ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Rituales De Duelo En Niños

carpinterops0228 de Noviembre de 2012

5.003 Palabras (21 Páginas)538 Visitas

Página 1 de 21

RITUALES DE DESPEDIDA EN LA

TERAPIA DE DUELO

Abstract Los rituales terapéuticos de "despedida" son una

modalidad estratégica a corto plazo de la terapia de duelo Estos

rituales comprenden tres fases: a) preparatoria —en la cual el terapeuta

explica cómo la realización de un ritual puede ayudar a despedirse de la

persona muerta—; b) reorganización -en la cual el cliente lleva a cabo

ciertas tareas, como escribir diariamente una "carta continua " al

difunto—; y c) finalización -que se divide en una ceremonia de

despedida, un rito de purificación, y un ritual de reunión, que expresa

simbólicamente cuáles son las relaciones más importante del cliente en

una nueva etapa de la vida—; El método es especialmente relevante

para clientes con su síndrome de duelo conflictivo.

Uno de los factores que pueden traer complicaciones en el proceso

de duelo es la ausencia del entierro tradicional y de rituales de duelo

bien desarrollados. Tradicionalmente, los rituales de duelo ayudaban a

las personas a realizar el duelo, proporcionándoles una estructura

socialmente aceptada en la cual podían -incluso debían- dirigir

temporalmente toda su atención hacia el difunto, declarando así la

muerte de éste y aceptando sus consecuencias. Los rituales de duelo

tiene una duración limitada y definen las fases de restablecimiento

(Goner, 1965: Bowlby, 1980). Esto quizá se exprese de forma más

clara en los tradicionales rituales de duelo judíos, en los cuales el año

de luto se divide en cuatro partes: tres días de pésame, siete días de

luto, treinta días de reajuste gradual y once meses de recuerdo y

restablecimiento, durante los cuales la persona afectada emerge

gradualmente de su aislamiento, retomando poco a poco sus

responsabilidades personales y sociales hasta ocupar de nuevo su lugar

en la comunidad (Lamm, 1969; Pollock, 1972 y Bowlby, 1983).

Cuando se carece de rituales tan bien desarrollados, muchas

personas no son capaces de resolver, contando con sus propios

recursos, sus procesos de duelo y adaptarse á sus nuevas

circunstancias (Goner, 1965: Bowlby, 1980; Blauner, 1966 y Parkes y

col, 1983). Cuando no existen los rituales de duelo tradi¬cionales o

éstos son inadecuados, los rituales terapéuticos de "despedida"

proporcionan al cliente una oportunidad para resolver su duelo. Se

emplean tanto en el síndrome de duelo conflictivo, como en el

síndrome de duelo inesperado, (Parkes y Weiss, 1983).

Onno van der Hart, PhD., Frits A. Goossens

CUADERNOS DE LA TERAPIA FAMILIAR,

Primavera-Verano (1991), 17. 35-44

2

Rituales terapéuticos de "despedida”.

Palazzoli y col. (1974) describen el ejemplo que nos motivó a

trabajar con los rituales terapéuticos de "despedida". A una niña de

dos años y medio sus padres no le habían explicado que su hermano

había nacido con serías dificultades, ni que había muerto seis meses

más tarde. Sin embargo, ella parecía reaccionar a esto dejando de

comer. Los terapeutas dieron instrucciones a sus padres para que le

hablaran de su hermano y de la muerte de éste, y, juntos, enterraran

en el jardín alguna de sus ropas y plantaran un árbol en la sepultura.

Este ritual terapéutico fue una experiencia conmovedora, no sólo para

la niña sino también para los padres, dando como resultado la

desaparación inmediata de los síntomas.

Pensando que este método podía emplearse también en adultos,

comenzamos a aplicar de forma sistemática rituales en las terapias de

duelo en una unidad de psiquiatría comunitaria; generalmente en

clientes con demandas psiquiátricas relacionadas con un duelo crónico

no resuelto (Van der Hart, 1987; Van de Hart, 1983). En nuestra

técnica, el duelo se concibe como una forma de despedida. Este tipo

de rituales se formalizan en actos simbólicos a través de los cuales el

cliente puede despedirse de la persona desaparecida.

La mayoría de las modalidades de terapia de duelo son

tratamientos intensivos, con frecuencia de varias sesiones semanales

(Ramsay, 1977 y Volkan, 1981). Por el contrario, la terapia que

incluye los rituales de despedida comienza con al menos una sesión

por semana con el terapeuta, pero posteriormente, el énfasis se sitúa

en el trabajo que el cliente ha de hacer en casa y las sesiones

terapéuticas se dedican a consultas y a evaluar el progreso.

Los rituales terapéuticos de despedida se componen de tres fases:

(1) preparación, (2) reorganización, y (3) finalización. Después se

puede hacer una ceremonia conmemorativa. Como en otros métodos

terapéuticos, la evaluación y el diagnóstico han de preceder a la terapia

de duelo o a los rituales terapéuticos de despedida. Debe haber un

contrato preliminar al tratamiento en el que todos estén de acuerdo.

Evaluación

En terapia la elección del ritual debe basarse en una evaluación

adecuada tanto de las quejas del cliente, como de su entorno -su

cónyuge y familia-. Lo que viene a continuación es una breve

descripción de la fase de evaluación que precede al tratamiento.

Es importante establecer si el cliente es el único miembro de la

familia con problemas de duelo o si toda la familia está sufriendo un

duelo no resuelto. En el último caso, es más apropiada la terapia

familiar -en la cual también se emplean los rituales (Gelcer, 1983)-. Si

en la familia existen otras tensiones, relacionadas o no con la pérdida,

como norma nos debemos centrar primero en "el pasado" -el duelo no

resuelto- y pedir que el cónyuge y/o la familia apoyen y cooperen en

este recuerdo. Esto también representa una forma indirecta de ejercer

una influencia favorable en "el presente", es decir, en las relaciones

problematizadas (Ebbers, 1987).

En la terapia de duelo es sumamente importante que el cliente

cuente con una red de apoyo social. La evaluación debe considerar

hasta que punto los miembros de la familia son capaces de actuar

como "cooperadores" (Goossens, 1985).

Onno van der Hart, PhD., Frits A. Goossens

CUADERNOS DE LA TERAPIA FAMILIAR,

Primavera-Verano (1991), 17. 35-44

3

Empleando la distinción que hace Parkes y Weis (1983), en el

sindrome de duelo conflictivo y en el síndrome de duelo inesperado

resulta apropiado emplear el ritual terapéutico de despedida.

Generalmente, las personas con un síndrome de duelo dependiente son

incapaces de manejar la pesada tarea que supone un ritual terapéutico,

que en gran parte debería llevarse de forma independiente. En este

caso, el foco principal del tratamiento debe ser la relación con el

terapeuta; las acciones rituales o simbólicas no son apropiadas hasta

una etapa posterior.

Ha de investigarse si los clientes sienten aprecio por algunos

recuerdos materiales del difunto, y qué función tienen éstos. Los

símbolos clave, u objetos de enlace (Volkan, 1981), ayudan a la

persona afectada a preservar la ilusión de que el difunto todavía está

presente (Volkan, 1981; Pollock, 1961), asegurando que el pasado

sigue viviendo en el momento actual. A veces, al comienzo del

tratamiento conviene pedir al cliente que entregue al terapeuta uno o

más símbolos claves, para que éste los guarde (Volkan, 1981; Janet,

1925 y Raymond y col, 1898). Esto pone en movimiento el proceso de

duelo. Una vez finalizada la terapia, se pueden devolver a su

propietario los objetos, despojados ahora de sus cualidades mágicas.

La fase de evaluación concluye formalmente con un contrato

preliminar al tratamiento, que confirma el acuerdo entre terapeuta y

cliente con respecto a la "ta del tratamiento. La fase siguiente -

preparación- se concluye con un contrato definitivo que menciona la

forma específica que tendrá la terapia.

Fase preparatoria

En esta fase, el cliente expone su pérdida de forma poco

estructurada. El terapeuta le explica cómo la realización de un ritual de

despedida podría ayudarle a resolver su duelo. Es importante

asegurarse de que el cliente está bien motivado para el ritual, ya que

éste será una ardua tarea emocional y requerirá un gran esfuerzo. No

sólo puede desencadenar emociones vehementes hacia el difunto, y

quizás hacia aquellos responsables de su muerte, sino que el cliente

puede debatirse entre la esperanza y el desánimo.

La familia, a la que se ha pedido apoyo y colaboración, debe ser

informada de estas cuestiones. Durante esta fase, se puede estimular a

los miembros de la familia a que hablen entre sí sobre la pérdida, quizá

con la guía del terapeuta. La fase preparatoria termina con un contrato

definitivo, que especifica los acuerdos de terapeuta y cliente sobre el

ritual de despedida y la naturaleza de su trabajo conjunto. El cliente,

una vez realizada esta tarea, tendrá al menos una sesión por semana

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com