Los niños y el duelo

LOS NIÑOS Y EL DUELO

     El duelo es la respuesta natural del ser humano a la muerte de un ser querido. Es la relación con la persona que ya no está con nosotros.

     El duelo es un proceso complejo. No es un solo sentimiento o una sola vivencia. Es una mezcla y un remolino de varios sentimientos, ideas y sensaciones de una manera que suele confundir a los niños (y los adultos).

     El duelo no es solo estar tristes porque extrañamos a alguien. Es tener que reorganizar su vida completa.

Del duelo surgen preguntas:

• ¿Quién soy ahora?
• ¿Cuál es mi lugar? ¿Quién más se va a morir? ¿Quién se va a ocupar de mí? ¿Qué significa la vida ahora?
• ¿Qué significa mi vida ahora?

El duelo es sentirse fuera de control.

El duelo es amor, y no querer tener que despedirnos nunca.

EL REGRESO DE UN COMPAÑERO DE CLASE QUE ESTÁ DE DUELO

• Hablar sobre el duelo en el aula:

     Una vez que la escuela contacte a la familia y reciba permiso para hablar sobre la muerte con la clase, los profesores pueden hablar con sus alumnos sobre la manera en que el duelo nos afecta.

• Las dificultades que pudieran enfrentar los alumnos:

     Hablar sobre lo difícil que quizás sea para su compañero de clase regresar a la escuela y cómo podría sentirse el alumno. Muchos alumnos que están de duelo dicen que prefieren que los traten de la misma manera que les trataban antes. En general, prefieren que la gente no los trate con “demasiada amabilidad”. Aunque por lo general los alumnos dicen que no quieren ser el centro de atención, tampoco quieren que la gente actúe como si nada hubiera pasado.

• La clase puede tenderle la mano a un compañero de clase que está de duelo:

Los alumnos pueden contactarle y enviarle tarjetas o fotos al niño o a su familia para que sepan que la clase está pensando en ellos. Si los alumnos de la clase conocían a la persona que falleció, pueden compartir sus recuerdos de esa persona fallecida en la tarjeta.

• Ofrecer una guía a los alumnos:

Muchos niños necesitan ayuda para expresar condolencias o mensajes de simpatía. Ofrecerles una orientación a los alumnos de manera adecuada para su edad para que ayuden a su compañero de aula, puede ayudar a los alumnos a decidir lo que deben decir.

RECOMENDACIONES CUANDO TENEMOS UN ALUMNO QUE ESTÁ EN DUELO

• Una manera sencilla y discreta de contribuir a que el niño se sienta seguro y a la vez cerca de su ser querido es permitirle que ande con un foto de su ser querido durante el horario de clases.

• A los niños más pequeños también les puede ayudar llevar un peluche o “amorcito” que los tranquilice cuando estén pasando por un momento difícil.

• Permitir llamadas telefónicas, los niños que están de duelo a menudo se preocupan y temen de que algo espantoso le vaya a pasar a los familiares sobrevivientes.

• El niño que está de duelo podría necesitar apoyo adicional durante el día, cuando se siente abrumado por el dolor. Se puede nombrar a una persona con la que el niño se identifique para que sirva de apoyo al niño. Puede ser la enfermera, un docente, un compañero o alguna otra figura en la escuela.

• También se recomienda dar al niño una manera discreta de informarle al profesor que necesita salir del aula para lidiar con su pena.

• Para el alumno que está de duelo es más difícil concentrarse en las tareas que le dan. Por ende se recomienda extender las fechas tope de los trabajos y proyectos.

• Darle al alumno más tiempo para las pruebas o dejarle hacer las pruebas en un área tranquila podría ser muy adecuado.

• Respetar las fechas especiales del niño, ya que lo que solían ser días especiales (días festivos, cumpleaños, aniversarios) ahora pueden ser días especialmente desagradables. El niño puede estar aislado por sentimientos encontrados por recuerdos.

• Para el niño es importante saber que su profesor está dispuesto a escuchar su dolor y sus sentimientos, así como los buenos tiempos.

• Emplear el contacto físico cuando se hable con los niños y niñas; esto va a darles confianza.

• En el aula actuaremos con paciencia, dando tiempo a los niños y a las niñas, siempre abiertos a lo que puedan manifestar y dispuestos a dar respuesta a todas las preguntas que puedan surgir.

• Evitar frases del estilo de “los niños no lloran”, “ya eres mayor”, “tienes que ser valiente”, “no te pongas así”, “ahora eres tú el hombre de la casa”.

• Ser paciente si el niño que esta de duelo se muestra enojado o enojada.

• Evitar frases que generen presión, por ejemplo: “A tu padre le hubiera gustado…”

• Acoger con naturalidad las emociones de los adolescentes. No censurar la manifestación de las emociones y proteger al alumnado si el dolor se transforma en ira y aparecen conductas lesivas.

• ¿Qué podemos decirles si nos preguntan por qué? ¿Por qué ha muerto?

Son preguntas difíciles de responder. No pasa nada por decirles que nosotros también nos hacemos las mismas preguntas, o que sencillamente no sabemos la respuesta. Es bueno se sepan que todos los seres tienen que morir algún día y que le ocurre a todo el mundo. Los niños en su fantasía pueden creer que algo que pensaron, dijeron o hicieron causó la muerte. Si un niño dice: "me hubiera gustado ser más bueno con mamá, así ella no habría muerto", debemos decirle con calma pero con firmeza que no ha sido culpa suya.

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