras (88 Páginas)  •  87 Visitas

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 3               MARCO TEÓRICO

  1. ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL JOVEN Y ADOLESCENTE

La clave para comprender al joven es partiendo del mundo mismo donde está ubicado. Únicamente desentrañando estos ambientes y el contexto psicológico y social que los envuelve es como podremos dar un juicio de valor aproximado, sobre su psicología y su escala de valores.

Al iniciar y en base a las dos grandes coordenadas sobre las que descansa su juventud, su relación consigo mismo y de cara al mundo en que vive, intentaremos dar una definición caracterológica del joven paraguayo.

Partiendo del enfoque psicológico de sus actitudes y teniendo como base de referencia los hechos y las causas que las provocan, trataremos de presentar un análisis detallado de su mundo interior y de los ambientes externos que lo condicionan y lo definen.

Sin pretender hacer un estudio sobre las actitudes, se puede sin embargo dejar algunas indicaciones que pueden ayudar —como cuadro de referencias— a comprender este aspecto del fenómeno-juventud. En el fondo no se trata de una toma de postura de los jóvenes, novedosa y cambiante como la moda, sino de fuerzas interiores que determinan una manera especial de ver los acontecimientos y personas y de valorarlos. Es un aspecto importante del estudio de la personalidad, en el que intervienen tanto factores personales como influencias externas.

  1. Actitud latente y actitud actualizada. Tal vez unas palabras sobre estos dos aspectos de las actitudes pueden dar luz para comprender mejor lo que en el fondo encierra una actitud.

El individuo que da actualmente su opinión sobre una cuestión imprevista (un acontecimiento, una información que recibe, un hecho que constate), está anteriormente orientado por una manera personal y general de recibir el conocimiento, de entender, de ver; diríamos por una actitud latente que capte el objeto actual, se apodera de él y se manifiesta entonces bajo la forma de una opinión (de actitud actualizada).

“Cuando, pues, nosotros hablamos de actitudes nos es tamos refiriendo a la actitud latente. Es decir, una pre-percepción, una pre-acción, prejuicio. A la predisposición más constante y general para juzgar y para actuar en una determinada forma con relación a un tipo de cuestiones, de situaciones o de seres”[1].

Se podría añadir que la expresión de una actitud latente puede asimismo constituir una declaración de intención, una toma de posición de principios, y una afirmación preliminar, un preámbulo a toda opinión futura. Esto ya indica que la actitud entraña un modo de ser muy definido de la personalidad. Sin pensar por ello, que se trata de una fuerza irreducible o inmodificable.

Toda actitud latente corresponde a un cierto tipo de estímulos, y a un cierto tipo de reacción ante ese estímulo. Podríamos —utilizando un término escolástico— decir que es una manera de ser “virtual” del individuo, puesto que no es provocado por la ocasión que le permite actualizarse. En este estado latente, la actitud prefigura una “forma” de reacción general. En tal manera que se puede afirmar que la percepción al nivel más inmediato, viene ya deformada por la actitud.

  1. Algunos rasgos de las actitudes. Digamos ahora alguna palabra sobre ciertos rasgos o características que hay que tener en cuenta en el estudio de las mismas. Ello ayudará a comprender mejor —desde un punto de vista psicológico, no sociológico— las actitudes que los jóvenes toman ante problemas, personajes y acontecimientos actuales.

Tomadas de Gordom Allport, en su libro “La Personalidad” —dispersas aquí y allá— podríamos reunirlas y resumirlas en los siguientes apartados[2]:

  1. Conviene distinguir entre actitudes públicas o institucionales y actitudes privadas. Y que muchas personas tienen actitudes contradictorias simultáneamente. “La actitud pública y la privada difieren con frecuencia, pero tiene el individuo en realidad ambas actitudes. Depende de la situación en la que se identifique con una o con otra en un momento determinado”. Eso es más notorio en la adolescencia y en la juventud actual.
  2. No es fácil al sicólogo predecir cómo se comportará un individuo cuando se halle ante situaciones nuevas e inesperadas. “Las variadas circunstancias de la vida originan combinaciones que no habían existido nunca en la experiencia del individuo.
  3. Ante situaciones nuevas y extrañas, la mayoría de los adultos guarda silencio, reserva, apartamiento. Los niños y los adolescentes son más “situacionales” que los adultos. Entran más fácilmente en la situación inmediata, como si estuvieran vacíos de “personalidad interior”. Por otro lado, la mayor parte de las personas tienen a menudo una gran intervención en la creación de la situación a la que responden: dato valioso para la comprensión de nuestra juventud.
  4. Una actitud se refiere siempre a un objeto: se tiene una actitud ante el padre, ante el comunismo, ante las visitas lunares. En cambio una característica de la personalidad se manifiesta ante múltiples objetos: se puede ser conformista, tímido, expansivo o dominante en muchas situaciones.
  5. Las actitudes son por lo general en favor o en contra, favorables o desfavorables, de buena disposición o mala disposición. Aproximan o alejan del objeto.
  6. Este atributo de aproximación o apartamiento da un matiz definitivamente motor al concepto de actitud. Conlleva una disposición a la acción. Dato clave para diferenciar una actitud juvenil de los valores que aceptan y que los empujan en muchas ocasiones a tener determinada actitud. Como diremos más adelante, las actitudes se ven afectadas por múltiples influencias, entre ellas muy especialmente las motivaciones y los valores.
  7. No conviene olvidar también que el adolescente adopta estilos expresivos por imitación. Su interés sicológico radica en el deseo que siente de poseer las capacidades o habilidades básicas del modelo que lo atrae. Al no poder lograrlo, por ser demasiado joven o por no tener las posibilidades intelectuales o materiales para alcanzarlo, se decide a adquirir la expresión exterior de estos atributos. Piénsese en la imitación de artistas, pelo largo, barba, etc.
  8. Por último tengamos presente que también el lenguaje de los gestos habla de actitudes. Y es notable su incidencia en las expresiones de nuestra juventud.

  1. Factores que intervienen en las actitudes. Todo lo que orienta a priori la percepción, el juicio o el comportamiento —1o hemos indicado ya—, es factor de actitud latente, y al mismo tiempo factor de opinión.

Explorada las posibles raíces de la misma, pueden llevarnos a vislumbrar una interpretación de las actitudes-hoy de los jóvenes, hagamos un intento por señalar algunos elementos del siquismo humano y que en realidad son reactivados principalmente por el contexto sociológico en que se mueve la gran masa juvenil.

Seguimos a André Tange en su controvertida cuanto interesante obra “La Iglesia y la Contestación”, donde estudia esta última a través de un enfoque sobre la revolución estudiantil francesa de mayo de 1968. No es que aceptemos como explicación cuanto dice. Pero desde el punto de vista sicológico nos parecen válidas sus interpretaciones como pista estudiosa para la comprensión del conflicto estudiantil. Sin dar soluciones definitivas, es una base interesante para cuantos se preocupan de la juventud y sus actitudes[3].

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