METODO SOCIOLOGICO
spacerlaw200825 de Septiembre de 2013
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CAPITULO III: Reglas relativas a la distinción entre lo normal y lo patológico.
Existe una pregunta fundamental acerca del papel que cumple la ciencia, en especial las ciencias sociales, en la persecución de fines y la distinción entre medios. Frente a esta aporía surgen dos escuelas distintas con dos respuestas posibles. La primera de las posturas sostiene que la ciencia sólo pueden describir "lo que es", relegando el "deber ser" al reino de los incognoscible científicamente, el mundo de los valores, los ideales y la política. "El bien y el mal no existen según ella. Nos puede decir cómo las causas producen sus efectos, no qué fines se deben perseguir.(...) La ciencia dice un escritor ya citado, puede muy bien iluminar al mundo, pero deja la noche en los corazones; es al corazón al que corresponde encender su propia luz".
En este libro Durkheim defiende la segunda postura e intenta defenderla teóricamente salvando la coherencia lógica de su epistemología y método, independiente de las subjetividades humanas. Es decir, lo que él denomina "método ideológico" puede recurrir a razones supracientíficas para apuntalar el "deber ser" de determinados fines, licencia que no se puede tomar su método racionalista. Se intenta "reivindicar el derecho de la razón sin caer en la ideología". Si se considera a los medios como fines en sí mismos, si la realización del medio debe ser tan deseada como el fin mismo, entonces ¿que criterio sigue la ciencia para discernir entre dos medios posibles? "¿Por qué nos iba a recomendar el camino más rápido con preferencia al más económico, el más seguro antes que el más sencillo, o a la inversa? Si no puede guiarnos en la determinación de los fines superiores, no será menos impotente cuando trate de estos fines secundarios y subordinados, llamados medios?".
En este punto Durkheim recurre a una analogía que constituye la piedra angular sobre al cual se construye su distinción entro lo normal y lo patológico. "En efecto, para las sociedades como para los individuos, la salud es buena y deseable; la enfermedad, por el contrario, es una cosa mala que debe ser evitada. Si entonces encontramos un criterio objetivo, inherente a los hechos mismos, que nos permita distinguir científicamente la salud de la enfermedad en los diversos órdenes de fenómenos sociales, la ciencia se encontrará en condiciones de iluminar la práctica mientras continúa fiel a su propio método".
Se hace imperativo entonces establecer un método claro para la distinción entre normal y patológico, así como también la definición teórica de ambos conceptos.
I
En primer lugar, Durkheim descarta la definición de ambos en función del sufrimiento, de la adaptación a determinado medio o a las posibilidades de sobrevivir. Incluso si este último criterio fuese efectivo en biología, no lo es en sociología ya que no existe en esta ciencia el punto de referencia que si dispone aquella: la cifra de mortandad media. Cuando una sociedad nace o muere es completamente indeterminable.
Al no surgir pruebas de hecho, Durkheim intenta definirlos, por el momento, mediante razonamientos deductivos, aceptando que las conclusiones extraídas por este medio no tienen mayor valor que las presunciones subjetivas. Se puede definir patológico a todo acontecimiento que tiene consecuencias funestas para la sociedad. Pero hay un problema con este criterio, sólo se puede considerar de este modo cuando perturba el desarrollo normal de las funciones de la sociedad. Por lo tanto este criterio presupone la definición de normal y como reconocer un estado normal, y lo que verdaderamente lo descarta como criterio válido, es que en este caso el concepto de "normal" sólo puede ser constituido a priori, y dependiendo de consideraciones subjetivas para la definición de normal. Para un ateo en el mundo moderno, los remanentes religiosos con anormales, mientras que para un sacerdote, es la incredulidad lo que constituye la anormalidad.
"El defecto común de todas estas definiciones es que quieren alcanzar prematuramente la esencia de los fenómenos. (...) En lugar de pretender de buenas a primeras determinar las relaciones del estado normal y de su contrario con las fuerzas vitales, busquemos sencillamente algún signo exterior perceptible de inmediato, pero objetivo, que nos permita reconocer y distinguir dos órdenes de hechos."
Durkheim procede del siguiente modo. Sostiene que todos los fenómenos sociales, permaneciendo idénticos a sí mismos, pueden revestir dos formas:
1)Generales:
Tienen lugar sino en todos los individuos, en la mayor parte de ellos, y si bien pueden sufrir variaciones de un sujeto a otro, éstas están comprendidas entre límites muy aproximados.
2)Excepcionales:
No sólo no se encuentran en la mayoría de los sujetos, sino que allí donde se manifiestan no lo hacen de manera prolongada. Son una excepción en el tiempo como en el espacio.
"Estamos, por tanto, en presencia de dos variedades distintas de fenómenos, que deben ser designadas con palabras diferentes. Llamaremos normales a los hechos que presenten las formas más generales y daremos a los otros el nombre de mórbidos o de patológicos.
Una vez definidos teóricamente los conceptos, hace falta una manera de distinguir entre ambos. Este es el papel del tipo medio, definido como "el ser esquemático que se constituiría uniendo en un mismo todo, en una especie de individualidad abstracta, los caracteres más frecuentes en la especie con sus formas más frecuentes". Una vez definido, esta marca cumple una tarea fundamental, toda desviación con respecto a ella constituye un fenómeno patológico.
Sin embargo, Durkheim hace en este punto una aclaración: "Las condiciones de salud y la enfermedad no son definibles in abstracto y de una manera absolutas". Guardan una estrecha relación con las variaciones entre e intra especies, pero más que nada, es preciso considerarlas en relación a la etapa correspondiente de su desarrollo.
Una vez hecha la definición de los conceptos y cómo distinguirlos, queda la pregunta sobre el por qué son deseables los fenómenos normales. Durkheim sostiene que la generalidad que reviste un fenómeno normal, "...sería inexplicable si las formas de organización más extendidas no fuesen las más avanzadas, al menos en su conjunto. ¿Cómo hubieran podido mantenerse en una variedad tan grande de circunstancias si no pusieran al individuo en condiciones de resistir mejor las causas de destrucción? Por el contrario, si las otras son más raras, es evidente que, en la generalidad de los casos, los sujetos que las presentan tienen más dificultades para sobrevivir. La frecuencia mayor de las primeras es por tanto la prueba de su superioridad".
II
Una vez determinado el carácter normal de un fenómeno, es necesario un segundo procedimiento: establecer si el signo exterior que lo reveló (su generalidad), esta fundado en la naturaleza de las cosas. Este procedimiento hace posible que se pase de una "normalidad de hecho" a una "normalidad de derecho". Durkheim sostiene que "Por consiguiente, la normalidad de fenómeno se explicará solamente por el hecho de que esté unido a las condiciones de existencias de la especie considerada bien como efecto mecánicamente necesario de esas condiciones, bien como un medio que permita a los organismos adaptarse a ellas". De esto se desprende una distinción entre dos causas posibles: "efectos necesarios" y "adaptación". Una explicación completa de los fenómenos consiste en dar "por determinadas bien sus causas o bien sus funciones". Actualmente la primera toda el nombre de explicación causal y la segunda el nombre de explicación funcional.
Al determinarla teniendo en cuenta únicamente su generalidad sin vincularla a las condiciones de existencia vigentes, podría inducir a error. Esto ocurre especialmente en los periodos de transición de una "(...) especie que está a punto de evolucionar sin haberse fijado todavía definitivamente bajo una forma nueva.". La normalidad de un fenómeno debe ser establecida en relación a la etapa de evolución de la especia, ya que en estos casos, dicho fenómeno puede no estar en relación con las condiciones de existencia vigentes. "Un hecho puede persistir así en toda le extensión de la especie, aunque ya no responda a las exigencias de la situación. Por consiguiente, ya no hay más que las apariencias de la normalidad; porque la generalidad que presenta no es ya más que una etiqueta engañosa, puesto que no manteniéndose más que por la fuerza ciega del hábito, ella ya no es indicio de que el fenómeno observado está ligado estrechamente a las condiciones generales de la existencia colectiva.". Por esta razón puede observarse más fácilmente la normalidad de un fenómeno en especies sociales que hayan realizado su evolución integral, como por ejemplo las sociedades ágrafas.
Este apartado concluye con una distinción entre el carácter útil de un fenómeno y su normalidad, fundamental para establecer por que un fenómeno normal es deseable, lo cual posibilitaría que la ciencia pueda indicar los fines tanto como los medios. "En fin y especialmente, si es cierto que todo lo que es normal es útil, a menos que sea necesario, es falso que todo lo que es útil sea normal. Podemos estar bien seguros de que los estados que se han generalizado
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