Licenciatura En Psicología

UNIDAD III

FRANZ JOSEPH GALL Y EL ANTECEDENTE DE LA FRENOLOGÍA.

A finales del siglo XVIII Franz Joseph Gall fundó su "doctrina craneal" o "frenología". El médico vienés despertó con ella tal revuelo, que su teoría fue prohibida en Austria y Alemania.

Frenología se origina de palabras griegas “Fren y Logos” que significan “Mente y Conocimiento”. Es la ciencia oculta que pretende llegar a conocer la personalidad de alguien partiendo de la forma, protuberancias y huecos del cráneo A esas zonas Gall las consideraba ''órganos''.

Su empeño por comprender las bases materiales de la mente, a través de esa compartimentación topográfica del cerebro en qué consistía su ''organología'', carecía de fundamento. Pese a ese carácter especulativo, puso en marcha toda una serie de esfuerzos por ''localizar'' las funciones corticales, una línea de trabajo que ha persistido a lo largo del siglo xx.

LOCALIZACIONES CEREBRALES SEGÚN GALL.

INDICA QUE:

• Las causas de la criminalidad están en la forma del cráneo. El Dr. Gall visito las cárceles donde evidentemente los condenados tenían deformaciones craneanas.

• Dibuja un mapa cerebral donde establece 38 zonas. En algunas de estas zonas esta la causa de la criminalidad.

• Establece tipos y subtipos de cráneos.

• Dice que el subdesarrollo intelectual es causa del delito.

AFIRMA QUE:

• En la parte frontal del cerebro está la rudeza.

• En la parte parietal están los sentidos.

• En la parte temporal están las cualidades intelectuales.

ELOGIO Y CRÍTICA DE LA FRENOLOGÍA

Dos proposiciones fundamentales constituyen toda la doctrina de Gall: la primera que la inteligencia reside exclusivamente en el cerebro; y la segunda que cada facultad particular de la inteligencia tiene en este un órgano propio. En vez de hacer nosotros algunas reflexiones de nuestra cosecha sobre este sistema traslado a continuación lo que el sabio P. Perrone dice:

«La frenología se puede definir como la doctrina de la multiplicidad de los órganos cerebrales y de la colocación o asiento de las facultades intelectuales y morales. Es indudable que ha servido y sirve todavía para fomentar las doctrinas fisiológicas materialistas, supuesto que hace anejas las mismas funciones multíplices de la inteligencia a otros tantos diversos órganos, al modo que están ligadas con ellos las funciones de la sensación. Así sea lo que quiera de la intención del Dr. Gall, principal fundador de esta doctrina, que se esforzó a purgarse de las notas de materialismo y fatalismo, después de las excelentes obras publicadas muy recientemente acerca de la frenología parece que pueden inferirse las verdades siguientes:

1ª que aun admitidos muchos de los hechos en que estriba la frenología no existe como ciencia:

2ª que los naturalistas más aventajados de nuestra edad no la han estimado en nada:

3ª que se opone a los verdaderos principios de fisiología, y se destruye por las mismas observaciones patológicas:

4ª que es necia la presunción de los frenólogos en tanto que pretenden poder construir con tal sistema la verdadera ciencia de la naturaleza humana, crear una nueva ética y mejorar la institución y orden de la sociedad humana:

5ª que su tendencia fácilmente es fatalista y materialista siendo tan propensa a confundir la pasividad orgánica con la actividad intelectual y moral del hombre:

6ª finalmente que si se ha de juzgar de un árbol por sus frutos, es de todo punto evidente que se ha hecho enteramente materialista en manos de los modernos frenólogos, los cuales la miran como una demostración científica de la materialidad del alma.

Siendo esto así, aunque no quisiera que el teólogo deseche nada que sea verdaderamente científico, o que pueda contribuir de cualquier modo a la utilidad de las ciencias naturales; aunque desee vehementemente que se admitan de buen grado los hechos de la observación y la experiencia cuando son ciertos y constantes; no obstante me inclino al juicio de los escritores más sanos, que convienen en tachar como falso y pernicioso el sistema frenológico considerado.

«La frenología..., como sistema psicológico es un pensamiento contradictorio, y como teoría anatómico-fisiológica una hipótesis completamente falta de pruebas... Es particularmente notable que ninguno de los zoólogos franceses de este siglo, que con tanta profundidad han estudiado la organización de los seres vivientes y la sublime fisiología, haya tratado de aquella.

LA FIGURA PREPULSORA DE MESMER

El término Mesmerismo procede del nombre del fundador de éste movimiento, Franz Anton Mesmer (1734-1815), un médico vienés que atribuyó el origen de numerosas enfermedades orgánicas a un fluido impalpable que atravesaba el universo entero.

Mesmer creyó que ese fluido era vital para la actividad nerviosa del cuerpo y que los médicos podían curar muchas enfermedades manipulando el fluido en el cuerpo del paciente. Comenzó a utiliza imanes para apartar el fluido de la áreas aquejadas, pero pronto decidió que el fluido era susceptible realmente al magnetismo animal y no al mineral. Mesmer ideó una terapia complicada y extravagante para sus pacientes; que implicaba, entre otras cosas, todas las partes enfermas del cuerpo con sus manos o con una barita mágica; tubos de aguas con varillas de hierros centradas en los síntomas del pacientes, y una “habitación de crisis” acolchada en la cual Mesmer efectuaba sus curas en una especie de transe. Se especializo en lo que ahora llamamos “enfermedades funcionales”, aquellas que tienen un origen puramente psicológico.

Aunque en aquel momento se sugirió que algunas de las curas fueron el resultado de la sugestibilidad del paciente, Mesmer se resistió firmemente a aceptar tal hipótesis, insistiendo en su teoría de los fluidos animales.

Mesmer siempre intentó convencer a la clase médica, incluso cuando lo único que ello le traía no era otra cosa que el ridículo. Fue al mismo tiempo un mago y un pionero de psicología anormal.

ANÁLISIS DEL MESMERISMO.

El Mesmerismo no tenía ningún elemento nuevo. La cura de enfermedades aparentemente físicas

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