Niños En Duelo
claudiareynoso9 de Enero de 2013
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Niños en duelo
Ana Teresa Torres
El concepto de duelo en psicoanálisis es muy amplio y se refiere a distintas circunstancias o situaciones que conllevan cambios que requieren de elaboración psíquica. En la medida en que el proceso vital es fundamentalmente un proceso de transformaciones, el número de circunstancias sometidas a procesos de cambio es prácticamente ilimitado. El duelo es una circunstancia contingente y como tal no necesariamente ocurre en la infancia de todas las personas, a diferencia de las transformaciones que son comunes a toda existencia. Es por lo tanto conveniente distinguir el cambio del duelo para delimitar el tema y tratarlo con más especificidad, para lo cual precisaré en primer lugar algunos términos. En primer lugar citaré la definición de duelo que aparece en el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis:
Trabajo de duelo. Proceso intrapsíquico, consecutivo a la pérdida de un objeto de fijación, y por medio del cual el sujeto logra
desprenderse progresivamente de dicho objeto.
"Objeto de fijación" es una proposición en términos de economía libidinal, y resulta una conceptualización insuficiente porque, como veremos más adelante, puede incluirse en la pérdida aquello que nunca se ha tenido, y por lo tanto no se ha fijado, de modo que resulta más abarcativo hablar de "objeto significativo." Por otra parte, el duelo está asociado a conceptos que no tienen definición propia dentro del psicoanálisis, y que consideramos conveniente precisar, como son sufrimiento, pérdida, ausencia, presencia, dolor, privación, y otros como frustración y trauma, que sí tienen definición dentro del lenguaje psicoanalítico.
Sufrimiento
1. Paciencia, conformidad, tolerancia con que se sufre una cosa.
2. Padecimiento, dolor, pena.
La noción de tolerancia y conformidad implica que se trata de un proceso, y que requiere de un aprendizaje para asumirlo, remitiéndonos al término de
Dolor
1. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.2. Sentimiento de pena y congoja. 3.de corazón.
4. fig. y fam. El muy fuerte y pasajero, como el que producen los golpes recibidos en ciertas partes del cuerpo poco defendidas por los músculos. 5.latente.6. dolor sordo.7. El que no es agudo, pero molesta sin interrupción.
Vemos que el dolor es una sensación, con frecuencia asociada a la cenestesia, y que si bien puede ser crónico, tiene una connotación mucho más episódica, y una característica de padecimiento diferente al sufrimiento en el cual el ser humano desarrolla una capacidad para soportarlo.
En el caso del duelo, el dolor y el sufrimiento están causados por la:
Pérdida
1. Carencia, privación de lo que se poseía. 2. Daño o menoscabo que se recibe en una cosa. 3. Cantidad o cosa perdida.4. loc. fam. No estar presente una persona o cosa en el lugar en que era de esperar.5. fig. Ausencia del bien que se apetece y desea.
La pérdida, a su vez, debe distinguirse de la:
Privación
1. Acción de despojar, impedir o privar.2. Carencia o falta de una cosa en sujeto capaz de tenerla. 3. Pena con que se desposee a uno del empleo, derecho o dignidad que tenía, por un delito que ha cometido.4. Renuncia voluntaria a algo. 4. "La privación es causa del apetito", fr. proverb. con que se pondera el deseo de las cosas que no podemos alcanzar, haciendo poco aprecio de las que poseemos.
Aparece en la privación un concepto diferente, pues la pérdida es por definición la que se produce por la falta de un objeto que estuvo presente. En la privación se inscriben objetos que faltan sin haber sido tenidos o que son correspondientes al deseo inalcanzables de los mismos.
Tanto la pérdida como la privación están relacionadas con la:
Ausencia
1. Acción y efecto de ausentarse o de estar ausente. 2. Tiempo en que alguno está ausente. 3. Falta o privación de alguna cosa. 4. Psicol. Distracción del ánimo respecto de la situación o acción en que se encuentra el sujeto. 5. Der. Condición legal de la persona cuyo paradero se ignora.6. Med. Pérdida pasajera de la conciencia. 7. buenas, o malas, ausencias. Encomio o vituperio que se hace de una persona ausente, o buenas o malas noticias que se dan de ella. Prov. brillar alguien o algo por su ausencia.
En la ausencia cabe distinguir que el efecto de ausentarse sea temporal, y que la acción provenga del ausente o no, así como que dicha ausencia pueda o no ser buena, y que la ausencia, brilla, es decir, se percibe, destaca al ausente o lo faltante, así como que el sujeto puede estar presente, pero ausente de la situación en que se encuentra. Entra en dialéctica con la
Presencia
1. Asistencia personal, o estado de la persona que se halla delante de otra u otras o en el mismo sitio que ellas.2. Por ext., asistencia o estado de una cosa que se halla delante de otra u otras o en el mismo sitio que ellas.3. Talle, figura y disposición del cuerpo. 4. Representación, pompa, fausto.5. fig. Memoria de una imagen o idea, o representación de ella. 6. de ánimo. Serenidad o tranquilidad que conserva el ánimo, así en los sucesos adversos como en los prósperos.
La dialéctica ausencia-presencia es un movimiento indispensable en el funcionamiento psíquico porque inicia el proceso simbólico. Al respecto es necesario recordar el ejemplo freudiano del juego del carretel, conocido como el Fort-da, por ser las palabras alemanas que significan (fort) "fuera, ausente" y (da) "allí, allá". Estas eran las expresiones de un niño de unos dos años de edad que jugaba a alejar y acercar un carretel, tirando del cordel, relatado por Freud en Más allá del principio del placer (1920) y que interpretó como una manera de elaborar la ausencia-presencia de la madre, en la medida en que éstas eran dominadas simbólicamente por el niño al controlar activamente el objeto, en vez de sufrir pasivamente los movimientos de la madre.
Por último es necesario reseñar los conceptos de frustración y trauma, de significado peculiar en el psicoanálisis, y que se relacionan con la angustia traumática y la frustración que desata la ausencia:
Trauma. Acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su intensidad, la incapacidad del sujeto de responder a él adecuadamente y el trastorno y los efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica
Frustración. Condición del sujeto que ve negada o se niega la satisfacción de una demanda pulsional
La dialéctica ausencia-presencia y la frustración concomitante son elementos inevitables e indispensables para el desarrollo psíquico. El ejercicio y acostumbramiento a las frustraciones permite al sujeto tolerar las transformaciones y pérdidas que vendrán. La experiencia de pérdida no es la única experiencia traumática pero con frecuencia conlleva una fase traumática inicial. La pérdida es traumática, es contingente, no ayuda al desarrollo, y tiene generalmente una derivación que produce síntomas transitorios y con frecuencia crónicos. La incidencia de las pérdidas en la infancia es considerada como causa importante del sufrimiento psíquico por casi todas las teorías psicológicas.
Hechas estas distinciones y definiciones, consideraremos el proceso de duelo en los niños en los casos de pérdida radical de un objeto significativo, los cuales pueden ocurrir en cuatro ámbitos:
Pérdidas en el cuerpo. Nos referimos a las pérdidas de miembros o funciones no restituibles ocurridas por malformación, accidente o enfermedad ocurridas en la infancia.
Pérdidas de personas. Producidas por la muerte, ausencia física o psicológica, desaparición o alejamiento indefinido de las personas más significativas en la vida del niño.
Pérdidas de animales . Muerte o desaparición de mascotas.
Pérdidas del contexto relacional (país, ciudad, barrio, escuela, casa, idioma, nivel socioeconómico, etc) producidas por separación de los padres, emigración, mudanza ú otras causas.
En la producción de estas pérdidas es necesario tomar en cuenta varios factores que concurren para agravar o mitigar el dolor y sufrimiento causado.
Grado del trauma. Se refiere al impacto del evento y a la capacidad psíquica para adaptarse al mismo, factores que están en relación con la posibilidad de acercamiento progresivo al acontecimiento y con la naturaleza de las circunstancias. Por ejemplo, la pérdida de la casa familiar producida por incendio podría ser revestida de una mayor cualidad traumática a la pérdida de la casa por una mudanza prevista.
Capacidad reparatoria del ambiente familiar. Es decir, la capacidad de los miembros de la familia en ayudar al niño en el proceso de duelo y las posibilidades sustitutivas que puedan proporcionar.
Edad del niño en el momento de producirse la pérdida. Pueden dividirse las pérdidas en tres fases: a) pérdidas pre-existentes. Es decir, ausencias que se han establecido antes de que el niño pueda percibirlas. Por ejemplo, niños que no han conocido a una o ambas figuras parentales. b) pérdidas tempranas (anteriores a la instalación del pensamiento lógico-concreto, es decir, anteriores a los siete años. c) pérdidas posteriores a la instalación del pensamiento lógico-concreto (entre los 7 y 12 años)
La edad del niño es un factor al que se le concede una gran importancia en cuanto a la posibilidad de elaboración del duelo. La instalación del pensamiento lógico-concreto tiene mucha relevancia en ello. Se considera que para
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