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Las características del juego como medio de desarrollo de la personalidad

vanesauhrigTrabajo22 de Julio de 2014

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JUEGO

Un rasgo importante del juego, es que en él, y quizá solo en él, el niño o el adulto están en libertad de ser creadores.

La realidad psíquica interna tiene una especia de ubicación en la mente, o en cualquier otro lugar, dentro de los límites de la personalidad del individuo, y que lo denominado realidad exterior se encuentra fuera de esos límites, en tanto que al juego y a la experiencia cultural se le puede asignar una ubicación si se emplea el concepto de espacio potencial entre la madre y el bebe.

Es preciso reconocer que la tercera zona de espacio potencial entre una y otra tiene sumo valor según las experiencias del niño, la conducta del ambiente es parte del desarrollo personal del individuo, y por lo tanto hay que incluirla.

Si el niño no sabe jugar, hay que hacer algo para que pueda lograrlo, después de lo cual comienza el momento de poder aprender.

En el juego el niño puede crear y usar toda su personalidad, y el individuo descubre su persona solo cuando se muestra creador; en el juego es posible la comunicación.

La acción de jugar es espontánea y voluntaria y esta provista de un fin en sí misma, pareciéndose, como lo sostuvo Wallon a” una exploración jubilosa y apasionada que tiende a probar la función en todas sus posibilidades”, es un instrumento de placer ,de desarrollo de potencialidades y de adquisición de conocimientos. El juego es estructurante y social, favorece la maduración y es, fundamentalmente, placer.

El origen del juego lo encontramos en la conducta instintiva pero, a diferencia de los animales el hombre cuando nace se encuentra con un medio ambiente “acuñado”, ligado a otros hombres, su entorno ya está estructurado previamente.

Bally ha insistido en el hecho de que el hombre cuando juega da estabilidad al espacio, espacio que él ha ido construyendo desde su diferenciación como ser humano .Será el juego el que posibilite determinar sus límites y ordenar con libertad el espacio, además de permitirle reasegurarse proporcionando durabilidad a su libertad..En el mundo actual caracterizado por la deshumanización y la falta de libertad, los márgenes de acción deben ser defendidos constantemente; esto puede efectivizarse por medio de la acción de jugar; el trato necesario en el juego goza de libertad dentro de los límites de los márgenes establecidos. El juego es, entonces, movimiento de libertad. Si aceptamos que la libertad es “hacerse” y no

“ser”, el juego permitirá el vencimiento de todo aquello que se le opone, convirtiéndose en mediador de un “ir hacia”.

El juego será uno de los medios a través del cual el hombre, que se determina como individuo a partir de la interacción social, se manifiesta en el mundo.

Balley considera que el juego le permite, además, al hombre, mantener su mismidad a través de los cambios y conocer la diferenciación de las cosas y sedimentar la estabilidad del espacio.

Ericsson al hablar del juego sostiene que es una función del Yo, un intento por sincronizar los procesos corporales y sociales en sí mismo. La necesidad yoica de dominar las diversas áreas de la vida, en especial aquellas en las cuales el ser humano encuentra en sí mismo, su cuerpo y su rol social incompleto. Su importancia deviene de la capacidad del Yo para encontrar recreación y autocuración en la actividad lúdica.

Para el niño el juego es un medio importante con el cual ejercita su impulso a desarrollarse, a través del ejercicio de la libertad desarrollará sus aptitudes de manera gradual y espontánea, en función al grado de complejidad que él elige.

Aquí podemos hacer una reflexión respecto de lo dañino que resulta imponer aprendizajes a los niños cuando éstos no poseen, todavía, las estructuras desarrolladas que le posibiliten acceder a ese aprendizaje.

Con nuevas experiencias y aventuras el niño pasa de lo conocido a lo no conocido o probado. La posibilidad de repetir el juego le permite consolidar las habilidades y, al hacerse más experto adquiere facilidad para improvisar, creando nuevas acciones. El juego le ayuda a encarar fines serios sin tener que enfrentar la prueba de la realidad; le permite acercarse lentamente. Como la realidad provoca en el niño gran cantidad de frustraciones, fundamentalmente debido a las muchas prohibiciones establecidas, tendrá necesidad de canalizarlas a través de la acción de jugar, también podrá encontrar sentido a una realidad que no lo posee para él, o establecer vinculaciones entre diversos hechos, en la etapa en que las nociones de causa y efecto y de tiempo y espacio todavía no han sido incorporadas.

El juego que posee la naturaleza imaginativa del sueño y las características prácticas de la realidad es un puente entre ambas.

Por medio del juego el niño observa, inventa, se realiza, aprende a ser. Partiendo de la actividad y sin saber los descubrimientos a los cuales arribará, comprenderá mejor el mundo, podrá percibir su misterio, desarrollando su capacidad creadora.

Si partimos de considerar que la niñez se caracteriza por la actividad, el juego permitirá el logro de acciones como hacer, crear, mover, probar, experimentar, etc., y todo dentro de un marco diferenciado.

El objetivo de los profesionales dedicados a la niñez es, en este mundo de constantes y vertiginosas transformaciones, desarrollar en ellos la capacidad de hacerse a sí mismos, lo que permitirá adaptarse con mayor facilidad. El juego dará oportunidad a plantearse preguntas, empezar a ver para, posteriormente, comprender aquello que no pueden descubrir por sí mismos.

Según Ericsson las características del juego evolucionan con la edad; comienzan un centralismo en el propio cuerpo, dando lugar a lo que él llamó juego auto cósmico, sería la exploración por repetición de percepciones sensoriales, sensaciones kinestésicas, v vocalizaciones, etc, para posteriormente ir incorporando en forma paulatina los objetivos y las personas de su alrededor, así estructura “su mundo de juguetes” que puede manipular. Esto se convierte en su espacio lúdico al cual recurre+ cuando “su yo necesita reparaciones”, sería el juego de la micro esfera. Y por último tenemos el juego de la macro esfera; ahórrale juego es compartido con sus pares, hasta este momento era paralelo, el niño jugaba al lado del otro.

Ha sido Piaget quien mejor ha develado el nacimiento y desarrollo del juego en relación a los procesos cognitivos. Y lo clasificó de la siguiente manera: De Ejercicio, Simbólico, De Reglas.

El juego de ejercicio implica la realización de cualquier cosa por el placer, comprende la primera etapa de vida del individuo, teniendo su máximo apogeo alrededor entre los dos y los tres años, para luego ir decreciendo, y se sustenta en las leyes del proceso biológico: todo órgano se desarrolla al funcionar.

El nacimiento de la función semiótica o simbólica que implica la posibilidad de poder representar algo, posibilita la aparición del juego simbólico que corresponde al período preescolar. Se transforma lo real por medio de gestos, movimientos, acciones en general no dadas en el campo perceptivo; es el “juego del como sí “.

Alrededor de los cinco y siete años aparece el juego de reglas que logra el máximo desarrollo entre los siete y los ocho años, permaneciendo hasta la edad adulta, los otros no desaparecen, pero tienen cada vez menos relevancia. Se inicia como imitación de los adultos, siendo el resultado de la vida social. Es la regla lo que le da ese carácter social al juego.

En cuanto a la expresión afectiva de la actividad lúdica, vemos que en el niño revela sus deseos, temores, quejas y todos los estados afectivos presentes en ese momento, todo lo que inquieta y no puede expresar de otra forma; esto sustentará el uso del juego en la situación psicodiagnóstica.

Erikson ha dicho que el actino-out del juego es la medida autocurativa más natural que aparece en la infancia; es así porque le permite, en una actividad no comprometida, resolver los conflictos. Puede ser la expresión simbólica de deseos y de actos que en realidad están prohibidos, la proyección del conflicto le permite sobreponerse a la ansiedad. Descarga sus emociones, da escape a la agresividad, a los sentimientos hostiles, al temor, a la tensión, a la vez que le da seguridad y dominio de la situación. Es una válvula de escape, es un puente entre la realidad y la imaginación. Al respecto Freíd sostuvo que el juego posibilita la elaboración de las experiencias dolorosas sufridas y no elaboradas; esas experiencias deberán ser derivadas para poderlas dominar y asimilar.

De esta forma el niño las divide en pequeñas dosis, tolerables, como una manera de incorporarlas de acuerdo a sus posibilidades internas. Esto es muy importante porque el niño advierte los cambios y la inestabilidad de las cosas y las personas de manera muy aguda, por lo cual la posibilidad de recrear en el juego tales cambios le permitirá canalizar sus angustias.

Se dijo que el juego era social, esto se ve en la forma como se establecen los contactos y se desarrollan las relaciones interpersonales en su espacio, además como entrenamiento de las futuras relaciones que partiendo de la recreación de las relaciones familiares se convierte en un ensayo para las otras actividades sociales.

El Juego Desde la Psicología Genética:

Ofrece pautas básicas para la observación de la conducta infantil, privilegiando la atención en el juego, manifestaciones observa el desarrollo de la inteligencia. El juego tres etapas (juego de ejercicio, juego simbólico, juego de reglas), que permiten conocer al niño en su actividad motriz, su vida afectiva y su desarrollo psicosocial.

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