La ética en el campo profesional de la psicología: una encuesta

Bloque 14 intervención psicológica [pic 1]

Profesor: dra. violeta cristina padilla

Alumna: MÓNICA VICTORIA BERNI CHÁVEZ

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LA ÉTICA EN EL CAMPO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGÍA: UNA ENCUESTA

La encuesta realizada en el 2016, en la ciudad de Puebla; muestra la gran incertidumbre con la que trabajan los profesionistas de la salud mental, en los diferentes campos en que se llevan a cabo las prácticas psicológicas; puede pensarse que, por conocer y trabajar en esta área, el profesional se conduce con toda corrección y bajo los más altos niveles de ética y moralidad, pero esa no es la realidad.

En el estudio elaborado por Montes Sosa (2016), se observa una gran cantidad de conflictos éticos, amenazas, incompetencia profesional, hostigamiento sexual, plagio y lo que me parece más grave personas que se ostentan como profesionales sin serlo. Y también se observa que grandes valores fueron señalados, como lo son la responsabilidad, la honestidad, la capacidad personal y la confidencialidad; como parte importante en la formación del psicólogo.  

Y la normativa legal y ética a la que este segmento de la salud mental está regido. La necesidad de estar incorporados a un colegio de especialistas que apoyará y regulará en los posibles conflictos que se puedan tener durante la practica.

Y los resultados son altamente realistas, creo que no solo ocurre en la ciudad de Puebla, sino en todo el país.

• Psicología, una carrera que está tomando un gran impulso; considero que después de la pandemia de 2020, se le está dando mayor importancia a la salud mental, por lo que está en un momento de máximo crecimiento en nuestro país; y es en este panorama que nos encontramos con la falta de formación profesional de los terapeutas, el tomar un curso exprés y después dar apoyo emocional, no es estar preparados para dar psicoterapia, solo los prepara para dar acompañamiento.  Falta de conocimiento del código ético, hace que se incurran en situaciones riesgosas tanto para el usuario como para el profesional. El conocerlo y ponerlo en práctica da la tranquilidad de estar actuando conforme a la ley y al derecho del otro.
•  El no llevar un trabajo de terapia personal e intentar dárselo a alguien más, es de las situaciones que a mi parecer se llevan a cabo con mayor frecuencia. Y es que reconozco que no se puede ofrecer lo que no se tiene, reconozco la importancia de un trabajo personal para conocer los propios introyectos y juicios. Que nos llevan a tratar al usuario de acuerdo con nuestras propias limitaciones. La importancia de tener una supervisión adecuada, la cual no se deje llevar por lo que puede ser conveniente para las instituciones o para el beneficio propio. Reconozco la importancia de saber lo que cuestan los cambios de conducta y así poderlos proponer a los demás. Como decía Gandhi “si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo”. Por lo que no se puede pedir a los demás lo que nosotros no hemos intentado hacer.
• El pensar en que la psicología es el medio exacto para manipular al usuario y así obtener un beneficio económico, es otro de los problemas; cuando se piensa primero en dinero y no el bienestar del otro o cuando se accede a dar un diagnóstico para beneficio de un tercero; es de las mayores fallas de moralidad que me puedo imaginar, no comparto esa idea de poder obtener un beneficio de ningún tipo. Creo en una retribución económica que sea justa y que sea el resultado de una labor profesional y pienso que es responsabilidad de todos los psicólogos apoyar para que esta profesión deje de ser tan elitista, pues en muchas ocasiones y para una gran proporción de la población no es fácil pagar por el servicio de terapia semanalmente una suma que les ocasionaría dejar de tener las cosas a básicas de la casa. Por lo que considero que todos los profesionistas deberían de tener un proyecto que ayude a las comunidades menos favorecidas económicamente hablando o llevar un caso sin costo alguno.
• La confidencialidad y respeto es otro punto delicado. Cuando se piensa que no son importantes y se llega a vulnerar una persona, no nos damos cuenta de que se está poniendo en riesgo a una familia entera, toda una historia está en riesgo por la indiscreción, por un momento de gloria o de importancia ante los demás. O cuando olvidamos la gran responsabilidad que tenemos de informar de un delito o de avisar cuando una vida está en riesgo; con el justificante de que “a mí no pagan por eso”. Estamos faltando a nuestra propia moralidad, no somos leales con los principios próvida. El respeto que se merecen los demás, y en este caso los usuarios que se encuentran vulnerables; debe de ser del nivel más alto que podamos conocer y poder dar y si se piensa que no es necesario, creo que debería de cambiarse de carrera, pues no debemos de olvidar que, en esta profesión, tenemos la salud mental en nuestras manos y que de ello depende el bienestar personal o familiar de los individuos.
• Y en esta época tan falta de valores, los psicólogos nunca deben olvidar los que son prioritarios para su práctica profesional. El compromiso con el usuario, el respeto, la empatía y sobre todo la honestidad; considero que son los valores que nos deben regir en cada consulta, seguirlos fielmente, como un estilo de vida, como un compromiso real con la profesión que hemos escogido y para la cual nos estamos preparado.

Y no es que se actúe con el temor de ser reprendido continuamente, sino que se actúe de la mejor manera y la que pueda llevar al usuario a una mejor terapia. La oportunidad de trabajar en lo que nos apasiona nos da la oportunidad de crecer y desarrollarnos cada día con la convicción de no dañar a los demás, de no abusar de la postura que se tiene.

Si llevamos a cabo la frase de Husserl “no solo para mí, sino para los otros, para la sociedad” nuestro proceder estaría lleno de humanidad, de consciencia, de honorabilidad y sobre todo de satisfacción personal.

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