Lenguaje De Señas Colombiano

INTRODUCCION: En el siguiente trabajo presento una opinión personal basándome en los escritos (Abre tus sentidos. Paula Andrea Mejía Holguín, 2007) y (Decálogo para una buena educación de los sordos. Carlos Sánchez, 2011), y presento mis argumentos sobre ser o no ser normal.

Para todos es bien sabido que nuestro planeta es inmenso, que hay una gran diversidad cultural social y económica que es responsable de nuestro desarrollo intelectual. El sistema nos acomoda como piezas en un mar de poderes económicos donde lo importante es ser una persona productiva poco estudiada e ignorante, sin saberlo, hemos seguido su juego con la manipulación ejercida por lo que nos han dado a entender como ser normal ¿y qué es ser normal?

Para ser normales en este contexto es necesario contar con las capacidades físicas como lo son los sentidos y con la motricidad con la que cuenta la mayor parte de los individuos, y una forma de conducta que se acomode a la cultura para no ser considerados como extraños.

Cuando alguien no cumple estos requisitos es aislada, se considera que este individuo no genera beneficios sino es una carga, esto lo hemos podido apreciar con las personas minusválidas, las personas con ausencia auditiva, ciegos, personas con síndrome de Down entre otras que son ampliamente discriminadas y el temor de muchas futuras madres, por otra parte vemos a los que se comportan diferente, la sociedad nos enseña cómo debemos de actuar ante determinada situación pero podemos ver que no todos pensamos igual, que hay gente que desafía los prejuicios sociales y defienden y pelean por sus ideas y sus derechos, podemos tomar de ejemplo la comunidad L.G.T.V.I y las minorías étnicas que no quieren dejarse llevar por la globalización.

Sin embargo ¿qué hace una persona “normal” cuando se encuentra con el que no lo es? Como producto del desarrollo económico los países aparentar ser los mejores en todos los aspectos, donde todos sus habitantes son libres, gozan de calidad de vida y se respetan sus derechos, sin embargo ¿podemos asegurar que los sordos gozan de calidad de vida? La respuesta a esta pregunta es que definitivamente no o por lo menos no en Colombia, aunque existan instituciones educativas y avances médicos, puedo afirmar que es pobre el número de profesionales capacitados para tratar con esta comunidad y más grave aún es la falta de cultura que existe en nuestro país, nos enseñan a no mirarlos para que no se sientan mal, ¿pero acaso ser ignorado se siente mejor?

Como dijo Paula Andrea Mejía Holguín en su texto abre los sentidos “La normalidad se ha dedicado a alejarnos en vez de acercarnos, las diferentes capacidades deberían complementarse en lugar de limitarse.” Esto nos da a entender lo importante de no ser iguales, de respetar nuestras diferencias y explotar todo el potencial que desarrolla no ser igual, podría mostrarles muchos ejemplos de casos de personas que se enfrentaron contra la normalidad y hoy en días los admiramos por su valor.

Sabemos que nacemos casi en cero, nuestro desarrollo intelectual y nuestra comunicación entre otras depende de la formación que recibamos en nuestros primeros años de vida que a medida que crecemos se va fortaleciendo nuestro lenguaje y formamos nuestra personalidad a base de experiencias y conocimientos adquiridos, pero que pasa con los sordos. Sabemos que las personas con deficiencias auditivas son seres humanos, con sentimientos y razonamiento respectivos a la especie y por tanto también desde su nacimiento necesitan ser educados y aquí yace un problema, dado que nuestro lenguaje está construido a base de sonido. Es curioso cuando un bebe esta recién nacido, ¿cómo tratamos de comunicar? La respuesta es como sea y recurrimos a nuestra expresión corporal para mostrar sentimientos como felicidad, tristeza, ira, pero dejamos gran parte de esto atrás con el dominio del habla. Un

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