Muerte Digna
horacioalfredo25 de Noviembre de 2014
4.385 Palabras (18 Páginas)590 Visitas
INTRODUCCIÓN
"Una de las funciones más nobles de la razón consiste en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo". (Marco Aurelio, Libro III)
En el presente ensayo sobre la muerte digna, se trata de exponer los diferentes argumentos a favor o en contra de esta, consideradas como dignas o indignas de los seres humanos, con los juicios y las acciones como respetuosos con la dignidad de ellos, sin necesidad de apelar a convicciones religiosas, políticas o ideológicas que tenga cada uno, porque esto es tan inevitable como necesario en una sociedad tan pluralista como la nuestra. Lograr este reto tan difícil solo puede ser el acuerdo, el consenso dialógico en torno tanto a los principios éticos básicos como en torno a los procedimientos de decisión.
Primeramente se da una breve explicación de su significado, para después explicar por qué se debe o no morir dignamente. Se dan también definiciones o comentarios de personas que han hecho alusiones al respecto. Elegí hablar de la MUERTE DIGNA ya que es un tema actual que ha causado mucha controversia y prejuicios a nivel mundial.
Hay quienes apoyan a la práctica de la eutanasia ya que consideran que todo ser humano, tiene el derecho a que se le reconozca la posibilidad de disponer de su propia vida en situaciones especiales simplemente por la dignidad que éste puede tener, el reconocerle a un ser humano la posibilidad de definir qué hacer con su vida es respetar la humanidad del otro (su humanidad), es el respeto de la libertad y de la vida propia, y esto nos ayuda a definir lo que es una vida digna, se puede argumentar desde este punto de vista, de la dignidad humana, la exigencia de instaurar la eutanasia (bajo ciertas condiciones) como una lucha por el reconocimiento del derecho a la muerte digna, entendiendo por muerte indigna aquella que prolonga inmisericordemente la vida por medios artificiales, en la que la vida se escapa lentamente y se da un apego puramente al cuerpo físico. Por otro lado hay quienes lo rechazan por considerarlo que no somos nadie para impedir la prolongación de la vida, que se debe luchar por ella hasta el último momento, en apego a la posibilidad de un diagnóstico equivocado, una decisión rápida.
DESARROLLO DEL TEMA
La muerte digna es el concepto que permite designar el derecho que ostenta todo paciente que padece una enfermedad irreversible e incurable y que se halla en un estado de salud terminal, de decidir y manifestar su deseo de rechazar procedimientos, ya sean: quirúrgicos invasivos, de hidratación, de alimentación y hasta de reanimación por vía artificial, por resultar los mismos extraordinarios y desproporcionados en relación a la perspectiva de mejora y por generarle al paciente aún más dolor y padecimiento. Puesto en palabras más simples, la muerte digna es el derecho de cualquier persona a morir dignamente sin necesidad, si así no lo quisiese, de ser sometido a prácticas que invadan su cuerpo.
El principal derecho que tiene todo ser humano es el de la vida, pero cuando esta se ve gravemente afectada por unas condiciones de salud lamentables y horribles, que llevan a quien las padece a verse en una situación de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrá, donde su existencia está en la cuerda floja, donde puede existir una salida irreversible, donde la existencia dependerá en el futuro de medios extraordinarios, conectado a máquinas como el respirador artificial, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la agonía que nos puede llevar a la muerte. En un momento así porque no pensar en la EUTANASIA muerte. Por lo que significa: buena muerte, dulce y libre de sufrimientos.
La palabra eutanasia viene del griego: eu = bueno, thanatos = muerte. "Buena muerte" término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento. La empleó por primera vez Francisco Bacon en el siglo XVII.
Para poder desarrollar apropiadamente el tema, es necesario conceptuar desde un principio los siguientes términos: Muerte y Dignidad.
La muerte es la terminación de la vida, la desaparición física del escenario terrenal donde hemos venido actuando y viene a ser, por lo tanto, el último e inevitable acto de nuestra existencia. Sencillamente, es él precio usual que pagamos por haber vivido. Es que como dijera el famoso anatomista francés Xavier Bichat "la vida no es otra cosa que el conjunto de funciones que resisten a la muerte". Resistencia que irremediablemente es vulnerable, es decir tiene un límite.
La vida, por otro lado, nos pertenece; es algo personal e intransferible. De igual manera la muerte es también algo personal e intransferible. Por eso realmente creo que puede afirmarse con propiedad que el individuo muere su propia vida y vive su propia muerte.
Los seres humanos transitan sus propias vidas alentados o estimulados por pequeñas o grandes aspiraciones, que algunos llaman los "acicates", es decir los incentivos para vivir. Pero de estos los que menos desea cualquier individuo son: la miseria y el dolor. El hecho de aspirar a no vernos colocados en circunstancias que inspiren lástima y compasión ante los ojos de los demás, establece una actitud frente a la vida, a la que se le llama dignidad.
Dignidad es un comportamiento con gravedad y decoro, una "cualidad que enriquece o mantiene la propia estima y la de los demás". Si en verdad nos estimamos a nosotros mismos no iremos a aspirar jamás a que se nos compadezca por nuestro estado de miseria y de dolor. Es así que tenemos el derecho de vivir con dignidad y por lo tanto se asume que también tenemos el derecho de morir con dignidad.
La muerte de Sócrates, tal como la describe Platón en Faidón y Alain de Botton en Las consolaciones de la Filosofía, es él más precioso ejemplo de muerte con dignidad. El filósofo Sócrates, modelo de templanza y de moralidad, poco antes de emprender el viaje sin retorno creyó prudente ir a bañarse para evitar con ello que las mujeres como era costumbre, tuvieran, luego de muerto, que lavar su cadáver. Una vez limpio bebió el veneno, hasta la última gota, y cuando sintió sus piernas ya pesadas, se acostó dignamente sobre sus espaldas sin quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, sino al contrario él era la persona más optimista que se encontraba en ese lugar, ya que toda la demás gente sufría al saber que Sócrates iba a morir, con esto despertó la admiración de cuantos lo rodeaban.
En cambio, el gran poeta Porfirio Barba Jacob de miseria y de dolor, físico y moral, exclamó poco antes: "Presento disculpas por esta agonía tan poco gallarda" habiendo perdido su propia estima y la de los demás, no le restaba al célebre poeta sino ofrecer excusas por la muerte nada digna que estaba viviendo.
La eutanasia ha sido entendida como la ayuda a morir o la asistencia al suicidio de quien no puede hacerlo por sí mismo, es éticamente legítima. Existen dos clases de eutanasia la pasiva que consiste en dejar morir a la persona, suspender un tratamiento médico, o no mantenerla artificialmente con vida. Y también existe la eutanasia activa que consiste en hacer algo para que la persona muera, como la administración de un veneno o droga letal.
Todos los seres humanos tenemos el derecho a la libertad propia que implica la tolerancia, la aceptación de la libertad de los demás incluso cuando no nos gusta lo que hacen. Obligar a vivir en sufrimiento es peor que permitir morir en paz. Prohibir la eutanasia es legislar en contra del más débil, del que quiere morir pero no puede suicidarse, y provoca la continuación del sufrimiento. La penalización de está castiga severamente a quien hace un gran bien según la valoración subjetiva relevante de la persona que recibe el alivio de la muerte. Los que están en contra de la legalización de la eutanasia tal vez cambiarían de opinión si se vieran en una situación desesperada y necesitaran a alguien que les ayudara a morir. Participar en una eutanasia puede ser un acto de piedad.
Como ya se mencionó al inicio, la vida es un derecho, pero no un deber u obligación. Cada persona tiene derecho exclusivo a su vida porque ésta no puede traspasarse a ningún otro, pero puede disponer de ella y extinguirla según su voluntad. La vida no es un deber.
La práctica de la muerte digna ha sido tanto apoyada como rechazada desde los principios de la humanidad, ya que muchos consideran que es ponerse en el lugar de Dios, cuando no lo es ya que Dios nos dio la capacidad de disponer de lo que hacemos incluyendo nuestra vida, y si dicen que Dios quiere siempre lo mejor para nosotros no creo que quiera vernos en un estado de sufrimiento deplorable.
A la vez ha habido muchas personas que han apoyado esta práctica utilizando diversos argumentos que se consideran muy válidos.
Los estoicos, (Séneca, Epícteto y Marco Aurelio) ven la muerte digna así:
Séneca dice que: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento".
Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad. Es decir la vida así no tiene rumbo alguno y solo provoca sufrimiento tanto para el enfermo como para los familiares de él, por lo que el enfermo tiene el derecho a decidir. También ha sido apoyada por Platón ya que él dice que "es mejor dejar morir a quienes no sean sanos de
...