Las Adiciones...un Goce Actual
Miasolomia14 de Diciembre de 2014
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". . .el asunto de qué es para los muchachos hacer el amor con las muchachas, marcando que no pensarían en ello sin el despertar de sus sueños.
Remarcable por ser puesto en escena como tal: o sea para demostrarse ahí como no siendo satisfactorio para todos, hasta confesar que si eso se malogra, es para cada uno."
J. Lacan, “El despertar de la primavera” (pág. 109)
Comenzaré utilizando esta cita de Lacan como pre- texto para decir que la ADOLESCENCIA es el período de una búsqueda ética que intenta volver a situar el lugar del Padre, a la vez que ubicar la pasión, la exaltación del amor y el encuentro con el objeto del deseo. El adolescente se confronta y confronta al Otro a situar las paradojas del goce, el amor, el vaivén entre la pasión y el deber, entre el vacío (de sentido) y la angustia, entre la creación y la belleza, entre la muerte y la perfección.
La adolescencia es la puesta en cuestión de la imagen del cuerpo, cuerpo que el lenguaje ha constituido y en el que continuará inscribiendo marcas para definir a partir del acto inaugural desde el cual se engendra la subjetividad, una posición sexuada para cada sujeto. " Solo con la vestimenta de la imagen de si que viene a envolver al objeto causa del deseo, suele sostener la relación con el otro... la afinidad del objeto “a”, con su envoltura es una de las articulaciones principales propuestas por el psicoanálisis” (1). El cuerpo pasa a ser a partir de la metamorfosis de la pubertad, el escenario donde la imagen, los vestidos, las marcas, no dejan de considerar el enigma del deseo para cada uno.
Entonces, el eje central de este trabajo tiene que ver con la pubertad y el paso a la adolescencia que se presenta como un momento traumático, ineludible en la vida de un sujeto. Donde los cambios anatómicos, psicológicos y sociales que van afectando al joven serán el punto de partida y la guía de esta articulación, haciendo hincapié en el enigmático, controversial, pero nunca exhaustivo tema…el amor.
(1) Lacan Jacques, Seminario 20, Aun, 1972- 1973. Ed. Paidós. Bs. As.
También para desarrollar este trabajo surgió en mí, la cuestión de cómo articular los temas a tratar, que son muy amplios y recaen sobre ellos, diferentes perspectivas teóricas. No es mi intención de que esto se transforme en una enumeración de características, signos y cambios del sujeto púber-adolescente, sino más bien una presentación activa y reflexiva de dicho tema abordado desde el psicoanálisis y más precisamente desde la mirada lacaniana.
Para abordar psicoanalíticamente "los fenómenos ligados a la adolescencia” hay que situar la idea temporalmente, hay que situar la noción de trayecto, no sólo de una infancia a una supuesta adultez, sino de trayecto donde el pasaje de lo familiar a lo social (salida exogámica) implica la diferencia entre generación y novela familiar, es decir la crisis del mito individual en su función, o en su valor de verdad, como un velo para cubrir la imposibilidad lógica de la existencia de relación sexual como ficción para mitigar lo que Lacan a comentado en el prefacio El Despertar de la Primavera de 1974, “lo que Freud llamó sexualidad, más que hacer sentido, hace agujero en lo real”. (2). Es decir, para soportar la castración, el no- todo, quitar el velo y lo que se muestra es el sexo y que nada se puede hacer porque en el inconsciente no hay nada que diga del sexo… y si no hay nada habrá grandes preguntas, un gran agujero, que se intentará llenar con lo que sea, con algo de sentido para calmar la angustia. Lo insoportable del sin sentido, del vacío que pone al sujeto en un lugar de pérdida y de pérdida del camino, recordemos a Lacan cuando define a la angustia como el afecto de que lo real está presente, y que la angustia es un afecto que deja al sujeto acéfalo.
Desde el momento que el cuerpo humano empieza a cambiar hacia la madurez biológica empieza “la sexualidad”, es el momento donde el sujeto entra a la dimensión erótica. Un sujeto que estará anatómicamente listo para la reproducción, sin embargo en este encuentro con lo real del sexo es tomado por sorpresa y no sabe cómo y allí es donde pregunta al Otro, a un tercero que lo diga.
Siguiendo con esta línea podemos decir que hay modificaciones en el cuerpo del sujeto, la metamorfosis dice Freud, que lleva a repercusiones en el psiquismo, la imagen de cuerpo que tenía está cambiando y en el psiquismo la repercusión es en su “yo”, hay caída del Yo del sujeto y debe reconstruirlo; dice A. Aberastury en
(2) citado por: S. Cottet. “Pubertad Catástrofe”. Rev. “Láne” nº 22 (Paris). Pág. 11
“Adolescencia”: “aceptar la pérdida de la niñez significa aceptar la muerte de una parte del Yo y sus objetos para poder ubicarlos en el pasado” (3). Hay caída de las identificaciones infantiles, de lo que se ha predicado de él como niño, lleva al sujeto a la urgencia de reconstruir a partir de esa identidad de niño para buscar saberse qué es.
El sujeto se encuentra en un momento de pérdida por lo que se vive esto como duelo y allí estamos en el campo de la adolescencia como crisis. Esto lo podemos articular con casos como la pertenencia a grupos de identificación. Pertenecer a un grupo anclaría al joven recién llegado de un lugar donde los significantes que lo representaban han caído, desde un lugar de pérdida y vacío. El sujeto re-armará su Yo, con nuevas armas y municiones tomados de sus actuales modelos, para afrontar su porvenir.
Ser un “gozador”, “un ser para la muerte”, “un nada”, “un rebelde”, etc. el sujeto hace un pedido que alguien le diga qué…frente al enigma que plantea el Deseo del Otro, o sea “armar” su fantasma, su respuesta.
Esto es de alguna manera lo que se ha introducido en la pubertad como "tiempo de verificación de la estructura", tiempos lógicos que se disparan en el punto de encuentro con el otro sexuado... Si recordamos la fórmula de Lacan en su comentario de El despertar de la primavera(1974), situamos la adolescencia en el tiempo del "trau-agujero", lo sexual agujerea, trau- matiza, y el sujeto es tomado por sorpresa en su encuentro con lo sexual, se encuentra desarmado; es tiempo de la pregunta acuciante (cita con la que comencé el desarrollo de mi trabajo), "cómo es que los muchachos hacen el amor con las muchachas...", “el mal(ogro) del encuentro sexual”, lo insatisfactorio para todos, pero que "es para cada uno" (4), el decidirse a ser "Uno- entre- otros", para ubicar la cuestión de cómo incluirse entre sus semejantes pero como "uno mismo". Entonces entre esos cruces, ubicamos la cuestión central de lo que se encuentra en la problemática adolescente.
Cuando decimos que la pubertad es traumática nos referimos a que hay un mal encuentro con lo real del sexo, que deja agujeros, y no hay en el discurso del Otro algún significante que venga a decir eso que pasa, es un choque con lo real. Hay
(3) A. Aberasturi. “Adolescencia”. Ed. Kargieman. 1978. pág. 51
(4) Lacan. “El despertar de la primavera” (pág. 109), en intervenciones y texto 1. Ed. Manantial.
cambios hormonales y los órganos reproductivos externos e internos se desarrollan, hay excitación sexual, etc. que sorprenden al sujeto que nada sabe de ello, le produce un efecto de choque, de trauma, porque en su cuerpo hay la emergencia de lo real y en el psiquismo nada hay que lo diga.
Podríamos decir que se aprende el sexo cuando alguien dice que es… pero este decir es insuficiente, porque no alcanza a decir todo. Hay puntos de referencia provenientes del padre y la madre pero el sujeto tendrá que vérselas con su elección. J-A Miller en Lógicas de la Vida Amorosa, “el Otro barrado da lugar a la invención (…) el amor es un modo de dirigirse al “a” a partir del Otro del significante” (5). Vemos allí la búsqueda del armado de otro universo simbólico que le dé la posibilidad de autorizarse el goce, reconocer el deseo e inventar el amor…
Es válido aclarar que en este tiempo (primera enseñanza) Lacan no habla de sexualidad sino de lo sexual, que es la sexuación y será lo que concierne a la relación con el Otro sexo, a la relación con el Otro cuerpo en tanto sexuado. Entonces, se puede decir que la sexuación no es por supuesto la sexualidad freudiana, sino que está en relación a la posición sexuada, que se corresponde con el modo de gozar de cada sujeto y por lo tanto es siempre sintomática.
Que la adolescencia es sintomática es porque el sujeto recurre al fantasma para dar respuesta a un saber hacer con el sexo, respuestas que son parciales, singulares a la significación de la relación sexualizada con el Otro. Vemos llamados a gritos… preguntas que buscan respuestas urgentes, pedidos de respuesta que digan algo de eso que les pasa y que no puede acomodar al tiempo de la mediación del Otro, dice Serge Cottet en Pubertad Catástrofe “los amores adolescentes se presentan como dramáticos” (6). Dejó de ser un cuerpo para el Otro y ahora es hombre o mujer y no hay fórmula urgente mágica que le diga su particular manera de gozar.
El armado de fantasma sexual se alimenta del discurso familiar y se pronuncia como marco en la manera de relacionarse del sujeto con el semejante S. Cottet en Pubertad Catástrofe “subrayar el retardo de lo biológico en relación al fantasma sexual” (7), y “El encuentro torpe y misterioso con el partenaire es a
(5) J. A. Miller “Lógicas de la Vida Amorosa” 1º Conferencia. Pág. 17
(6) S. Cottet. Pubertad Catástrofe.
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