Lietaer, G. (1997)- Autenticidad, congruencia y transparencia.
Enviado por Daniel Rodríguez • 23 de Noviembre de 2015 • Trabajos • 1.930 Palabras (8 Páginas) • 917 Visitas
Lietaer, G. (1997).
Autenticidad, congruencia y transparencia.
MACR, 25-45.
En esta primera lectura, Lietaer nos habla sobre las definiciones de 3 conceptos: la autenticidad, congruencia y la transparencia. En la lectura revisamos como estos tres aspectos se relacionan íntimamente con el enfoque centrado en la persona, y de cómo el terapeuta puede utilizarlos para lograr una relación interpersonal profunda con el cliente.
Ahora enunciaré los fragmentos de la lectura que me parecieron más relevantes por su contenido:
La autenticidad en terapia significa que el terapeuta es su self actual durante su encuentro con el cliente. Sin fachadas, abiertamente tiene los sentimientos y las actitudes que le fluyen en el momento. Esto implica darse cuenta de une mismo; o sea, los sentimientos del terapeuta le son accesibles -a su conciencia- y es capaz de vivirlos, experimentarlos en la relación, y comunicarlos si persisten.
Él es él mismo, sin negarse a sí mismo.
Esta definición implica claramente que la genuinidad tiene dos caras: una interna y otra externa. La cara interna hace referencia a la congruencia. La cara externa, por otro lado, hace referencia a la transparencia
Rogers gradualmente llegó a considerar la congruencia del terapeuta como un factor crucial en el establecimiento de la confianza.
He llegado a comprender que ganar la confianza del otro no exige una rígida estabilidad, sino que supone, ser sincero y auténtico. He escogido el término "coherente" para describir la manera de ser que me gustaría lograr.
Creo que el elemento más importante es la realidad del terapeuta en la relación.
la persona que es capaz de ser el mismo abiertamente en el momento, como lo es en los niveles más profundos de que es capaz, es un terapeuta eficaz.
La congruencia requiere, que el terapeuta sea un individuo bien desarrollado e integrado psicológicamente, suficientemente "completo" (o "curado") y en contacto consigo
La congruencia es correlativa a la aceptación: no puede darse una apertura a la experiencia del cliente si no la hay para la propia experiencia. Y sin apertura tampoco puede haber empatía. En este sentido, la congruencia es el "límite superior" de la capacidad de empatía
Un alto nivel de congruencia ciertamente garantiza un gusto personal por la comunicación de la empatía de forma que el cliente no lo experimenta como una aplicación rígida de la técnica.
La empatía profunda siempre significa "escuchar con el tercer oído" en el que es importante un contacto regresivo con los niveles más profundos de los sentimientos propios y la habilidad para poder imaginar lo que se sentiría en una situación parecida.
La transparencia como la capa más externa de la autenticidad: la comunicación explícita por parte del terapeuta de sus propias experiencias. Nuestro cliente llega a conocernos a través de lo que hacemos y no hacemos, sea verbal o no verbal. nunca podemos funcionar a modo de pantalla en blanco. Cada terapeuta evoca diferentes sentimientos en su cliente y este hecho es quizás un elemento importante en el éxito o el fracaso de una terapia, un elemento que va más allá de los métodos e intervenciones concretas.
Que el que el terapeuta siga a su diente desde dentro del marco de referencia del propio cliente es una característica fundamental propia de la identidad de la terapia centrada-en-el-cliente. Entre 1955 y 1962 este principio se hizo más flexible. La terapia centrada en el cliente evolucionó de la "no directividad" a lo "experiencial" y esto posibilitó que el terapeuta pudiera introducir en el contexto terapéutico algo de su propio marco de referencia, mientras siguiera volviendo al camino experiencial del cliente
Mancillas, C. (1999).
Congruencia, rostro del sí mismo
La maestra Mancillas profundiza en la lectura la importancia, necesidad y aplicación de la congruencia dentro de la relación terapéutica basada en el enfoque centrado en la persona, todo con base a los postulados de Rogers.
Define a la congruencia afirmando que cualquier sentimiento o actitud que experimentamos debe relacionarse con nuestra conciencia, y que en esta situación nos convertimos en personas unificadas e integradas en todo momento.
Ahora enunciaré los fragmentos de la lectura que me parecieron más relevantes por su contenido:
Carl Rogers ha propuesto un proceso diferente a la evolución de este vocablo, el proceso de convertirse en persona implica dejar de ser actor, rol o máscara para ser esencialmente uno mismo, es decir, congruente.
La idea de la congruencia, como un factor necesario en la relación terapéutica, emergió en el pensamiento rogeriano a partir de la primera publicación de su libro: Psicoterapia centrada en el cliente en 1951.
Menciona la congruencia como una actitud del psicoterapeuta, junto con el aprecio positivo incondicional y la empatía. El concepto de congruencia puede equipararse al de "autenticidad", "no tener fachadas" o "sinceridad con uno mismo", y requiere ser analizado desde varias perspectivas.
Rogers (1986a, p. 90) menciona:
He utilizado el término congruente para describir... cualquier sentimiento (o) actitud que experimento debería relacionarse con mi conciencia de esa (actitud). Cuando todo esto es verdad, soy una persona unificada e integrada en (todo) momento y por tanto puedo ser cualquier cosa que profundamente (soy).
Considera que:
- La conciencia que se tiene de uno mismo, de los aspectos positivos y negativos, esto es, el autoconocimiento, y
- La aceptación de esas simbolizaciones, que forman el autoconocimiento lo que permite una madurez e integridad psicológica.
Ser congruente involucra una sintonía entre las partes que componen a la persona en su totalidad; entre sus sentimientos, pensamientos, […] puestas verbales y no verbales, entre el mí mismo y el mí mismo ideal, entre el mí mismo y el mundo externo.
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